Blair: "No cambiar¨¢n nuestros valores"
El primer ministro brit¨¢nico asegura que los atentados no alterar¨¢n la vida del pa¨ªs
El fantasma de la guerra de Irak volvi¨® a sobrevolar ayer la pol¨ªtica brit¨¢nica, pero el primer ministro Tony Blair ni siquiera hizo menci¨®n de ese conflicto cuando se dirigi¨® en dos ocasiones a los ciudadanos tras los atentados en la ciudad de Londres. El primer ministro brit¨¢nico lanz¨® el mensaje de que nada va a cambiar en este pa¨ªs a pesar del sangriento atentado de ayer: "Quieren cambiar nuestros valores, pero nuestros valores van a durar m¨¢s que los suyos".
Pero los atentados pueden acabar teniendo serias consecuencias pol¨ªticas y sociales. Puede abrir la brecha frente a los musulmanes, pese a las buenas palabras de Blair hacia esa comunidad. Puede reabrir el debate sobre Irak. Puede extremar la ya extrema pol¨ªtica antiterrorista de Blair. Y puede abrir las cr¨ªticas sobre el comportamiento de las fuerzas de seguridad.
El atentado va a ser utilizado por Blair para reforzar algunas de sus pol¨ªticas m¨¢s pol¨¦micas
Los ataques pueden acabar teniendo serias consecuencias pol¨ªticas y sociales
Las ¨²nicas cuestiones con cariz cr¨ªtico que se oyeron ayer hicieron hincapi¨¦ en el nivel de alerta terrorista, que estaba a una escala inferior a la de hace unos meses pese a la celebraci¨®n de la cumbre del G-8 en territorio brit¨¢nico. Y tambi¨¦n por el desplazamiento a Escocia de parte de las fuerzas policiales londinenses precisamente para reforzar el sistema de seguridad en esa cumbre, en la que se esperaban violentas protestas de grupos antiglobalizaci¨®n y anticapitalistas.
Los mandos policiales rechazaron esas cr¨ªticas. Aunque el nivel de la alerta era m¨¢s bajo, lo era de manera muy escasa y eso no tuvo relaci¨®n con los atentados, dijeron. Las fuerzas desplazadas a Gleneagles desde Londres afectaron a 1.500 de los 31.500 polic¨ªas de la capital y tampoco eso afect¨®, dijeron, hasta el punto de que no fueron llamados a servicio los agentes que ayer estaban disfrutando de su d¨ªa libre.
La guerra de Irak volver¨¢ a la superficie tras mantenerse agazapada desde las pasadas elecciones generales, en mayo. Pero Blair dej¨® claro que no piensa modificar la presencia de tropas all¨ª, o al menos eso concluyeron los analistas del hecho de que el primer ministro ni siquiera se refiriera directamente a ese conflicto en su alocuci¨®n a los ciudadanos. Aunque pareci¨® hacerlo entre l¨ªneas.
El primer ministro opt¨® por tocar las fibras sensibles de su audiencia, pero la cuesti¨®n de Irak pareci¨® flotar entre sus palabras. "Creo que todos sabemos lo que buscan los terroristas: intentan utilizar la salvaje matanza de gente inocente para acobardarnos, para asustarnos y conseguir que no hagamos las cosas que queremos hacer, para impedir que hagamos nuestra vida normal", dijo. "Cuando tratan de intimidarnos, no nos van a intimidar. Cuando intentan cambiar nuestro pa¨ªs o nuestro modo de vida, no vamos a cambiarlo. Cuando intentan dividir a nuestra gente o debilitar nuestra resoluci¨®n, no nos vamos a dividir y nuestra resoluci¨®n se va a mantener firme. Vamos a demostrar, por nuestro esp¨ªritu y nuestra dignidad, y por nuestra silenciosa pero resuelta firmeza propia del pueblo brit¨¢nico, que nuestros valores van a durar m¨¢s que los suyos. El prop¨®sito del terrorismo es precisamente ¨¦se, aterrorizar a la gente, y no nos vamos a dejar aterrorizar".
El atentado de ayer va a ser utilizado por el Gobierno para reforzar algunas de sus pol¨ªticas m¨¢s pol¨¦micas, como la propuesta de introducir el documento nacional de identidad, que ha superado ya sus primeros tr¨¢mites en los Comunes pero ha de pasar a¨²n el escollo de la C¨¢mara de los Lores antes de volver de nuevo a la C¨¢mara baja.
Va a reabrir la pol¨¦mica, menos pegada a lo concreto, de cu¨¢l es la mejor manera de luchar contra el terrorismo, si la mano dura demostrada en la guerra de Irak o esa v¨ªa m¨¢s larga y compleja, pero a la larga m¨¢s efectiva seg¨²n buena parte de la poblaci¨®n, el Parlamento y los medios de negociaciones pol¨ªticas que atajen las causas pol¨ªticas del terrorismo, como el conflicto de Oriente Pr¨®ximo.
De la evoluci¨®n de todos esos debates depende el futuro de un Tony Blair que en los ¨²ltimos meses ha renacido de sus cenizas pol¨ªticas y que ayer estaba destinado a vivir un d¨ªa de gloria como art¨ªfice de la victoria ol¨ªmpica de Londres en Singapur y anfitri¨®n de sus m¨¢s poderosos amigos y enemigos pol¨ªticos. Pero los atentados en cadena de Londres no s¨®lo le han aguado esa fiesta a corto plazo, sino que significan un recordatorio de la fragilidad de los ¨¦xitos pol¨ªticos y la condici¨®n de hoja caduca de los liderazgos.
Ayer todo eso qued¨® todav¨ªa en los m¨¢rgenes de la informaci¨®n y las fuerzas pol¨ªticas reaccionaron como una pi?a arropando a Blair. "Lo importante hoy es dejar absolutamente claro que este pa¨ªs est¨¢ unido como uno solo en nuestra determinaci¨®n de derrotar al terrorismo y enfrentarnos a los responsables de los espantosos actos que han ocurrido en Londres", dijo el todav¨ªa l¨ªder de la oposici¨®n, Michael Howard. Pero ma?ana ser¨¢ otro d¨ªa y algunos empezar¨¢n a preguntarse si el Reino Unido es m¨¢s seguro hoy o lo era m¨¢s antes de que empezara la llamada guerra contra el terrorismo.
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