"Me he cansado de estar a la defensiva"
?ste es el ¨²ltimo Tour de Jean-Marie Leblanc (27 de julio de 1944; Nueil-sur-Argent, Francia), director general de la carrera desde 1989. Lo ha sido, pues, en los a?os de Miguel Indurain, de Lance Armstrong... Y estuvo a punto de ver morir la carrera antes de su centenario, cuando el caso Festina.
Pregunta. ?Cu¨¢les eran los objetivos que se marc¨® al empezar a dirigir el Tour? ?Ahora, 16 a?os m¨¢s tarde, cuando lo va a dejar, cree que los ha cumplido?
Respuesta. Cuando llegu¨¦, ten¨ªa dos o tres. El primero, y me duele dec¨ªrselo a amigos espa?oles, es que 1989 era el a?o siguiente a 1988 y en 1988 se hablaba ya de dopaje y ustedes saben por qu¨¦ [se refiere, sin citarlo, al falso positivo de Pedro Delgado]. En segundo lugar, se trataba de volver a dar credibilidad deportiva al Tour. Yo fui periodista, como ustedes, y cre¨ªa que, por aquel entonces, la publicidad, los aspectos extradeportivos, los vip..., ten¨ªan excesiva importancia. Y todo, sin perder de vista la necesidad de continuar con la modernizaci¨®n del Tour, sus estructuras, el village, las tribunas... Creo que mi trabajo no ha estado mal, pero no se trataba de objetivos revolucionarios. A¨²n hoy d¨ªa, para el Tour, lo m¨¢s dif¨ªcil es gestionar su ¨¦xito, evitar el gigantismo, seguir evitando el predominio del m¨¢rketing, la publicidad, sobre el deporte... Son siempre los mismos problemas.
"La Agencia Mundial Antidopaje naci¨® a causa del 'caso Festina'. Pero el dopaje es un problema de todos los deportes, no s¨®lo del ciclismo"
"El m¨¢s grande, Merckx. A Anquetil no le conoc¨ª bien. Admiro a Hinault por su car¨¢cter; a Indurain, por su carisma; a Armstrong, por su profesionalismo"
P. ?Se pondr¨ªa usted a la altura de Henry Desgrange, el padre del Tour, o de Jacques Goddet, que lo retom¨® en la posguerra y lo llev¨® hasta el decenio de los 70?
R. No, no, no. Yo soy, modestamente, quien ha llevado durante 17 a?os esa formidable herencia que me legaron. Nosotros somos los herederos.
P. ?Por qu¨¦ lo deja?
R. Porque ya tengo 62 a?os. Porque llevo a?os diciendo que no quiero envejecer siendo el director del Tour. Porque tengo ganas de disfrutar de las otras cosas de la vida. Porque he pasado a?os muy dif¨ªciles, como 1998. Porque hay cada vez m¨¢s periodistas pendientes de los asuntos de dopaje solamente. Porque hay cada vez m¨¢s y m¨¢s sospechas. Porque, al final, nos vemos obligados a defendernos permanentemente... Siempre, siempre as¨ª. ?Por qu¨¦? Me he cansado de estar a la defensiva, estoy harto, y he decidido descansar un poco, eso es.
P. ?Se considera una v¨ªctima del UCI ProTour?
R. No, yo hablaba de los asuntos de dopaje. Ya hab¨ªa abdicado antes de todas las pol¨¦micas del ProTour. Lo ten¨ªa que haber dejado antes, pero mi sucesor designado, Daniel Baal, no sigui¨®, y ahora se lo dejar¨¦ a Christian Prud'homme. Llevamos dos a?os juntos, preparando la transici¨®n, en los que le estoy ense?ando el oficio.
P. ?Temi¨® usted en 1998 que el Tour no llegara a Par¨ªs?
R. S¨ª. El Tour de 1998 fue un v¨ªa crucis. Todos los d¨ªas hab¨ªa una noticia negativa, un positivo, una intervenci¨®n de la polic¨ªa, detenciones, los equipos espa?oles que se fueron...
P. ?Estuvo el caso Festina a punto de matar el Tour?
R. S¨ª, creo que s¨ª. Toda Francia quer¨ªa que se parara ese Tour, pero yo me negu¨¦. ?Iba a solucionar as¨ª el problema del dopaje? No. Habr¨ªa que haber parado tambi¨¦n la Vuelta a Espa?a, las cl¨¢sicas..., todo el ciclismo mundial durante un par de a?os. Adem¨¢s quer¨ªa llevar el Tour a Par¨ªs para demostrar que la soluci¨®n deb¨ªa salir del interior del ciclismo; que hab¨ªa que cambiar la mentalidad de dirigentes, directores deportivos, corredores... Y creo que las cosas van mucho mejor. Era necesario que los laboratorios encontraran soluciones para detectar la EPO y lo hicieron en 2001. Y hoy se detectan las transfusiones sangu¨ªneas. Hac¨ªa falta que la UCI y que los gobiernos de los pa¨ªses se tomaran en serio el problema y ah¨ª est¨¢ la creaci¨®n de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), un organismo que naci¨® como consecuencia del caso Festina. As¨ª que creo que hemos mejorado mucho. Y, de hecho, desde la salida, en Vend¨¦e, a¨²n no se ha hablado nada de dopaje. Creo que es el primer Tour desde el de 1998 en el que no ha habido noticias de ese tipo. Antes, todos los a?os, desde la salida, dopaje, dopajee...
P. Usted es muy optimista. Pensar que los mismos que llevaron al ciclismo al callej¨®n del caso Festina son quienes deben encontrar la salida es como dar a pir¨®manos el papel de bomberos.
R. No estoy de acuerdo. Todav¨ªa hay directores deportivos de aquellos tiempos, Legeay, Godefroot, Saiz, Ech¨¢varri... Era necesario dar confianza a los m¨¦dicos, a los directores... Hacerles saber que, si ellos quer¨ªan continuar como si nada hubiera pasado, ser¨ªa la muerte del ciclismo. Y han sido conscientes de ello. Adem¨¢s, las nuevas generaciones de corredores son diferentes.
P. ?Por qu¨¦ en aquel Tour fue Bjarne Riis el portavoz de los corredores, el negociador, cuando la huelga parec¨ªa inevitable? ?Lo eligi¨® usted?
R. En absoluto, yo no lo eleg¨ª. El d¨ªa en que se plantaron en la salida de Tarasc¨®n yo estaba en el coche, delante, y los corredores me enviaron a Riis. Pens¨¦ que era un representante leg¨ªtimo porque hab¨ªa ganado el Tour, lo que le daba prestigio. Adem¨¢s, hab¨ªa corrido en equipos franceses, italianos... Hablaba franc¨¦s, italiano, ingl¨¦s, alem¨¢n... Ten¨ªa aura. Y yo le hab¨ªa conocido cuando corr¨ªa en Francia y confiaba en m¨ª. Eso funcion¨®. Y, cuando volvi¨® al pelot¨®n, dijo: 'Jean Marie Leblanc me ha dicho esto, esto y esto y yo conf¨ªo en su palabra'. Y todos salieron.
P. ?Qu¨¦ habr¨ªa que hacer para desvincular el dopaje de la imagen del ciclismo?
R. No se trata de hacer nada especial. No es por atacar otros deportes, pero en los Juegos de Atenas 2004 hubo casos de dopaje, en la Copa Confederaciones de f¨²tbol... Se trata de mostrar que el dopaje es un problema de todos los deportes, no s¨®lo del ciclismo. No digo que no se hable de los casos de dopaje en el ciclismo, pero s¨ª de dejar de decir: 'Ciclismo igual a dopaje'. El deporte, todos los deportes, est¨¢n amenazados por el dopaje.
P. Usted, como ciclista, corri¨® con Jacques Anquetil; como periodista de L'?quipe, escribi¨® de Eddy Merckx y Bernard Hinault; como ejecutivo, dirig¨® los Tours de Miguel Indurain y Lance Armstrong. ?Con qu¨¦ corredor se quedar¨ªa? ?Cu¨¢l le gustar¨ªa haber sido?
R. A todos esos grandes campeones los respeto porque han marcado la historia del Tour. Cuando se me pregunta qui¨¦n ha sido el m¨¢s grande, respondo siempre Merckx. Ha sido un gran campe¨®n del Tour y un gran campe¨®n de todo el ciclismo.
P. ?Y c¨®mo persona? ?Anquetil?
R. No he conocido muy bien a Anquetil. Cuando corrimos juntos en el Bic, ¨¦l estaba al final de su carrera y yo al comienzo. Admiro mucho a Hinault por su car¨¢cter. A Indurain, por su carisma, por su tranquilidad, por su calma... Nunca se enfadaba, nunca se portaba mal. Un campe¨®n hermoso. Respeto a Armstrong por su profesionalismo, por su manera de entrenarse, de explorar los cols, por ser tan puntilloso con el material, con la bicicleta...
P. Armstrong, en cierta manera, ha condenado al Tour a la falta de emoci¨®n... Su dominio es absoluto. Eso mata la carrera.
R. Hay dos maneras de amar al Tour y yo lo amo de ambas. Una es amar el Tour de Walkowiak (1956), el de Roche (1987), el de LeMond (1989). Tours en los que hab¨ªa lucha, alternativas, todos los d¨ªas; batallas. Son los m¨¢s atractivos para el p¨²blico. Otra es la del gran personaje: Indurain, Armstrong, que dominan con carisma, con personalidad..., que son capaces de un rendimiento deportivo magn¨ªfico. Indurain, en 1992, en Luxemburgo, dej¨® al segundo a tres minutos. Un prodigio de potencia, de elegancia... Cuando un corredor domina as¨ª, s¨®lo puede despertar admiraci¨®n.
P. ?Cu¨¢les han sido para usted las tres etapas en las que m¨¢s ha disfrutado como director?
R. La primera, esa contrarreloj luxemburguesa. Despu¨¦s... Tienen que ser de monta?a... ?Cu¨¢les? Chiappucci, en Sestriere, en 1992 tambi¨¦n...
P. ?Pantani en el Galibier, en 1998?
R. No quer¨ªa citarlo. Ni lo de Chiappucci, porque siempre queda la sospecha... Pero el d¨ªa de su haza?a fue magn¨ªfico: su escapada, la p¨¢jara de Indurain... Y Ullrich en los Pirineos, en Arcal¨ªs, en 1997.
P. ?Se ve mejor la carrera desde su coche o ante el televisor?
R. Desde que soy director, he viajado en dos coches diferentes. Durante casi diez a?os marchaba detr¨¢s del pelot¨®n. Me gustaba mucho esa posici¨®n. Detr¨¢s lo ve¨ªamos todo: qui¨¦n estaba enfermo, qui¨¦n marchaba mal, la morfolog¨ªa de las piernas, la forma de pedalear... Conoc¨ªa a todos los corredores por detr¨¢s. Era la vida interior del pelot¨®n. Lo ve¨ªa todo salvo el momento de la victoria. Ahora, que voy delante, s¨®lo veo la victoria, no la vida interior del pelot¨®n. Siempre me falta algo. Est¨¢ claro que el que lo ve todo es el que lo ve por televisi¨®n: las repeticiones, las c¨¢maras lentas, los helic¨®pteros...
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.