El Senado de Chile entierra los ¨²ltimos vestigios de Pinochet en la Constituci¨®n
"La transici¨®n ha concluido", declara el presidente tras la reforma de la Carta Magna
M¨¢s de 15 a?os despu¨¦s del final de la dictadura militar, el Senado chileno alcanz¨® el mi¨¦rcoles un acuerdo para introducir profundas reformas a la Constituci¨®n de 1980 y que ponen fin a la arquitectura institucional antidemocr¨¢tica que dej¨® como herencia el general Augusto Pinochet. Las reformas, que deber¨¢n ser ratificadas el 16 de agosto en una ceremonia del pleno del Congreso, eliminan la figura de los senadores designados y vitalicios, no electos por votaci¨®n popular; restablecen al presidente de la Rep¨²blica la facultad de remover a los comandantes en jefe y modifican el Consejo de Seguridad Nacional, entre otros cambios.
Las enmiendas, que entrar¨¢n en vigor en 2006, ponen fin a la transici¨®n a la democracia al acabar con la mayor¨ªa de los mecanismos que los militares pusieron en la Constituci¨®n para preservar su poder e influencia. La firma de Pinochet dejar¨¢ de estar en el texto constitucional y ser¨¢ reemplazada por la del socialista y actual presidente, Ricardo Lagos.
"Quince a?os atr¨¢s comenzaron los Gobiernos democr¨¢ticos y ahora podemos decir que la transici¨®n en Chile ha concluido", afirm¨® ayer Lagos en Australia, donde est¨¢ de visita, destacando la aprobaci¨®n un¨¢nime de enmiendas que permiten al pa¨ªs recuperar su tradici¨®n. "Desaparecen los enclaves autoritarios", afirm¨® el senador democratacristiano Andr¨¦s Zald¨ªvar, mientras que el ex ministro de Interior de la dictadura y ahora senador, Sergio Fern¨¢ndez, admiti¨® que 25 a?os despu¨¦s de la promulgaci¨®n de la Constituci¨®n "era necesario adecuar sus normas a la realidad que estamos viviendo".
Con las enmiendas, dejar¨¢ de existir la llamada "bancada militar", un senador por cada rama de las Fuerzas Armadas. Casi un cuarto del Senado, entre los que designaban los militares, la Corte Suprema, ex ministros y ex presidentes -esta figura permiti¨® a Pinochet ser senador hasta que dej¨® el cargo por su supuesta demencia senil- no se originaba en la voluntad popular. La recuperaci¨®n de la facultad para remover jefes militares, ahora informando previamente al Senado, es tambi¨¦n emblem¨¢tica. En al menos dos oportunidades en la transici¨®n los Gobiernos democr¨¢ticos fracasaron en sus empe?os para remover comandantes en jefe, incluido Pinochet.
Los cambios diluyen las atribuciones sobre los poderes del Estado que ten¨ªa el Consejo de Seguridad Nacional, al que ahora s¨®lo podr¨¢ convocar el presidente y ser¨¢ un ¨®rgano asesor. En este consejo se reun¨ªan, con un voto para cada uno, los tres jefes de las Fuerzas Armadas y el de Carabineros; los presidentes de la Rep¨²blica, del Senado, de la Corte Suprema, y el fiscal. Por simple mayor¨ªa de sus miembros el consejo pod¨ªa autoconvocarse y el presidente corr¨ªa el riesgo de quedar en minor¨ªa. Otro cambio es la reducci¨®n del mandato presidencial, de seis a cuatro a?os, sin reelecci¨®n.
Para la aprobaci¨®n de las reformas fue determinante el apoyo de la derecha en el Senado. Siete intentos previos en 15 a?os fracasaron por la negativa de este sector. La renovaci¨®n de la escena local, al dejar de ser Pinochet un factor pol¨ªtico, la transici¨®n que ha realizado el Ej¨¦rcito, la admisi¨®n generalizada de los cr¨ªmenes de la dictadura y la p¨¦rdida del temor a los socialistas en el empresariado, abonaron el escenario en el que los cambios fueron posibles.
El negociador del Gobierno, el ex ministro del Interior Jos¨¦ Miguel Insulza, pod¨ªa presionar con la posibilidad de designar senadores que iban a tener el oficialismo y, especialmente, con basar la campa?a de las elecciones presidenciales y parlamentarias de diciembre pr¨®ximo en la necesidad de cambios al texto constitucional.
La derecha acept¨® reformar la Constituci¨®n, pero se reserv¨® un resorte esencial del poder: el sistema electoral binominal, que pr¨¢cticamente asegura a la minor¨ªa -la derecha en estos 15 a?os- obtener el mismo n¨²mero de parlamentarios que la mayor¨ªa, la coalici¨®n de socialistas y democratacristianos. Este sistema ha permitido a la derecha frenar muchos proyectos de ley.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.