La 'c¨¦lula durmiente' del barrio de Beeston
Los vecinos de los suicidas de Leeds siguen sin entender por qu¨¦ unos simples j¨®venes se convirtieron en asesinos
Jug¨® por ¨²ltima vez al f¨²tbol el martes en un parque cercano a su casa en el suburbio de Beeston, al sur de Leeds, vestido con una camiseta del Real Madrid o del Barcelona. "Era un excelente delantero, al que le gustaban sobre todo Zidane y Figo", relata Khadany Hussain, de 19 a?os, amigo desde la infancia, al recordar aquel partido. Dos d¨ªas despu¨¦s, Shehzad Tanweer, de 22 a?os, asesin¨® a siete personas entre las estaciones londinenses de Aldgate y Liverpool Street como parte del comando que cometi¨® el 7 de julio el peor atentado de la historia reciente del Reino Unido. ?Qu¨¦ ocurri¨® para que cuatro j¨®venes brit¨¢nicos se convirtiesen en terroristas suicidas? Desde hace cinco d¨ªas, los habitantes de Beeston, de donde proceden tres de los cuatro miembros de esta c¨¦lula durmiente, cuya vida transcurr¨ªa aparentemente dentro de la normalidad, se hacen una y otra vez esa pregunta.
Beeston es un barrio obrero de casas de ladrillo rojo en el que se hablan 20 lenguas
"He estado dos d¨ªas sin dormir. Nadie lo entiende. Aqu¨ª puede haber gente que tenga problemas con las drogas, que trafique con hach¨ªs; pero jam¨¢s pudimos imaginar que ¨ªbamos a tener terroristas", relata una joven de origen paquistan¨ª que conoc¨ªa a los tres suicidas de Leeds. "Cuando se vayan los polic¨ªas y los periodistas, cuando el barrio vuelva a la normalidad, empezaremos a pensar sobre ello. Yo no he podido digerir todo lo que ha pasado en esta semana. Han sido demasiados golpes", explica Sajid Khan, de 19 a?os, tambi¨¦n compa?ero de deportes de Tanweer, que, con una pala de cr¨ªquet sobre el hombro, vuelve a casa despu¨¦s de jugar un partido en el parque.
"Nunca conoceremos sus motivos porque s¨®lo ellos tienen la respuesta. Por eso esta comunidad se encuentra conmocionada", afirma el ministro brit¨¢nico de Desarrollo Internacional, Hilary Benn, diputado laborista por este distrito de Leeds, que lleva varios d¨ªas presente en las calles de Beeston. "?Qu¨¦ lleva a alguien a llenar una mochila de explosivos, viajar hasta Londres con ella y matarse y matar a muchas personas haci¨¦ndola explotar en el metro? Para hacer algo as¨ª tienes que tener una mirada sobre el mundo que soy incapaz de entender", agrega Benn, que ayer encabez¨® una manifestaci¨®n vecinal de repulsa a los atentados.
Beeston, un barrio obrero de viviendas unifamiliares de ladrillo rojo situado sobre una colina al sur de Leeds, en el que viven unas 16.000 personas y se hablan 20 lenguas diferentes, cambi¨® para siempre el martes en torno a las 6.30 de la ma?ana, cuando decenas de polic¨ªas invadieron la zona para registrar las casas de los suicidas, j¨®venes de origen paquistan¨ª nacidos en el Reino Unido. Shehzad Tanweer viv¨ªa en Colwyn Road con sus padres, mientras que Hasib Mir Hussain, de 18 a?os, habitaba con su familia en el cercano barrio de Holbeck.
Mohamed Sidique Khan, de 30 a?os, que se perfila como el jefe del grupo, se hab¨ªa mudado a Dewsbury, 14 kil¨®metros al sur, cuando tuvo a su hija, hace ocho meses, pero era un trabajador social en el ¨¢rea, a la que acud¨ªa muy a menudo. La polic¨ªa estaba buscando las conexiones del cuarto suicida, el jamaicano Lindsay Germain, o Lindsay Jamal, de 19 a?os, con este barrio, donde las fuerzas de seguridad brit¨¢nicas han arrestado al ¨²nico detenido en el Reino Unido por el 7-J, Naveed Fiaz, de 28 a?os.
El 77,7% de los habitantes de Beeston son blancos, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªsticas, un porcentaje inferior a la media de Leeds (700.000 habitantes, 91% de blancos); aunque la zona donde se mov¨ªan los miembros del comando es mayoritariamente banglades¨ª y paquistan¨ª. En muchos casos se trata de familias que llegaron hace 40 a?os atra¨ªdas por el pujante sector textil de Yorkshire. Ahora la mayor¨ªa de los emigrantes procede de Europa del Este.
"Aqu¨ª todo el mundo ha crecido con todo el mundo. Todos nos conocemos, por eso no podemos explicarnos lo que ha ocurrido. Si yo hago algo malo en el barrio, s¨¦ que mi familia se va a enterar en 20 minutos", relata Sajid Khan, el jugador de cr¨ªquet. El mundo en el que se mov¨ªan los tres terroristas suicidas es, adem¨¢s, muy peque?o: las tres mezquitas del barrio, un local que pertenece al centro social Hamara -financiado por el Ayuntamiento-, unas cuantas tiendas ante las que se reun¨ªan y el parque. Son lugares situados a unas pocas manzanas y que desde hace una semana se encuentran rodeados por cintas policiales, andamios con pl¨¢sticos, expertos forenses vestidos de blanco de los pies a la cabeza y televisiones de todo el mundo, lo que da al barrio un aspecto surrealista. Ayer mismo, una nueva casa era registrada.
El paro en Beeston es superior al del resto del pa¨ªs, un 11%, pero Leeds, una ciudad pujante, sigue ofreciendo muchos puestos de trabajo, sobre todo en la industria. "La gente encuentra r¨¢pidamente empleo, la mayor¨ªa en f¨¢bricas", se?ala Michel Amegee, de 37 a?os, asesor de j¨®venes parados en un centro municipal. La mayor¨ªa de los habitantes del barrio no tiene ninguna titulaci¨®n (47,62%) frente a un 8,9% de licenciados. No existen estad¨ªsticas sobre el impacto del desempleo en los diferentes grupos ¨¦tnicos, pero una encuesta del Ministerio del Interior brit¨¢nico revelaba en 2004 que el paro de larga duraci¨®n era mucho m¨¢s elevado entre los 1,6 millones de musulmanes que entre el resto de las comunidades del pa¨ªs (un 24% frente a un 5%). "En todas partes puede haber problemas; pero yo no dir¨ªa que Beeston sea una zona m¨¢s complicada que cualquier otro suburbio de una gran ciudad", agrega Amegee.
Rob Hardy, un celador de 37 a?os, define Beeston como "un barrio obrero, con una comunidad muy mixta". "Ha habido tensiones y las hemos superado juntos", agrega. Se refiere al asesinato, hace un a?o, de un adolescente negro de 16 a?os, Tyrone Clarke, por parte de una banda de unos 30 j¨®venes de origen asi¨¢tico, en su mayor¨ªa menores de edad. "Aquello estuvo a punto de provocar una revuelta y la tensi¨®n aument¨® de forma extraordinaria", explica una veterana periodista de sucesos del Yorkshire Post. Al menos uno de los suicidas, Shehzad Tanweer, hab¨ªa estado implicado en un ataque racista. Pero, a diferencia de otras zonas industriales del norte de Inglaterra, donde el ultraderechista Partido Nacional Brit¨¢nico tiene su vivero de votos, aqu¨ª no ha habido disturbios ¨¦tnicos.
Pero el salto desde los problemas de integraci¨®n de la segunda o tercera generaci¨®n de paquistan¨ªes, desde la falta de perspectivas en una barriada obrera o desde el descontento y la rebeli¨®n juvenil hasta el terrorismo suicida es enorme, por muy malas e intensas que sean las influencias que reciban. Y no son los primeros casos: Asif Hanif, un joven londinense de 21 a?os, mat¨® a tres personas en un atentado suicida en Tel Aviv en 2003. "Lo que hicieron es horrible y va contra el islam. No puedo encontrar ninguna explicaci¨®n; pero s¨¦ que estaban llenos de odio y que hay j¨®venes de la comunidad que sienten ira cuando ven morir a sus hermanos inocentes en Irak o en Afganist¨¢n", afirma Mohamed, un comerciante de 27 a?os, que viste a la manera tradicional paquistan¨ª y lleva una larga barba. Amid, de 37 a?os, que alquila un local frente al piso donde fabricaron los explosivos los miembros del comando, en el barrio de Burley, al norte de Leeds, y cuya historia familiar refleja la diversidad ¨¦tnica de este pa¨ªs (procede de Ir¨¢n, de una familia de origen georgiano, y emigr¨® al Reino Unido hace m¨¢s de una d¨¦cada), recuerda los a?os en que combati¨® en la guerra contra Irak. "Cuando no lo has vivido, es dif¨ªcil entender y explicar el poder que la propaganda puede tener sobre un adolescente", afirma.
Un comunicado que leyeron el viernes tras el rezo los responsables de la mezquita y centro isl¨¢mico Cachemira, en cuyos bajos hay un gimnasio que frecuentaron tres de los suicidas, refleja el desconcierto de la comunidad: "Durante los pr¨®ximos d¨ªas, semanas y meses nos plantearemos preguntas muy duras sobre c¨®mo personas que conocimos pudieron cometer unos actos tan atroces. No hay respuestas f¨¢ciles".
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