Las paradojas latentes del modelo laboral franc¨¦s

La cifra oficial de parados en Francia era de 2.484.100 personas al acabar el mes pasado. Si se suma el contingente de trabajadores que tan s¨®lo han ejercido alg¨²n tipo de actividad ocasional, la cifra aumenta hasta casi tres millones. El desempleo se mantiene en un 10,2% de la poblaci¨®n activa desde hace tres meses. Seg¨²n los datos de la Agencia Nacional por el Empleo (ANPE) de la misma fecha, en Francia hab¨ªa 237.000 ofertas de empleo en el sector privado sin ocupar. La patronal eleva esta bolsa de empleo sin ocupar hasta el medio mill¨®n.

Cuando pidi¨® la confianza para su Gobierno, hace un mes, ante la Asamblea Nacional, el primer ministro Dominique de Villepin dijo que era "inaceptable que un parado pueda rechazar sucesivamente varias ofertas de trabajo razonables" y anunci¨® sanciones contra estas personas. Apuntaba as¨ª a otra de las supuestas lacras que afectan al sistema de protecci¨®n social. En Francia es necesario un m¨ªnimo de seis meses de trabajo para acceder a las prestaciones de desempleo: un 80% del ¨²ltimo salario durante una primera fase y algo menos durante el siguiente periodo que puede alargarse hasta los dos a?os.

El Gobierno de Villepin necesita ofrecer pronto datos sobre la lucha contra el desempleo

Hay leyendas urbanas que aseguran que hay aut¨¦nticos "parados profesionales" e incluso un mercado en el sector de la hosteler¨ªa que ofrecer¨ªa contratos por seis meses destinados exclusivamente a retomar el subsidio del Estado. Los sindicatos lo niegan, con raz¨®n. "Otra vez la misma musiquilla", dijo el presidente de la CFTC, Jacques Voisin, al analizar la amenaza de Villepin. "La cuesti¨®n del fraude es marginal", a?ad¨ªa, "antes de ponerla hay que preguntarse donde est¨¢n estos empleos".

Todos los sindicatos comparten la reacci¨®n de Voisin, pero tambi¨¦n reconocen que el volumen de fraude que fija la ANPE -en torno al 10%, es decir 250.000 personas-, se acerca a la realidad, aunque el fraude consista, principalmente, en cobrar el desempleo mientras se trabaja en negro. El a?o pasado, 220.000 personas vieron interrumpida su prestaci¨®n de desempleo por estas razones. Nadie niega, sin embargo, la contradicci¨®n de esos puestos de trabajo sin cubrir que ponen en evidencia la rigidez del modelo y una buena proporci¨®n de prejuicios sociales.

La mayor¨ªa de estos empleos se sit¨²an en el sector de la construcci¨®n, el de la hosteler¨ªa y el de los servicios sociales. Un estudio de la Confederaci¨®n Artesanal de las Peque?as Empresas de la Construcci¨®n cifra en 40.000 el n¨²mero de obreros calificados, no solo alba?iles, sino tambi¨¦n carpinteros y fontaneros que necesita pero que no encuentra. Los j¨®venes franceses no quieren estos trabajos, los consideran sucios y demasiado fatigosos, y adem¨¢s los ven con el prejuicio de que se trata de un trabajo "para inmigrantes", asegura una fuente de este organismo.

El 23% de los j¨®venes franceses de entre 16 y 25 a?os no tiene trabajo. Una franja de edad muy complicada porque el RMI, el subsidio b¨¢sico al que tiene derecho todo franc¨¦s una vez que ya no tiene derecho al desempleo no se puede percibir hasta despu¨¦s de los 25 a?os. Un buen alba?il, explica un peque?o empresario del sector, necesita por lo menos tres a?os de aprendizaje y ning¨²n joven franc¨¦s licenciado acepta dedicar esta parte de su vida para acceder a un oficio sin prestigio.

Tambi¨¦n faltan fontaneros, una profesi¨®n que sirvi¨® de referencia a los partidarios del no a la Constituci¨®n europea, que vaticinaban la llegada de fontaneros polacos que trabajar¨ªan por salarios muy bajos en nombre de la liberalizaci¨®n de los servicios. Igualmente hay problemas para cubrir puestos de trabajo relacionados con la sangre o los animales, como pescadero o carnicero, todos aquellos que tienen que ver con la muerte o con los olores fuertes. El transporte por carretera es otro de los sectores que no encuentra profesionales. En los pr¨®ximos cinco a?os se jubilar¨¢n 38.500 conductores de camiones de gran tonelaje. Los j¨®venes no quieren tampoco este oficio, lo consideran un trabajo de esclavos.

El Gobierno, por su parte, reconoce que tiene problemas para reclutar gente para los servicios a las personas. Fuentes del Ejecutivo indican que podr¨ªan crearse hasta 50.000 empleos en guarder¨ªas, residencias de ancianos y otro tipo de servicios sociales a trav¨¦s de ayuntamientos y organizaciones comunitarias financiados por el Estado. Estas instituciones, sin embargo, acaban por renunciar a la posibilidad de crear este puesto de trabajo por falta de personal. El Ejecutivo de De Villepin necesita con urgencia ofrecer resultados de su "gran batalla" contra el desempleo, por lo que optar¨¢ por crear empleo p¨²blico, justo lo contrario que se hab¨ªa propuesto el anterior Gobierno de Raffarin que quer¨ªa aligerar el gran sector p¨²blico franc¨¦s.