Las tres guerras de Sharon y Abbas
Israel lleva dos d¨ªas concentrando tropas en los l¨ªmites de la franja de Gaza y no disimula los preparativos para una operaci¨®n militar como la que hizo antes de que comenzara la fr¨¢gil tregua que algunos dan ya por muerta. Sus aviones y sus francotiradores han reiniciado la caza de dirigentes de Ham¨¢s y no sin ¨¦xito. Los terroristas palestinos por su parte no dejan de lanzar, desde hace cinco d¨ªas, sus misiles -de fabricaci¨®n casera, cierto, pero en ocasiones letales- sobre los asentamientos jud¨ªos. Los intentos de la Autoridad Palestina de evitarlo con algo m¨¢s que palabras de sosiego han sido tan escasos como la convicci¨®n de que pudieran tener alg¨²n efecto. El presidente palestino, Mahmud Abbas, se sabe impotente. Mientras, los colonos de Gaza y Cisjordania, lograban ayer concentrar a varias decenas de miles de personas en una manifestaci¨®n contra la retirada de Gaza, que habr¨¢ de iniciarse dentro de 28 d¨ªas. Y contin¨²a el goteo de actos de desobediencia de soldados israel¨ªes que se adhieren al movimiento opuesto a la retirada de Gaza. Como contin¨²a el goteo de muertes. ?Nada nuevo bajo el inclemente sol de Palestina?
No exactamente. Tenemos probablemente por primera vez a un l¨ªder palestino que sabe que Ham¨¢s bombardea a la poblaci¨®n israel¨ª para darle a ¨¦l y para vender a la poblaci¨®n palestina la retirada israel¨ª de Gaza como una conquista propia con la que borrar despu¨¦s del mapa electoral y pol¨ªtico a Al Fatah. Tenemos a un primer ministro Ariel Sharon decidido a salir del pozo negro de Gaza en las condiciones establecidas por ¨¦l y aprobadas por el Knesset (Parlamento) y por el Tribunal Supremo. Y tenemos a un frente de colonos radicales y otros extremistas israel¨ªes que intentan impedir por la fuerza una decisi¨®n del Parlamento que apoya la inmensa mayor¨ªa del pueblo israel¨ª. Es decir, tenemos tres guerras en una y ante una situaci¨®n en la que muy pronto se ver¨¢ si hay triunfadores o todos acaban perdiendo por igual.
Si el enfrentamiento civil armado en Palestina puede darse pr¨¢cticamente por iniciado, comienzan a hacerse fuertes los temores de que podr¨ªamos estar tambi¨¦n ante el primer gran enfrentamiento civil en la historia del Estado de Israel. Los colonos y sus aliados comenzaron ayer una movilizaci¨®n para intentar entrar por la fuerza en Gaza, rompiendo las verjas y resistir en el interior todos los intentos de ser evacuados o expulsados hacia territorio de Israel. El diario Haaretz advert¨ªa alarmado de que las fuerzas de seguridad y el Ej¨¦rcito han de garantizar por todos los medios que se imponga la voluntad democr¨¢tica porque de lo contrario se colocar¨ªa en grave peligro al Estado. Pero el conflicto entre israel¨ªes se ha enconado tanto que en cualquier momento puede producirse un incidente en el que colonos armados se enfrenten a su propio Ej¨¦rcito.
Si los palestinos y los ¨¢rabes en general se pueden permitir las profundas desavenencias y guerras intestinas que libran entre ellos desde el final del colonialismo en la regi¨®n, la sociedad y el Estado de Israel se juegan con su unidad su supervivencia. Est¨¢ meridianamente claro que Sharon quiere salir de Gaza para reforzar su presencia en gran parte de Cisjordania y perpetuar all¨ª los grandes asentamientos. Pero tambi¨¦n est¨¢ ya claro que se ha autoimpuesto una agenda que tiene que cumplir y que le ata de pies y manos. No puede ceder ante los colonos un ¨¢pice de la autoridad del Estado ni dejar ninguna duda a Ham¨¢s de que sus ataques tendr¨¢n siempre respuesta antes, durante y despu¨¦s de la retirada de los territorios meridionales. Tambi¨¦n aqu¨ª hay poco margen. Una operaci¨®n militar de envergadura en Gaza podr¨ªa empantanar la retirada.
Las pr¨®ximas semanas ser¨¢n una gran prueba tanto para Abbas como para Sharon. La diferencia est¨¢ en que un Abbas derrotado dejar¨ªa la situaci¨®n como est¨¢, es decir muy mal. Pero una derrota de Sharon ahora sumir¨ªa a Israel en una crisis que solo pueden desear quienes todav¨ªa sue?an con hacer desaparecer a este peque?o Estado. Lo habr¨¢n de tener en cuenta sus feroces colonos y tambi¨¦n aquellos siempre dispuestos a condenar a Israel cuando osa defenderse del enemigo interno y externo.
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