Del desembarco al dise?o
El d¨ªa D es el 6 de junio de 1944, ese d¨ªa en que casi 5.000 nav¨ªos que transportaban tropas aliadas se asomaron a la costa normanda para iniciar la liberaci¨®n de Francia y de Europa. Bueno, de parte de Europa, pues a nosotros, a quienes viv¨ªamos al sur de los Pirineos, nos olvidaron dentro de esa l¨®gica que har¨ªa c¨¦lebre Kissinger, que admit¨ªa que, si bien era cierto que nos gobernaba un hijo de puta, aqu¨¦l era su hijo de puta. Ahora el d¨ªa D o D Day aspira a celebrar otro tipo de colaboraci¨®n entre los pueblos, en absoluto guerrera. La iniciativa es del Centro Georges Pompidou de Par¨ªs y la D es una D de dise?o, de un dise?o que no tiene como ¨²nicos criterios los de belleza, utilidad, duraci¨®n o precio, sino tambi¨¦n los de "desarrollo sostenible", "acci¨®n humanitaria", "ecoconcepci¨®n", "biotecnolog¨ªa" o "bienestar y satisfacci¨®n personal".
En Par¨ªs se exhiben los ¨²tiles de cocina de Adri¨¤ y Soler, que merecer¨ªan los honores de cualquier gran centro de investigaci¨®n qu¨ªmica
Esta vez "l'Espagne" no es un espacio sacrificado al que se condena a 40 a?os de correajes y sotanas, sino uno m¨¢s de los pa¨ªses invitados o, mejor dicho, de los pa¨ªses representados a partir de sus creadores. Porque son ellos, los individuos imaginativos, atentos a las necesidades que crea un mundo en evoluci¨®n acelerada, los grandes protagonistas de una exposici¨®n que permanecer¨¢ abierta hasta el 17 de octubre. Y entre esos personajes est¨¢n dos inventores de sabores, texturas y olores que trabajan en equipo, el suizo Luki Huber y el catal¨¢n Ferran Adri¨¤, que se interesan "por las mutaciones alimentarias", y otro compatriota, Roger Ibars, afincado en Gran Breta?a, que recicla para nuestro placer una serie de peque?os objetos electr¨®nicos de la d¨¦cada de 1980, microoordenadores o juegos dom¨¦sticos low-tech para los que ¨¦l ha ideado nuevas funciones y potencialidades.
El recorrido por el altillo del Centro Georges Pompidou es muy instructivo. Primero nos topamos con las propuestas m¨¢s directamente pol¨ªticas, pensadas para pa¨ªses del Tercer Mundo y ¨²tiles para ONG o poblaciones n¨®madas y extremadamente pobres. Es el caso de un aparato destinado a potabilizar el agua salada, m¨¢ximo 1,5 litros al d¨ªa, gracias a la energ¨ªa solar. En Yemen ese dise?o de Stephan Augustin ha convencido a las 10 familias de pescadores que lo han recibido como conejillos de Indias. Uno de los pescadores asegura: "El sabor del agua recogida gracias al Watercone es mucho mejor que la de nuestros pozos". El sol tambi¨¦n permite el funcionamiento de una radio y es el aliado natural de una cocina que no necesita de otra energ¨ªa y que, desde 1993, se utiliza en Mal¨ª como elemento para frenar la deforestaci¨®n. Unos daneses, el grupo Superflex, han puesto a la disposici¨®n de una ONG en Tanzania una minifactor¨ªa de combustible. Se trata de fabricar gas y eso se logra a partir de dos balones, uno destinado a la degradaci¨®n de grasas y deyecciones, y el otro a almacenar el gas. "Promovemos una democracia radical", dicen estos n¨®rdicos alquimistas.
M¨¢s adelante descubrimos que hay quien concibe un minidispensario m¨®vil, quien piensa en lo que significa el concepto vivienda social para los sin papeles y quien idea una m¨¢quina para registrar el voto que sin duda hubiera impedido que Bush ganase en Florida. Olivier Peyricot asume que debemos convivir con lo peor y propone un tipo de instalaci¨®n para garantizar la supervivencia en caso de cat¨¢strofe o atentado. Y el despacho MaP3 desarrolla postes de telecomunicaciones de bajo coste.
El Bulli y Ferran Adri¨¤ y Luki Huber no han sido seleccionados por su primera p¨¢gina en el The New York Times ni por sus tres estrellitas en la Gu¨ªa Michelin, sino por haber abierto la puerta a "nuevas experiencias de los sentidos y sabores", es decir, m¨¢s por la novedad que por la aplicaci¨®n de un canon de excelencia. Lo que se expone en el Pompidou, lo que se ofrece al visitante, no es -h¨¦las!- el resultado comestible del ingenio innovador, sino los utensilios que hacen posibles "espumas, mousses, gelatinas, vapores, polvos velout¨¦s, esencias, granizados o cualquier otro componente de sus recetas". Ha seducido el aspecto de "laboratorio" de la cocina promovida por Adri¨¤ y su socio Juli Soler, poder exhibir unos utensilios de cocina distintos, que merecer¨ªan los honores de cualquier gran centro de investigaci¨®n qu¨ªmica si all¨ª pudiera reinar el humor a la hora de emprender un experimento.
El sentido del olfato es el motor de Gw¨¦na?l Nicolas, de quien se presentan cuatro m¨®viles que esparcen olores al azar, mientras que la vista es la solicitada por Carlotta de Bevilacqua y sus juegos de luz.
Obviamente, en una exposici¨®n dedicada al dise?o del mundo futuro no pod¨ªan faltar las sillas realizadas con material reciclable, ni el coche que no contamina y no gasta, y menos a¨²n una serie de modificaciones sobre el tel¨¦fono m¨®vil, primer objeto emblem¨¢tico del siglo XXI, surgido una vez ca¨ªdo el muro de Berl¨ªn y que acompa?a la progresiva desaparici¨®n de las naciones o de la estricta territorialidad, al menos cuando se habla de trabajo o de inversi¨®n econ¨®mica. El colectivo japon¨¦s Delaware ha trabajado sobre las nuevas tecnolog¨ªas ligadas a Internet y a los tel¨¦fonos m¨®viles para crear iconograf¨ªa y m¨²sica, todo ello antes de que los timbres telef¨®nicos pasasen a encabezar las listas de ventas de discos. Es decir, antes de ser recuperados por una sociedad con una inacabable capacidad para adaptar a sus necesidades y su discurso los argumentos o acciones m¨¢s cr¨ªticas.
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