Al rescate de Gaza

Condoleezza Rice est¨¢ por tercera vez este a?o en Oriente Pr¨®ximo, ahora para presionar a israel¨ªes y palestinos al rescate de Gaza. Ambos bandos necesitan ayuda urgente no s¨®lo para coordinar la seguridad y los aspectos econ¨®micos de la prevista retirada israel¨ª de 21 enclaves, que ha de iniciarse en tres semanas y sobre la que pr¨¢cticamente nada hay acordado. Precisan tambi¨¦n, contra el tel¨®n de fondo de una violencia enconada, garant¨ªas de EE UU para contrapesar las tremendas presiones internas que tanto Mahmud Abbas como Ariel Sharon soportan en su propio campo.

Sharon baraja la posibilidad de adelantar la evacuaci¨®n de los colonos ante la infiltraci¨®n incesante de fan¨¢ticos dispuestos a dinamitarla y los llamamientos a la rebeli¨®n de los rabinos m¨¢s ultramontanos, que invocan un derecho divino sobre la tierra. Las fuerzas de seguridad israel¨ªes se han enfrentado en los ¨²ltimos d¨ªas a marchas airadas de colonos y la derecha recalcitrante del partido nacionalista Likud, opuestos a la evacuaci¨®n de un territorio donde menos de 9.000 jud¨ªos conviven por la fuerza con 1.400.000 palestinos.

El presidente de la Autoridad Palestina se mueve, por su parte, en una cuerda cada vez m¨¢s floja, tras aplazar unas elecciones parlamentarias que iba a ganar Ham¨¢s y despu¨¦s de que en la franja se hayan enfrentado a tiros los pistoleros islamistas y la polic¨ªa palestina. Ham¨¢s y otras organizaciones integristas, como la Yihad Isl¨¢mica, no han dejado de atacar los asentamientos. Fundamentalistas de uno y otro bando intentan sabotear cualquier esperanza que pudiera derivarse del desenganche israel¨ª de Gaza. Y han llevado al borde del abismo la balbuciente tregua de febrero.

Los extremistas palestinos consideran que la retirada israel¨ª de Gaza es su victoria, idea que encierra la semilla del conflicto renovado. Sharon no sacar¨¢ su ej¨¦rcito bajo el acoso de Ham¨¢s y la Yihad. El primer ministro israel¨ª descarta repetir el experimento de L¨ªbano en 2000. Sus blindados est¨¢n concentrados masivamente a las puertas de Gaza y, llegado el caso, no vacilar¨¢ en utilizarlos antes de la evacuaci¨®n. El catastr¨®fico escenario har¨ªa el juego a los colonos fan¨¢ticos y a los dinamiteros palestinos que consideran la estrategia de Abbas caduca y cobarde.

EE UU tiene un papel clave en este encenagado laberinto. Rice traslad¨® ayer a Sharon -hoy lo har¨¢ a Abbas- la necesidad perentoria de aprovechar la oportunidad. Pero Washington tendr¨¢ que proporcionar a los palestinos, la parte m¨¢s d¨¦bil, alicientes econ¨®micos y diplom¨¢ticos que les permitan arrancar en la nueva Gaza y tener un horizonte pol¨ªtico. De c¨®mo se produzca finalmente el relevo en la franja ocupada dependen muchas cosas para unos y otros. La m¨¢s importante, si ser¨¢ una nueva oportunidad para volver a negociar o, por el contrario, sellar¨¢ la par¨¢lisis letal de los ¨²ltimos a?os.