Las casas del 'vinho' verde

Yo no evoluciono: viajo", afirmaba Fernando Pessoa. Da que pensar la reflexi¨®n del humanista luso cuando, hoy d¨ªa, viajar va pareci¨¦ndose cada vez m¨¢s a una excursi¨®n colegial m¨¢s o menos organizada donde, por necesidades del gui¨®n, no te dejan tomar el bocadillo.

Ponte de Lima, a mais antiga vila de Portugal, se instala en plena cuna del vinho verde, rodeada de monta?itas y peque?os valles que forman un caprichoso vergel de vi?edos, manzanos, desniveles y cerezas. El r¨ªo y el puente son los dos trazos fuertes que definen la personalidad del lugar. Puente que conserva su parte romana y concluye una s¨®lida construcci¨®n medieval. Conde d'Aurora la defini¨® "tierra de leyendas, como la Irlanda de los celtas".

Algo de eso hay que se respira en su entorno. Es como poder callejear del paleol¨ªtico a los Campos El¨ªseos, pasando por Roma y la Edad Media, en una misma comarca. Campos El¨ªseos, as¨ª la han definido un pu?ado de ilustres viajeros que pasearon por su hermosa alameda, ribeteando el r¨ªo, que muy bien podr¨ªa haber pintado Esplandi¨². La Feria Medieval se prolonga hasta finales del verano, y recorre el valle de Lima por Viana do Castelo, Ponte de Barca y Viana de Valdevez, con sus mercadillos, justas, merendolas y pregones.

Desde hace 880 a?os, la margen del r¨ªo se la traga una marea de colorido y vocingler¨ªa donde se puede comprar desde una camiseta imitaci¨®n de marca hasta pescado fresco. Bailes y pasacalles, mendigos de disfraz, m¨²sicos y malabaristas nos traen de la oreja a la Edad Media, mientras degustas un piscolabis de bolinho de bacalhau y un oporto fr¨ªo.

En esta zona del Alto Minho, la marca de calidad Solares de Portugal posee 35 alojamientos en quintas, casas antiguas, casas r¨²sticas, pa?os y un molino. Una casa es un libro escrito por muchas familias, y el Molino de Estoraos tiene a sus espaldas 400 tacos de calendario. Construido junto a un peque?o puente romano y con su rueda de moler, es uno de los rincones m¨¢s fascinantes. El leve ruido del agua te da las buenas noches. En la otra vertiente del valle est¨¢ la Quinta do Agra. Pedro Malhiero, su anfitri¨®n, te recibir¨¢ con el vino de la hospitalidad de su propia cosecha y es tambi¨¦n un excelente gu¨ªa para conducirte, a pie o a caballo, por el sinf¨ªn de antiguas v¨ªas romanas y caminos rurales que comunican las cuatro esquinas del valle. Al regreso, nos consolar¨¢ un pan pre?adito de chorizo y tocino del horno casero y unas morcillas al infiernillo con orujo.

Ponte de Lima es una plaza recoleta, limpia y afable como sus algo m¨¢s de tres mil vecinos, con un jard¨ªn bot¨¢nico, un curioso museo artesanal del vino y del lino, y otro de la ciudad. Su arquitectura resulta un singular ensamblaje de lo dieciochesco con lo medieval.

Destacan sus torres fortificadas o su iglesia de S?o Jo?o, donde fue coronado Pedro I en 1359, momento inmortalizado en los azulejos de su fachada, en la misma encrucijada de callejones donde lo estamos viendo. Es como saltar al interior del cuadro. En otra vi?eta, los azulejos nos cuentan con humor quevedesco cuando se rompi¨® el vasallaje con el rey leon¨¦s: "Cabras s?o, Se?or".

Desde Ponte de Lima, si tenemos tiempo de abrir la caja de Pandora de nuestros fisgoneos, podemos pellizcar un rato libre para recalar en Braga y subir al Bom Jes¨²s o acceder a su espl¨¦ndida catedral, "mais antiga que Portugal". O virar a Barcelos, donde el galho cobr¨® fama, o Guimar?es, donde se empez¨® a forjar el pa¨ªs. Los que tengan otro punto de vista pueden visitar la iglesia de Santa Luc¨ªa en Viana do Castelo. Mover ficha es la gesti¨®n del viajero.Kant debi¨® de susurrar aqu¨ª lo de "la paz es inevitable".

Ernesto Parra es autor de El batall¨®n de los torpes (editorial El Loto Azul, 2004)