Misi¨®n sin proyecto

Pese a las apariencias, Zapatero, como casi todos, es en pol¨ªtica internacional y europea intr¨ªnsecamente pol¨ªgamo, en defensa de intereses y proyectos. Pero ser¨ªa un error de ¨®ptica pensar que el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, cuando se re¨²na en Londres con Tony Blair, se alejar¨¢ del maltrecho eje franco-alem¨¢n para optar por el brit¨¢nico como nueva pareja de baile. Que Francia y Alemania vayan mal no es raz¨®n para cambiar, se insiste en su entorno. Hay que contar con Blair, especialmente en este semestre de presidencia brit¨¢nica del Consejo de la UE, en que uno de sus hitos, la Cumbre Euromediterr¨¢nea de noviembre, que ha despertado un mayor inter¨¦s tras los atentados de Londres, se celebrar¨¢ en Barcelona. Lo que s¨ª puede abrirse paso en unos meses o a?os es el sexteto formado por Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Espa?a y Polonia, que propone el presidenciable Sarkozy, para el cual (seg¨²n los d¨ªas, seg¨²n con qui¨¦n), el eje Par¨ªs-Berl¨ªn es indispensable, pero insuficiente.

Zapatero y Blair saben que tienen mucho en com¨²n que cultivar: ambos tienen, en principio, unos a?os de estabilidad pol¨ªtica por delante; ambos pertenecen a la familia socialista (y a los laboristas les interesa guiar el futuro de la izquierda en Europa); en pol¨ªtica econ¨®mica, ambos pa¨ªses han hecho algunos deberes; no todos. Y, Gibraltar aparte, ambos pa¨ªses, cada cual a su manera, son ex c¨¦ntricos en Europa y tienen relaciones muy importantes con las Am¨¦ricas que imponen una reinterpretaci¨®n de lo transatl¨¢ntico.

Tras a?os del de ETA y del IRA, sus respectivos pa¨ªses han recibido el golpe del terrorismo islamista. Londres puede ver la Alianza de Civilizaciones lanzada por el espa?ol ahora con m¨¢s inter¨¦s, como alianza contra el extremismo. Ahora bien, siendo brit¨¢nicos algunos de los autores de los atentados del 7-J, ?cabe hablar de civilizaciones como si fuera algo externo? Y sobre todo, ?qu¨¦ sentido tiene para Blair seguir apoyando la idea de Bush de guerra contra el terrorismo? ?Llevar¨¢ la guerra a Leeds? En cuanto a Irak, era el gran desencuentro entre Zapatero y Blair. ?ste, aunque no lo dir¨¢ en p¨²blico, tendr¨ªa que haberse percatado ya del error geopol¨ªtico de primera magnitud que ha supuesto una invasi¨®n y ocupaci¨®n que los ciudadanos y muchos expertos brit¨¢nicos -y diversas reivindicaciones del entorno de Al Qaeda- vinculan con los atentados de Londres.

Con el fracaso de la Constituci¨®n europea en Francia y Holanda y la consiguiente crisis de la UE, adem¨¢s de con los atentados (que pueden acabar pas¨¢ndole factura pol¨ªtica), Blair ha recuperado ese sentido de misi¨®n que le es tan propio. Sale a salvar a Europa de s¨ª misma, y necesita un aliado como ZP -no hay otros en el horizonte inmediato- para sus tres m¨¢ximas prioridades: las reformas econ¨®micas, los presupuestos y la ampliaci¨®n de la UE. A¨²n hay que demostrar que el debate sobre los modelos socioecon¨®micos se puede resolver desde Europa. En todo caso, una suma de medidas no tapar¨¢ la ausencia de una estrategia europea en este terreno. En cuanto a las perspectivas financieras, Espa?a est¨¢ abierta a reformas de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola, a la idea de destinar m¨¢s fondos en tecnolog¨ªa y a otras cuestiones, siempre que todo cuadre al final. Pero ser¨ªa extra?o que Chirac, que ahora ni baila ni deja bailar, le permitiera a Blair un triunfo sobre esta cuesti¨®n en diciembre, y por tanto, nadie pondr¨¢ a¨²n todas sus cartas sobre la mesa.

En cuanto a la ampliaci¨®n, Zapatero est¨¢ plenamente dispuesto a abrir el 3 de octubre las negociaciones con Turqu¨ªa, cuyo Gobierno ha copatrocinado el proyecto de la Alianza de Civilizaciones. Pero otros pondr¨¢n tantos condicionantes que equivaldr¨¢n a un no, para buscar otra f¨®rmula de asociaci¨®n en vez de membrec¨ªa. Ahora bien, ante esta ampliaci¨®n y otros proyectos, la pregunta que le debe plantear Zapatero a Blair es: ?Con qu¨¦ proyecto pol¨ªtico para Europa? Pues el que hab¨ªa se ha hundido con la Constituci¨®n y no hay otro de recambio. Incluso para ser pragm¨¢ticos o para hacer mercado, es necesario un aut¨¦ntico proyecto pol¨ªtico para Europa. aortega@elpais.es