Petici¨®n de cuatro a?os de c¨¢rcel para un cirujano pl¨¢stico por imprudencia
Senderowicz practic¨® una liposucci¨®n a D¨¦bora Catal¨¢n, que falleci¨®
La fiscal¨ªa de Madrid y la acusaci¨®n particular del caso de la muerte de D¨¦bora Catal¨¢n han presentado sus escritos de acusaci¨®n contra los dos imputados en este proceso, los m¨¦dicos Gerardo Ra¨²l Senderowicz y su compa?era de profesi¨®n Victoria Bonne Moreno.
Tanto el fiscal como el abogado de la fallecida D¨¦bora Catal¨¢n han solicitado cuatro a?os de c¨¢rcel por un supuesto delito de homicidio por imprudencia grave y profesional, que llevar¨ªa aparejada la inhabilitaci¨®n profesional durante seis a?os. Las indemnizaciones han sido fijadas en 390.000 euros.
El escrito del ministerio p¨²blico fue presentado la semana pasada en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 20 de Madrid, con sede en la plaza de Castilla. En el mismo, el representante p¨²blico considera probado que Gerardo Ra¨²l Senderowicz abri¨® la cl¨ªnica Icema (Centro Internacional de Cirug¨ªa Est¨¦tica de Madrid) en junio de 1998 en la calle de Maldonado, n¨²mero 59 (distrito de Salamanca). All¨ª comenz¨® a hacer operaciones est¨¦ticas, pese a carecer del t¨ªtulo para ejercer en Espa?a.
En dicho centro fue citada la paciente D¨¦bora Catal¨¢n en enero de 2002 para practicarle una liposucci¨®n por parte de Senderowicz y su compa?era Mar¨ªa Victoria Bonne. "Ambos doctores eran plenamente conscientes de que esa operaci¨®n deb¨ªa efectuarse en un quir¨®fano y no en ese habit¨¢culo, completamente inadecuado, al carecer de las necesarias condiciones de asepsia", se?ala el fiscal.El m¨¦dico marc¨® con un rotulador las zonas a tratar en el abdomen, caderas y muslos. Despu¨¦s se le suministr¨® el anest¨¦sico "que previamente hab¨ªan preparado ambos inculpados, conjuntamente, mezclando sustancias anest¨¦sicas sin tener conocimiento cierto de las sustancias que estaban manejando ni la concentraci¨®n de las mismas". Pese a ello, comenzaron la intervenci¨®n: "Tras efectuar varias infiltraciones con el anest¨¦sico por toda la zona a tratar, el doctor Senderowicz comenz¨® a practicar la liposucci¨®n, introduciendo con la ayuda de la inculpada, la doctora Bonne, la c¨¢nula correspondiente en el muslo".
Al poco tiempo, D¨¦bora Catal¨¢n comenz¨® a convulsionar de forma violenta frente a la anestesia que le hab¨ªa sido inyectada. Los facultativos interrumpen la intervenci¨®n intentando reanimar a la paciente "con los precarios medios con los que contaba (un amb¨² y un tubo de guedel), sin inyectar ninguna sustancia reanimante, al no haber guardado la precauci¨®n de tomar una v¨ªa y sin presencia real ni disponibilidad inmediata de un anestesista".
A las 18.46 lleg¨® un equipo del 061 que hab¨ªa sido avisado por los inculpados. Los facultativos encontraron a la paciente Catal¨¢n en parada cardiorrespiratoria, pese a lo cual iniciaron maniobras de resucitaci¨®n. "Resultaron infructuosas dado que aqu¨¦lla [Catal¨¢n] hab¨ªa ya fallecido", se?ala el fiscal en su escrito de calificaci¨®n. "Tras los an¨¢lisis de las muestras de sangre tomadas durante la autopsia se obtuvo que los inculpados hab¨ªan inyectado una dosis t¨®xica de anest¨¦sico, ya que conten¨ªa mepivaca¨ªna en un nivel netamente t¨®xico cuyo efecto se vio potenciado, al venir mezclado con lidoca¨ªna en un nivel entre terap¨¦utico elevado y t¨®xico moderado, por lo que la acci¨®n asociada de ambos anest¨¦sicos multiplic¨® el efecto t¨®xico, caus¨¢ndole la muerte", concluye el fiscal.
Por ello, solicita para ambos una pena de cuatro a?os de c¨¢rcel y otros seis de inhabilitaci¨®n como supuestos autores de un delito de homicidio por imprudencia profesional.
Mar¨ªa Jes¨²s G¨®nz¨¢lez, la abogada de la acusaci¨®n particular, ejercida por la familia de la fallecida, coincide con la petici¨®n del ministerio fiscal. Recalca la imprudencia de ambos imputados, que no tuvieron "la diligencia que les habr¨ªa sido exigible como m¨¦dicos" y obviaron la preparaci¨®n de medicamentos y principios activos necesarios para ser utilizados en caso de que surgieran complicaciones". "A los diez minutos de iniciar el tratamiento, la se?ora Catal¨¢n empez¨® a sonre¨ªr extra?amente y, tras ello, empez¨® a convulsionar hasta que entr¨® en parada cardiorrespiratoria, cuadro cl¨ªnico que los imputados no pudieron controlar debido a las carencias ya expresadas en medios t¨¦cnicos y humanos. Buena prueba de ello es que ninguno de los dos (...) supo distinguir que la extra?a sonrisa de la paciente era un cuadro de toxicidad del sistema nervioso central por anest¨¦sico local que produce contracciones en la cara y que precede a las crisis convulsivas", critica la abogada en su calificaci¨®n.
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