Vigilar el sue?o de los adolescentes
La mitad de los j¨®venes duerme dos horas menos de lo preciso para un buen desarrollo y rendimiento
Obesos e insomnes. A la m¨¢s que demostrada epidemia de obesidad juvenil se a?ade ahora, avalada por numerosos estudios cient¨ªficos, una p¨¦rdida generalizada de horas de sue?o entre los adolescentes. Este d¨¦ficit de sue?o alcanza las dos horas en casi la mitad de los j¨®venes espa?oles, y tiene consecuencias nefastas para su rendimiento acad¨¦mico y, probablemente, tambi¨¦n para su desarrollo y crecimiento.
Las necesidades de sue?o var¨ªan a lo largo de la vida, pero en la adolescencia son especialmente elevadas, ya que durante el sue?o se producen procesos relacionados con el desarrollo del adolescente, como la regeneraci¨®n neuronal y la secreci¨®n de la hormona del crecimiento. "Los j¨®venes deber¨ªan dormir entre nueve y nueve horas y media diarias, pero la mitad de ellos duermen el 20% menos. Esto les coloca en una situaci¨®n de d¨¦ficit cr¨®nico de sue?o", explica Diego Garc¨ªa-Borreguero, jefe de la unidad del sue?o de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz de Madrid.
Algunos expertos piden que se retrase la hora de inicio de las clases, como en EE UU
Hay educadores que echan la culpa a los videojuegos y a la televisi¨®n nocturna
Los numerosos est¨ªmulos que bombardean sus mentes y las crecientes exigencias extraescolares mantienen a los j¨®venes despiertos hasta medianoche. A la ma?ana siguiente se tienen que levantar a las siete para estar listos a las ocho, cuando el colegio abra sus puertas. Eso deja un resultado de unas siete horas de sue?o, claramente alejadas de las nueve recomendadas.
"Creemos que los cambios producidos en los ¨²ltimos a?os en el uso del tiempo libre de forma inadecuada, con un consumo excesivo de televisi¨®n y videojuegos, son los responsables directos de ese desajuste. S¨®lo hay dos caminos: o retrasar el horario escolar matinal o que la familia y la sociedad cambien los h¨¢bitos de los j¨®venes", sentencia Germ¨¢n Castellano, presidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina del Adolescente y pediatra en el Centro de Salud La Vega de Torrelavega (Cantabria).
Hace a?os que las escuelas de algunos estados de Estados Unidos decidieron tomar ese primer camino y retrasaron su hora de entrada. En Espa?a, los expertos est¨¢n divididos sobre la conveniencia de importar la medida. Sus defensores justifican su posici¨®n alegando que los efectos de la p¨¦rdida de horas de sue?o en los adolescentes son tan profundos y alarmantes que se impone una soluci¨®n de urgencia.
Un informe t¨¦cnico publicado recientemente en la revista Pediatrics, editada por la Academia Americana de Pediatr¨ªa, en el que se ha revisado todo el conocimiento cient¨ªfico disponible sobre las alteraciones en el sue?o de los j¨®venes entre los 12 y los 22 a?os llegaba, a una conclusi¨®n contundente: "Los estudios sugieren de una manera clara que un tiempo total de sue?o acortado y unos horarios irregulares est¨¢n estrechamente asociados con un rendimiento escolar bajo en los adolescentes". Para Carme Albors, directora de educaci¨®n secundaria del instituto Florida de Catarroja (Valencia), con 26 a?os de experiencia, la ca¨ªda del rendimiento escolar es evidente. "Nuestros chicos nunca se acuestan antes de las 12 de la noche. Los videojuegos y esos programas de televisi¨®n que se alargan hasta tarde tienen la culpa. Por la ma?ana vienen a clase con sue?o y sin capacidad para atender ni concentrarse, sobre todo en la primera clase de la ma?ana", afirma Albors.
Al descenso del rendimiento acad¨¦mico se a?aden los problemas de hiperactividad, los cambios en el estado de ¨¢nimo (tristeza, irritabilidad y c¨®lera), la dificultad para controlar las emociones, el aumento de la impulsividad y el incremento de los accidentes de tr¨¢fico. De ah¨ª que algunos expertos recomienden retrasar la hora de inicio de la jornada escolar, "nunca antes de las nueve de la ma?ana", seg¨²n Rosa Peraita, directora de la unidad de trastornos del sue?o del hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid. Para otros profesionales, la medida no atajar¨ªa la causa profunda de las alteraciones del sue?o en los adolescentes: la propagaci¨®n de unos malos h¨¢bitos a la hora de dormir.
"Tal vez retrasar la hora de entrada a los colegios sea la soluci¨®n m¨¢s f¨¢cil, pero hay que entender que el d¨¦ficit cr¨®nico de sue?o no es un problema exclusivo de los adolescentes. Toda la poblaci¨®n duerme menos de lo que deber¨ªa, y la soluci¨®n est¨¢ en un cambio de h¨¢bitos y en una mejor educaci¨®n", explica Garc¨ªa-Borreguero.
Esta opini¨®n la comparte Carme Albors. En su centro de ense?anza consideraron la posibilidad de empezar las clases a las nueve en vez de a las ocho porque "esa primera hora suele ser una hora perdida", pero el claustro lo desestim¨®. Retrasar la hora de entrada implicar¨ªa extender la jornada escolar hasta la tarde, "y en esas clases tras la comida tampoco nos rinden nada". Ahora sus esfuerzos se centran en convencer a los padres de la importancia de que sus hijos se acuesten a una hora prudente.
Esta tarea se antoja necesaria, a juzgar por la responsabilidad que el informe publicado en Pediatrics otorga a la influencia paterna en la p¨¦rdida de horas de sue?o de los adolescentes: "Con la transici¨®n de la infancia a la adolescencia los padres parecen cambiar la manera en que ejercen su influencia sobre los patrones de sue?o de sus hijos, particularmente durante los d¨ªas de colegio", aseguran los autores del informe Excesiva somnolencia en adolescentes y j¨®venes adultos: causas, consecuencias y estrategias de tratamiento, elaborado por la Academia Americana de Pediatr¨ªa y el Centro Nacional para la Investigaci¨®n en las Alteraciones del Sue?o. Seg¨²n un estudio llevado a cabo en EE UU y citado en el informe, s¨®lo el 5% de los estudiantes consultados ten¨ªan una hora de acostarse fijada por sus padres.
Para Germ¨¢n Castellano, presidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina del Adolescente, el papel de los padres es clave. "Deben hacer una educaci¨®n afectiva, compartida y responsable, huyendo de la sobreprotecci¨®n y sabiendo que los ni?os y los adolescentes necesitan normas y l¨ªmites", explica Castellano. "Actualmente, el 43% de los padres rehuye y no comenta con sus hijos problemas diarios de todo tipo, incluido el de los horarios. Y no lo hacen por miedo a enfrentarse a sus hijos y porque no saben c¨®mo abordarlos", contin¨²a.
Para reconducir la situaci¨®n y prevenir alteraciones en el sue?o de los adolescentes los expertos recomiendan regularidad en la hora de acostarse y levantarse, exponer a los j¨®venes a la luz intensa por la ma?ana y desaconsejarla por la tarde, promover actividades estimulantes en las horas en las que hay tendencia a la somnolencia, evitar el consumo de sustancias estimulantes, eliminar las actividades que pongan al ni?o alerta una hora antes de irse a dormir, realizar ejercicio f¨ªsico adecuado a la edad y ense?ar a relajarse. Y lo m¨¢s importante, los padres deben predicar con el ejemplo.
Retraso en las horas de acostarse y levantarse
Todos los d¨ªas levant¨¢ndose a las siete, llega el fin de semana y muchos j¨®venes se quedan en la cama hasta bien entrado el d¨ªa. Muchos padres se quejan de lo vagos que son sus hijos, pero las causas de este comportamiento son m¨¢s profundas. Un estudio publicado el mes pasado en la revista Pediatrics ha analizado la cuesti¨®n estudiando los cambios en los h¨¢bitos de sue?o de los estudiantes de un instituto cuando comenzaban las clases respecto a las vacaciones de verano. "La diferencia entre el sue?o durante los fines de semana en septiembre y agosto no era significativo, lo que sugiere que los horarios de sue?o en los fines de semana podr¨ªan representar un retorno a un ritmo circadiano intr¨ªnseco que se pierde a lo largo de la semana por los horarios escolares", comentan los autores.
En la adolescencia se produce un retraso en el ciclo de sue?o y vigilia por el que la hora de acostarse y la de levantarse se retrasan respecto a los horarios de ni?os y adultos.
"Conocer este fen¨®meno podr¨ªa mejorar relaciones familiares si los padres entienden que dormir hasta tarde los fines de semana es parte del ciclo natural de sus hijos y no una forma de comportamiento vago o antisocial", concluyen los autores del estudio
Otros expertos creen, sin embargo, que se trata m¨¢s de una forma de recuperar el sue?o perdido durante la semana. As¨ª opina Rosa Peraita, directora de la unidad de trastornos del sue?o del hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid. "Todos aquellos sujetos, j¨®venes y adultos, que duermen m¨¢s horas los fines de semana tienen una insuficiencia de sue?o que compensan el s¨¢bado y domingo. Es lo primero que debe pensar el especialista cuando llega un joven con somnolencia y falta de atenci¨®n y concentraci¨®n en clase. Tienen una deuda de sue?o cr¨®nica", explica.
Diego Garc¨ªa-Borreguero, jefe de la unidad del sue?o de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz de Madrid, se apresura a recordar que no se trata s¨®lo de recuperar sue?o perdido, sino que hay que combatir los efectos de esa p¨¦rdida. "Los efectos neurofisiol¨®gicos se recuperan, pero no los endocrinol¨®gicos, que tienen que ver, entre otras cosas, con la tolerancia a la glucosa".
La cuesti¨®n no est¨¢ cerrada y Pilar Cuartero, presidenta de la Asociaci¨®n Ib¨¦rica de Patolog¨ªa del Sue?o, se?ala que los adolescentes no suelen dedicar el fin de semana precisamente a dormir.
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