Todos los deseos
Parece que pronto entrar¨¢ en vigor el Reglamento de Instituciones de Inversi¨®n Colectiva que, entre otras novedades, recoger¨¢ probablemente la posibilidad de que los particulares tengan un acceso indirecto a la inversi¨®n en hedge funds, tambi¨¦n llamados, de forma quiz¨¢ excesivamente gen¨¦rica, fondos de gesti¨®n alternativa.
A la inversi¨®n espa?ola en hedge funds se le va a poder aplicar lo que dec¨ªa Marcel Proust: "en esta vida todos los deseos se cumplen, siempre y cuando no nos proporcionen la felicidad que esper¨¢bamos de ellos".
Y es que la posibilidad de invertir en ellos va a llegar tras dos a?os en que esta clase de fondos (a la vez que suscitaban una atracci¨®n cada vez mayor y levantaban expectativas de rentabilidad desorbitadas) han procurado a sus inversores rentabilidades medias decepcionantes.
As¨ª, en 2004 y en lo que va de 2005, mientras que los fondos de renta variable espa?ola han acumulado rentabilidades medias respectivas de 19% y 13%, los de gesti¨®n alternativa que ya se vend¨ªan en Espa?a (un tipo de hedge funds de baja intensidad) no han superado en ninguno de los dos a?os el 1,6%. De hecho, en los siete primeros meses de 2005 su rentabilidad media se sit¨²a en 1,54%, con todas las rentabilidades contenidas en el intervalo que va de -6% a 6,5%.
?Qu¨¦ ha sucedido? Los gestores de hedge funds culpan a la baja volatilidad y a la falta de direcci¨®n de los mercados, algo que resulta contraintuitivo si se contemplan las fuertes oscilaciones que han tenido los mercados de renta variable que, sobre todo en Europa, han sabido combinarse con un claro movimiento de subida de sus ¨ªndices. Otro tanto podr¨ªa decirse de los mercados de renta fija (con tres ondas alcistas) o de la cotizaci¨®n del euro frente al d¨®lar.
Una de las razones que podr¨ªan, tambi¨¦n, justificar la ausencia de resultados en estos fondos es su propia popularizaci¨®n ya que la esencia de las buenas rentabilidades que obtuvieron en el pasado radicaba en su relativa escasez, algo que les permit¨ªa explotar ineficiencias de los mercados por medio de diferentes t¨¦cnicas de arbitraje. El crecimiento desmesurado que han tenido en los ¨²ltimos a?os ha provocado el que las oportunidades de arbitraje se esfumen r¨¢pido. O, dicho con una expresi¨®n anglosajona, hay "demasiados cazadores corriendo tras el mismo n¨²mero de piezas".
Sin embargo, y pese a lo decepcionante de sus rentabilidades, no se est¨¢ cumpliendo el presagio de una reducci¨®n en su patrimonio, aunque s¨ª ha bajado el ritmo de suscripciones: 11.000 millones de d¨®lares en el segundo trimestre, cuando en el primero hab¨ªan doblado esa cifra. Con ello, el volumen global se eleva por encima del bill¨®n (no billion) de d¨®lares.
En cualquier caso, mientras las bolsas sigan subiendo, el atractivo de los hedge funds seguir¨¢ empalideciendo. Aunque tal vez en oto?o esta situaci¨®n se torne en su contraria. Para entonces el citado Reglamento estar¨¢, previsiblemente, publicado, y quiz¨¢ puedan cumplirse esos deseos de la industria de fondos que, hoy por hoy, parecen concedidos a destiempo.
Juan Ignacio Crespo es director general de Finanduero.
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