Sentido del humor
Era abrir la boca Zaplana y morirnos de la risa. Nos re¨ªamos todo el tiempo, a lo bobo, como en la mili, sin motivos. Y no soy yo s¨®lo, f¨ªjate en la compa?era del partido que aparece detr¨¢s de m¨ª, estirando el cuello y lade¨¢ndose ligeramente para salir en la foto. No recuerdo qu¨¦ dec¨ªa Zaplana, pero no es lo que dijera, era el tono, el movimiento de las manos, la forma en que hac¨ªa rimar la comisura de los labios con la de los extremos de las cejas. Yo jam¨¢s he conseguido esa musicalidad. Yo exploto. Mi boca es un puro cr¨¢ter y mi vientre son las entra?as de un volc¨¢n. En vez de arrojar lava, arrojo carcajadas, carcajadas sin rima, sin ritmo, carcajadas tabernarias, si prefieres decirlo as¨ª, pero esa es mi condici¨®n, qu¨¦ quieres que le haga.
Ahora bien, me veo en la foto y me gusto. Me divierte ese aire de francachela tan espa?ol, tan nuestro. Si hay un espect¨¢culo que me conmueve es el de dos amigos abrazados, quiz¨¢ un poco borrachos, ri¨¦ndose del mundo por el medio de la calle, meando juntos contra una tapia tras cenar y tomar unas copas. Si te fijas, por nuestra constituci¨®n f¨ªsica y nuestro modo de vestir, Zaplana representar¨ªa al serio y yo al bromista. A ¨¦l le hacen los trajes a medida y cuida los complementos hasta la obsesi¨®n. No te pierdas el cuello de su camisa, ni el detalle del reloj asomando discretamente por debajo de la manga, ni el nudo de la corbata. Ahora mira las manos. La izquierda delicadamente apoyada sobre los papeles; la derecha ligeramente levantada para acompa?ar la iron¨ªa que est¨¢ lanzando al adversario. Sonr¨ªe, desde luego, pero sin perder la compostura, sin arrugar el traje ni la cara, sin separar los dedos. En cambio, yo estoy desencajado. Me importa un pito lo que le ocurra a mi cuerpo y a mi ropa. He explotado y ya est¨¢. ?l va de serio y yo de bromista. ?l, de listo y yo..., ahora no s¨¦ de qu¨¦ estaba hablando... Ah, s¨ª: que ¨¦l dice las gracias y yo se las r¨ªo, y no s¨®lo porque mande m¨¢s que yo, sino porque tiene el condenado una habilidad incre¨ªble para pronunciar la palabra justa en el momento preciso. En el circo, no tendr¨ªamos precio.
Por la fecha en la que se public¨®, ya te digo que esta foto pertenece a la investigaci¨®n parlamentaria sobre el 11-M, aquel atentando en el que murieron casi doscientas personas. No es una cosa de risa, pero a veces en las situaciones m¨¢s graves estalla el volc¨¢n y no hay manera de controlarlo. A m¨ª me ocurre por lo menos. Estoy en un funeral y me empiezan a pasar por la cabeza ideas graciosas. Si estoy solo, me contengo, pero si veo entrar a Zaplana con esa pinta de maniqu¨ª y se le ocurre abrir la boca, me disparo. Y no me ocurre solamente a m¨ª. Pregunta a los m¨¦dicos, a los psic¨®logos. Por lo visto, es una reacci¨®n muy natural. Ahora no consigo recordar de qu¨¦ me re¨ªa, quiz¨¢ de que hubi¨¦ramos obligado al PSOE a demostrar que hab¨ªamos mentido entre el 11 y el 14-M. Era tan evidente que no necesitaba demostraci¨®n, pero Zaplana, con su dial¨¦ctica, les hizo entrar al trapo. La repera. Por cierto que a Pilar Manj¨®n, que declarar¨ªa dos d¨ªas m¨¢s tarde, le parecieron fatales estas risas. Pero es que esa mujer no sabe lo que es el sentido del humor. Y no lo digo yo, lo dice todo el mundo, pero unos lo dicen con m¨¢s gracia que otros. Pasa p¨¢gina.
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