?Baja el paro... o sube el paro?
Los autores sostienen que el mercado laboral atraviesa un buen momento pese a la aparente disparidad entre los datos de la EPA del segundo trimestre y el paro registrado en julio
En las dos ¨²ltimas semanas han aparecido dos estad¨ªsticas referidas a la situaci¨®n del paro en Espa?a que parecen contradictorias. Por una parte, la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA), cuyos resultados del segundo trimestre se hicieron p¨²blicos el pasado d¨ªa 29 de julio, una vez corregidos los efectos de los cambios metodol¨®gicos introducidos a principios de este a?o, arroja un descenso del n¨²mero de parados de 209.000 con respecto al mismo trimestre del a?o anterior. Por otra parte, los datos del paro registrado en los servicios p¨²blicos de empleo, referidos al ¨²ltimo d¨ªa del mes de julio y hechos p¨²blicos el pasado d¨ªa 2 de agosto, arrojan un incremento de 14.557 con respecto al mismo d¨ªa del mes anterior. ?C¨®mo puede ser? ?Est¨¢ bajando el paro, como dice la EPA, o est¨¢ subiendo el paro, como dice el paro registrado?
Los poderes p¨²blicos har¨ªan un gran servicio si dejaran de politizar las estad¨ªsticas
Antes que nada, conviene hacer dos precisiones a los datos anteriores. Por una parte, los datos de la EPA se refieren a la media del segundo trimestre (meses de abril, mayo y junio), mientras que los datos del paro registrado se refieren al ¨²ltimo d¨ªa del mes de julio. Por otra parte, tanto el descenso del paro de la EPA como el aumento del registrado son estimaciones, ya que ambas fuentes estad¨ªsticas han sufrido cambios metodol¨®gicos importantes en 2005, que suponen mejoras en la forma de medir la realidad social, pero que provocan rupturas en las series estad¨ªsticas.
Sin embargo, lo m¨¢s importante es que el paro de la EPA y el paro registrado no son cifras estrictamente comparables. La EPA pregunta a una muestra representativa de toda la poblaci¨®n sobre su situaci¨®n laboral, las caracter¨ªsticas de su empleo, si lo tiene, sus actividades de b¨²squeda de empleo, si lo busca, su nivel de estudios, etc¨¦tera. Aplicando las definiciones internacionales en vigor, todas las personas entrevistadas son catalogadas como ocupadas, paradas o inactivas. A partir de las proyecciones de poblaci¨®n que elabora el INE, los datos de esa muestra son elevados para obtener las cifras que se publican de poblaci¨®n ocupada (empleo) y poblaci¨®n parada. Los datos de la EPA se ajustan a los m¨¦todos y definiciones aprobados por la Comisi¨®n Europea. Son los datos v¨¢lidos para las comparaciones internacionales, y los ¨²nicos que permiten calcular correctamente algunas magnitudes importantes, como la tasa de paro o de empleo (o de ocupaci¨®n), utilizadas como variable objetivo de la pol¨ªtica macroecon¨®mica en el ¨¢mbito nacional y en el europeo.
A diferencia de la EPA, el paro registrado no es una encuesta por muestreo que se realiza al conjunto de la poblaci¨®n, sino una cifra que se calcula a partir de un registro administrativo, el registro de demandantes de empleo. Un demandante de empleo es una persona que acude a un servicio p¨²blico de empleo (las antiguas oficinas del Inem, ahora transferidas) y dice que quiere un empleo. No todas las personas que se inscriben en los servicios p¨²blicos de empleo afirman querer trabajar; algunas s¨®lo se inscriben porque es un requisito para acceder a alg¨²n curso de formaci¨®n, por ejemplo, o porque, de lo contrario, no pueden cobrar las prestaciones por desempleo. En algunos de estos casos, los servicios p¨²blicos de empleo excluyen a estas personas de la lista de demandantes de empleo y los catalogan como "demandantes de otros servicios". En la actualidad, hay unas 150.000 personas en esta situaci¨®n. A los inscritos como demandantes, actualmente en torno a los tres millones, los servicios p¨²blicos de empleo les realizan preguntas necesarias para poder saber qu¨¦ tipo de empleo desean y pueden realizar.
Naturalmente, ser demandante de empleo no es equivalente a ser parado. Pero si una encuesta aleatoria bien dise?ada y basada en criterios internacionales puede tener dificultades para identificar a los parados, por las dificultades intr¨ªnsecas mencionadas antes, la obtenci¨®n de cifras que pueden considerarse v¨¢lidas a partir de un registro son mucho mayores. Para empezar, puede que no todas las personas paradas se hayan inscrito como demandantes. Adem¨¢s, puede que muchas de las inscritas como demandantes realmente se inscriban por otras razones ligadas a los derechos potenciales que puede generar la inscripci¨®n administrativa en el registro. Entre esos derechos, cabe mencionar la percepci¨®n de prestaciones por desempleo, las posibles ventajas que conceden algunos ayuntamientos a los parados y la posible ventaja derivada de la antig¨¹edad en la inscripci¨®n.
Al publicar la estad¨ªstica de paro registrado, el Servicio P¨²blico de Empleo Estatal (antes Inem) aplica unos criterios, definidos en 1985, seg¨²n los cuales no se considera que forman parte del paro registrado los colectivos que ya tienen un empleo y los que se supone que tienen una baja disposici¨®n para trabajar. Los primeros son identificados mediante cruces con los registros de la Seguridad Social y los segundos seg¨²n la informaci¨®n que se recaba de ellos. As¨ª, los jubilados o pensionistas, los trabajadores eventuales agrarios subsidiados, los trabajadores fijos discontinuos en inactividad, los estudiantes y los demandantes de empleos espec¨ªficos (de menos de tres meses de duraci¨®n o de menos de 20 horas a la semana) no son incluidos en las cifras de paro registrado.
En abril de 2005, todo el sistema de gesti¨®n del empleo de los servicios p¨²blicos de empleo fue puesto al d¨ªa, mediante la entrada en vigor del llamado SISPE (Sistema de Informaci¨®n de los Servicios P¨²blicos de Empleo), que permite una mejor coordinaci¨®n entre los distintos servicios auton¨®micos de empleo y el servicio estatal. La entrada en funcionamiento del SISPE trajo consigo la actualizaci¨®n de los procedimientos de contabilizaci¨®n del paro registrado.
Naturalmente, las nuevas cifras, aunque m¨¢s fiables en sus propios t¨¦rminos (es decir, desde el punto de vista de la aplicaci¨®n de la orden ministerial de 1985), siguen estando sometidas a los problemas antes citados, relacionados con el hecho de que se originan en un registro administrativo, y seguir¨ªan est¨¢ndolo aunque se modificara la orden. Para todos los expertos, el ¨¦nfasis que se sigue poniendo en las cifras de paro registrado es err¨®neo. El seguimiento de la coyuntura del mercado de trabajo debe basarse en los datos de la EPA, no en la cifra de paro registrado. Este ¨²ltimo es un indicador interesante, por su inmediatez, ya que se publica s¨®lo un par de d¨ªas despu¨¦s de terminar el mes correspondiente, que permite una desagregaci¨®n territorial m¨¢xima (dado su car¨¢cter registral), y que puede utilizarse como indicador adelantado de la EPA.
Eso nos lleva a las cifras de finales de julio de 2005. ?C¨®mo puede ser que el paro registrado haya aumentado en julio, teniendo en cuenta, adem¨¢s, la tendencia favorable indicada por la EPA que, cabe esperar, se haya mantenido en un mes estacionalmente propicio como el que acaba de terminar? Para entenderlo, es ¨²til darse cuenta de que el aumento de casi 15.000 personas es el resultado neto de una salida de la situaci¨®n de paro de 355.000 personas (la mayor¨ªa por colocaci¨®n) y la entrada en el paro de otras 370.000, muchas de ellas nuevas demandantes que pueden provenir del empleo, como sucede en algunos sectores que usan de forma abusiva la temporalidad, o personas que se incorporan al mercado de trabajo ante las buenas expectativas y que, con la nueva metodolog¨ªa del SISPE, son (correctamente) menos filtradas que antes.
En suma, la situaci¨®n general del mercado de trabajo, tal y como indica el fuerte crecimiento del empleo de la EPA, es favorable. Lo mismo indican los datos de altas en Seguridad Social (afectados, por otra parte, por el proceso de regularizaci¨®n) y los datos de contratos. La cifra discordante del paro registrado no debe considerarse preocupante, aunque por la misma raz¨®n tampoco debe ensalzarse cuando sus resultados parecen m¨¢s positivos. Los poderes p¨²blicos har¨ªan un gran servicio si dejaran de politizar las estad¨ªsticas.
Luis Garrido es catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la UNED, y Luis Toharia es catedr¨¢tico de Fundamentos del An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad de Alcal¨¢.
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