?lbum peruano
Cuando los destinos del arte ya no se infieren de lo que sucede en ninguna parte en concreto (o ya no se infieren en absoluto), resulta particularmente interesante prestar atenci¨®n a la realidad art¨ªstica de territorios geogr¨¢ficamente lejanos, pero eventualmente pr¨®ximos a nosotros. Tal es el caso de Per¨². De hecho, la exposici¨®n de que aqu¨ª se trata no pretende ofrecer un panorama de lo ¨²ltimo del arte peruano. Si as¨ª fuera, lo m¨¢s probable es que nos encontr¨¢ramos con algo parecido a lo ¨²ltimo de cualquier otra parte. Pero aqu¨ª la idea es presentar una selecci¨®n significativa de lo ocurrido en la pintura peruana (con la excepci¨®n del escultor ?lvaro Roca-Rey, constructor de m¨¢quinas impolutas y esmeradas, como ir¨®nicos artilugios sin objeto) a trav¨¦s de los artistas que han venido trabajando en ella desde mediado el siglo XX hasta ahora mismo.
ARTISTAS PERUANOS CONTEMPOR?NEOS
Museo de Bellas Artes Gravina
Gravina, 15. Alicante
Hasta el 28 de agosto
Es claro que una muestra gen¨¦rica como ¨¦sta, apoyada por las oportunas instancias diplom¨¢ticas, y por valioso que sea el conjunto, ha de resultar desigual por necesidad. Hablamos de 28 artistas pertenecientes a varias generaciones, de formaci¨®n y prop¨®sitos muy diversos. Dicho en t¨¦rminos taxativos: los unos son abstractos m¨¢s o menos ortodoxos; los otros, los figurativos, se distinguen por su heterogeneidad: o bien practican una especie de realismo simb¨®lico, m¨¢gico u on¨ªrico, a veces de ra¨ªces surrealistas, o bien juegan con las mitolog¨ªas precolombinas, o bien derivan del pop o juegan con el neofragmentarismo posmoderno.
Por empezar por los mayores (y esperando que se me perdone el sesgo taxon¨®mico de mi comentario): el pintor decano de Per¨² es hoy Fernando de Szyszlo (1925). Su trabajo combina elementos de lirismo abstracto con otros de raigambre prehisp¨¢nica. De su misma generaci¨®n, y tambi¨¦n abstractos, son Antonio M¨¢ro, Luz Negib y Ella Krebs: los primeros inclinados hacia la mancha o los campos de color; la segunda, a configuraciones de secuencias de motivos formales, generadores de espacios complejos. Casi coet¨¢neos, aunque no abstractos, son Venancio Shinki o Gerardo Ch¨¢vez, ambos interesados en la herencia mitol¨®gica peruana como fundamento de unas composiciones cuyas reglas, de todos modos, no pueden sino derivar de las tempranas vanguardias europeas. Herman Braun-Vega, por su parte, se ha orientado hacia una figuraci¨®n historicista capaz de recuperar la Olimpia de Manet y situarla en una v¨ªa p¨²blica. Carlos Revilla ha optado por un surrealismo perverso; Leslie Lee, por una neofiguraci¨®n de ra¨ªces decimon¨®nicas; Rafael Hastings, por un anatomismo delirante, y Jos¨¦ Carlos Ramos por un indigenismo vagamente na¨ªf en pinturas de tem¨¢tica animal.
Los pintores que les siguieron tomaron direcciones tambi¨¦n dispares: ?ngel Ch¨¢vez, Armando Williams, Ricardo Wiesse y Ramiro Llona han continuado las v¨ªas de la abstracci¨®n, mientras que Alejandro Alayza se mantuvo fiel a una po¨¦tica poscubista y Salvador Velarde a una figuraci¨®n de atm¨®sfera posrom¨¢ntica. Juan Pastorelli hace un paisajismo de inspiraci¨®n arquitect¨®nica, mientras que Gonzalo Pflucker practica una figuraci¨®n realista y neobarroca. En cuanto a los m¨¢s j¨®venes, hacen patente la inevitable convergencia con la presente escena internacional. As¨ª, hay expresionismo pop (Carlos Enrique Polanco), elementos de posmodernismo (Bruno Zeppilli, Leoncio Villanueva, Luis Garc¨ªa-Zapatero) y algunas cosas m¨¢s. Tal vez no pod¨ªa ser de otro modo.
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