Lino hace los deberes

Dicen que es un atleta seguro, de los que no ponen a prueba el coraz¨®n de los entrenadores. Joan Lino Mart¨ªnez salta bien y largo, pero sobre todo con una regularidad que a Juan Carlos ?lvarez le parece una bendici¨®n. ?lvarez le ha dirigido en los tres ¨²ltimos a?os y sabe que es un saltador eficaz. Llega la ronda eliminatoria, se clasifica para la final sin demasiado ruido y espera su momento, como ocurri¨® en los Juegos de Atenas, donde consigui¨® la medalla de bronce en longitud. Fue el ejercicio t¨ªpico de un atleta que dif¨ªcilmente se altera. No lo hizo durante su largo proceso de nacionalizaci¨®n -naci¨® en Cuba y lleg¨® a Espa?a hace seis a?os-, culminado pocas semanas antes de los Juegos. Tampoco le ha perturbado la lesi¨®n que le ha alejado de las pistas durante 40 d¨ªas. Sin apenas competiciones, en Helsinki se clasific¨® para la final en su primer salto: 8,10 metros. "Es lo que uno sue?a cuando llega a las grandes competiciones. Un salto y a la final", declar¨® su entrenador.

Lino, 27 a?os, lleg¨® de Cuba con magn¨ªficos antecedentes. Era veloz y lo trasladaba con naturalidad a los saltos. Cualquiera pod¨ªa adivinar en ¨¦l a un atleta capaz de situarse entre 8,30 y 8,40 metros. Es decir, el margen que proporciona las medallas en las grandes competiciones. Sin embargo, su progresi¨®n se vio amenazada por los problemas administrativos de su nacionalizaci¨®n. No era espa?ol y tampoco pod¨ªa competir con Cuba. "Estaba en una especie de limbo", apunta ?lvarez. Era un limbo muy peligroso para la trayectoria de Lino. "Pas¨® casi tres a?os en una situaci¨®n que da?a a cualquier atleta, y m¨¢s en un periodo tan importante, entre los 23 y los 26 a?os", a?ade.

En julio del pasado a?o, Lino recibi¨® el pasaporte espa?ol. Un mes despu¨¦s gan¨® la medalla de bronce con un efecto inmediato: la beca ADO por dos a?os, la estabilidad econ¨®mica y una mejora de su situaci¨®n familiar. Su madre y su abuela se han trasladado a Madrid, donde el saltador ha alquilado un piso. En la pista mantiene sus caracter¨ªsticas naturales. Es muy r¨¢pido y listo. Se adapta a todas las condiciones. "Sabe leer perfectamente la prueba. No es un saltador que se distinga por la potencia de su batida. No tiene que golpear con fiereza como Dwight Philips. Lino toca y vuela. Eso le sirve para situarse con facilidad en 8,10 metros. Pero ahora viene lo complicado. Si en la final quiere saltar 8,30, o m¨¢s, tendr¨¢ que batir con m¨¢s fuerza", explica su entrenador.

?lvarez sab¨ªa que su atleta dispon¨ªa de unas magn¨ªficas cualidades. "Hab¨ªa que tomar algunas decisiones relacionadas con su carrera. Lo hicimos el pasado a?o", indica. "Era evidente que Lino llegaba con facilidad a un cierto punto. Con su velocidad lo consegu¨ªa. En mi opini¨®n, pod¨ªa saltar m¨¢s, siempre y cuando ampliara su carrera. Eso significaba un aprendizaje t¨¦cnico que ha asimilado muy bien", agrega.

Su carrera se ha alargado hasta los 41 metros, 47 si se cuentan los siete primeros peque?os pasos. Luego, llega el momento decisivo: los 17 pasos finales en los que es necesario ajustar la velocidad. Lino no fall¨® en Atenas y, posiblemente, tenga un papel importante en la final: "Siempre ha demostrado que es un excelente competidor. Espero que aqu¨ª tambi¨¦n".

Lino ha llegado a los Mundiales con poco rodaje en el circuito de verano. Sufri¨® una lesi¨®n fibrilar en Huelva y estuvo 40 d¨ªas sin competir. Los datos previos eran magn¨ªficos. "Estaba en mejores condiciones que en los Juegos de Atenas", dice ?lvarez. El regreso ha sido satisfactorio. Lino no ha deca¨ªdo tras la lesi¨®n. En la jornada de clasificaci¨®n se encontr¨® con una ma?ana agradable, por fin soleada, con un viento favorable a los saltadores. Salt¨® y se clasific¨®. Hoy volver¨¢ a enfrentarse a los cl¨¢sicos, con el estadounidense Dwight Philips a la cabeza. Philips, campe¨®n ol¨ªmpico en Atenas, impresion¨® con un salto de 8,59 metros, ayudado por un viento de 3 m/s. Ser¨¢ el favorito de una prueba en la que no habr¨¢ m¨¢s representaci¨®n estadounidense, pero volver¨¢n los habituales de los ¨²ltimos tiempos: el jamaicano Beckford, el ghan¨¦s Gaisah y el franc¨¦s Sdiri.