"?Qu¨¦ tal va el vuelo? ?Cojonudo!"
El piloto del helic¨®ptero siniestrado respondi¨® que todo iba bien seis segundos antes de estrellarse
Seis segundos antes de que se estrellase, el piloto del segundo Cougar pregunt¨® al primero: "?Qu¨¦ tal va el vuelo?" "Cojonudo", contest¨® ¨¦ste. Eran las 11.01 en Afganist¨¢n -dos horas y media menos en la Pen¨ªnsula- y los dos helic¨®pteros espa?oles hab¨ªan partido del aeropuerto de Herat, al oeste de pa¨ªs, para realizar un vuelo t¨¢ctico.
Se trataba de probar su capacidad de integraci¨®n con el Ej¨¦rcito Nacional Afgano (ANA), uno de los ¨²ltimos ejercicios antes de que, ma?ana, se declare la Capacidad Operativa Final (FOC) del batall¨®n de 500 efectivos de la Brigada Ligera Aerotransportable (Brilat), enviado a Afganist¨¢n para colaborar a la seguridad de las elecciones parlamentarias del pr¨®ximo 18 de septiembre.
Los dos helic¨®pteros se dirig¨ªan hacia el sur, a la localidad de Shindahad. El segundo Cougar volaba unos 200 metros detr¨¢s del que iba en cabeza. Iban a s¨®lo seis metros del suelo, por razones de seguridad.
El objetivo de este procedimiento es que un eventual atacante, equipado con un misil antia¨¦reo port¨¢til (MAMPA), s¨®lo advierta la presencia de la aeronave cuando ya la tenga sobre su cabeza, sin tiempo material para apuntar. Pero tambi¨¦n se trata de un procedimiento de alto riesgo, pues si el helic¨®ptero se desestabiliza por alguna circunstancia -como una turbulencia, frecuente en zonas donde se superan los 50? grados de temperatura- tampoco el piloto dispone de margen para recuperar el aparato.
Los dos helic¨®pteros volaban entre colinas des¨¦rticas, a unos 22 kil¨®metros al sur de Herat. El primer aparato super¨® la ¨²ltima cima e inici¨® el descreste, la bajada hacia la llanura. El segundo piloto no pudo ver lo que ocurri¨® al otro lado de la monta?a, pero s¨ª c¨®mo ascend¨ªa una densa columna de humo negro. Crey¨® que su compa?ero hab¨ªa sido atacado y puso los motores a m¨¢xima potencia para escapar.
El segundo Cougar ascendi¨® casi en vertical, para evitar pasar a la otra vertiente de la loma, y efectu¨® un aterrizaje de emergencia. Tan brusco que cinco de sus ocupantes resultaron heridos; uno con pron¨®stico menos grave, tres leves y uno m¨¢s que tuvo que ser hospitalizado con un ataque de ansiedad. El helic¨®ptero qued¨® inmovilizado en el suelo, sin posibilidad de volar, aunque Defensa conf¨ªa en recuperarlo.
Media hora despu¨¦s llegaron a la zona los otros tres helic¨®pteros espa?oles destacados en Herat. Dos Cougar del Ej¨¦rcito del Aire, preparados para evacuaciones m¨¦dicas, y el tercer aparato de transporte t¨¢ctico del Ej¨¦rcito de Tierra. Evacuaron a los cinco heridos del helic¨®ptero que hizo el aterrizaje forzoso, pero no pudieron hacer nada por los 17 ocupantes del primero. Todo lo que quedaba del mismo era una gran mancha negra en el suelo y restos humanos y met¨¢licos esparcidos en una extensa ¨¢rea, m¨¢s all¨¢ de la ¨²ltima colina, en una llanura al otro lado de un cauce seco.
El hecho de que el helic¨®ptero se estrellase en una zona llana, donde no se aprecia ning¨²n obst¨¢culo con el que colisionar y hubiera sido relativamente f¨¢cil tomar tierra, llev¨® al ministro de Defensa, Jos¨¦ Bono, a no excluir la posibilidad de un ataque.
No ya de un misil antia¨¦reo, del que hasta ayer por la tarde no se hab¨ªa encontrado rastro alguno, sino de un arma ligera (lanzagranadas o disparos de fusiler¨ªa) e incluso de una piedra. A tan baja altura, una pedrada en el rotor puede ser suficiente para derribar un helic¨®ptero, como de hecho sucedi¨® en una ocasi¨®n en la sierra de Madrid 1989.
Un portavoz de la OTAN dio ayer por sentado que la ca¨ªda del helic¨®ptero se debi¨® a un accidente y los altos mandos militares consultados por EL PA?S se inclinaban por esta hip¨®tesis. Bono, sin embargo, prefiri¨® referirse a lo sucedido con la palabra "siniestro"; una forma de no pronunciarse sobre la causa.
Sin embargo, el ministro de Defensa recordaba ayer c¨®mo durante su visita a Afganist¨¢n, el pasado 1 de agosto, observ¨® un orificio de disparo en el fuselaje de un avi¨®n Ilyushin en el aeropuerto de Herat. Dado el estado de los restos del helic¨®ptero es dif¨ªcil que se conserve una huella tan peque?a. "Quiz¨¢ nunca sepamos con seguridad la verdadera causa de lo ocurrido", se lamentaba un alto cargo de Defensa.
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