Quitarse
Quitarse es dificil¨ªsimo. Lo que es f¨¢cil es ponerse. Ya lo dice la gente si no te apetece, por ejemplo, trabajar. T¨² dices en el trabajo que es que no tengo ninguna gana de hacer na, y seguro que alguien dice lo de venga Gerardo, si es ponerse y ya est¨¢. S¨ª, ponerse parece que no cuesta, pero ?ya est¨¢? Eso no est¨¢ tan claro, porque, siguiendo el ejemplo, t¨² empiezas a trabajar y ?cu¨¢ndo paras? Pues seguramente cincuenta y tantos a?os m¨¢s tarde. Y ni te has enterado. Ponerse est¨¢ tirao, excepto ponerse calcetines de perl¨¦ cuando se te ha ensanchado el empeine, que no es f¨¢cil ni se le acerca. Para el que no sepa lo que es el perl¨¦, le diremos que es un hilo con el que se hacen prendas con caladitos, de forma que los dibujos se clavan en el cuerpo y ¨¦ste se queda tatuado unas horas despu¨¦s de quitar las preciosas prendas. Y el perl¨¦ es dif¨ªcil pon¨¦rselo y peor quit¨¢rselo, porque en este caso m¨¢s que quitarse es arrancarse para defenderse de la asfixia.
Quitarse de fumar va a ser m¨¢s dif¨ªcil que desengancharse de la metadona. Y tienen raz¨®n, porque quitarse es muy dif¨ªcil
Pero, quitando el mundo perl¨¦, lo que es dif¨ªcil, dif¨ªcil, es quitarse. Mira la droga mismo, que ya nos han dicho que se empieza por los porros y se acaba pinchadito perdido. La verdad es que yo creo que se empieza por las legales: el alcohol y el tabaco, pero son drogas de multinacionales de marca y no son tan malas ni inducen al h¨¢bito. Y tambi¨¦n creo que no todos los que se ponen se quedan, porque hay gente inteligente. Pero el sufrimiento que corre por las venas de los que fuman legalmente pensando que a partir del uno de enero no se van a poder encender un piti mientras se abre Internet, es un enorme sufrir. Y piensan que quitarse de fumar va a ser m¨¢s dif¨ªcil que desengancharse de la metadona. Y tienen raz¨®n, porque quitarse es muy dif¨ªcil. Hasta quitarse un moco es complicado ?o no nos ha pasado nunca tirar y tirar y tirar y temer que nos salga un ojo enganchado al dedo? ?Y quitarse de una compa?¨ªa de tel¨¦fonos? ?Y quitarse de una religi¨®n? En ambos casos, quitarse significa enfrentarse a un calvario de llamadas, correos electr¨®nicos, de los otros y faxes para, cuando crees que ya casi est¨¢, darte cuenta de que a¨²n sigues pagando las cuotas mensuales. Los padres bautizan a los ni?os y luego les compran un m¨®vil y la compa?¨ªa te cobra y la Iglesia recibe subvenci¨®n hasta que te mueras. Y si quieres quitarte, a penar: oiga, que yo me quer¨ªa quitar de la Iglesia cat¨®lica. Y una voz de operadora te dice que bienvenido a telecristo, ahora, si tienes un minuto telecristo te puede informar de las misas de tu parroquia m¨¢s cercana con s¨®lo un mensaje de texto por la mitad de precio. Y que elijas una de las siguientes opciones y que si quieres revisar las formas de pago del cepillo de la capilla, pulses uno. Que si quieres informaci¨®n sobre tu consumo de hostia consagrada, pulses dos. Si quiere confesi¨®n, pulse tres y en unos momentos uno de nuestros sacerdotes atender¨¢ su pecado. Pero nunca te dir¨¢n que pulses nada si quieres darte de baja, y si se lo dices al cura de guardia, te dir¨¢ que eso no lo lleva ese departamento, que no hay un obispo para atender tu s¨²plica y que vuelvas a llamar al 666 y dejes un mensaje explicando por qu¨¦ te quieres borrar y m¨¢s cosas sin sentido de resoluci¨®n. No quiero ni pensar lo que costar¨¢ que te den la portabilidad para hacerte budista.
Refresco del d¨ªa: imaginar que somos libres como un taxi y sentirnos un poco mejor.
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