La pesca de datos
El mundo de la estafa y los timadores es un cl¨¢sico. Desde el famoso Hampa de P¨ªo Baroja, hasta los carteristas que hoy acechan al despistado viandante, siempre ha habido personas dispuestas a invertir su tiempo en quitar a otros de forma ilegal, lo que leg¨ªtimamente les pertenece. De manera l¨®gica este tipo de personas avanzan con los tiempos, y buscan formas m¨¢s sofisticadas de estafa encontrando el hueco de nuestra debilidad. Y as¨ª es como triunfa el phishing, el cual se sustenta en nuestra falta de conocimiento tecnol¨®gico. La palabra proviene del ingl¨¦s, fishing (pescar), ya que su objetivo es apropiarse, mediante una suplantaci¨®n de identidad, de los datos confidenciales de una persona: claves, cuentas bancarias, n¨²meros de tarjetas de cr¨¦dito, identidades...
El objetivo es apropiarse, mediante la suplantaci¨®n de identidad, de los datos confidenciales de una persona
Sus m¨¦todos son de lo m¨¢s variados: a trav¨¦s de Internet, correo electr¨®nico, a trav¨¦s del tel¨¦fono, a trav¨¦s de mensajes del m¨®vil. La modalidad que se ha hecho m¨¢s popular es aquella que consiste en la recepci¨®n de un correo electr¨®nico de una entidad financiera, pidi¨¦ndonos que por motivos de seguridad actualicemos los datos de nuestra cuenta.
El mensaje imita perfectamente, en dise?o, logotipo y firma, el utilizado por el banco, por lo que si el receptor no est¨¢ al tanto de este tipo de estafa, pulsa en el enlace que aparece en el e-mail, introduciendo en una p¨¢gina web falsa sus datos personales, y dej¨¢ndolos, a su parecer, actualizados.
Sin embargo, nuestra buena voluntad ha puesto en bandeja a los usurpadores, el acceso a nuestra cuenta bancaria, desde la cual comienza el desfalco, de 3.000 en 3.000 euros.
Esta forma de hacking es denominada ingenier¨ªa social, que se define como la manipulaci¨®n de personas para que voluntariamente realicen actos que normalmente no har¨ªan. Se trata del m¨¦todo de ataque m¨¢s sencillo, menos peligroso para el atacante, y uno de los m¨¢s efectivos.
Hay otra modalidad, menos conocida pero que tambi¨¦n est¨¢ haciendo estragos. Consiste en el mismo mecanismo de solicitud de datos confidenciales, pero en vez de a trav¨¦s de un correo electr¨®nico, a trav¨¦s de una ventana emergente de Internet.
El origen es un troyano que, una vez instalado en nuestra m¨¢quina, vigila la actividad del usuario. Cuando el internauta visita las p¨¢ginas de una serie de bancos que el troyano tiene registrada en su c¨®digo, muestra una ventana emergente que, por supuesto, imita perfectamente la web de nuestro banco, y nos solicita datos confidenciales.
Tambi¨¦n se realiza a trav¨¦s del tel¨¦fono: llaman en nombre de nuestra entidad financiera, o de una empresa, pidi¨¦ndonos datos confidenciales. Por ejemplo, una llamada de nuestro supuesto proveedor de Internet, diciendo que ha habido un problema con los servidores, y que necesitan resetearlos, con lo que van a perder las contrase?as, as¨ª que necesitan obtener la contrase?a antigua y la nueva: si la consiguen, tienen la puerta de acceso a toda la informaci¨®n de la compa?¨ªa a trav¨¦s de su sistema inform¨¢tico. Posiblemente la falta de conocimiento tecnol¨®gico hace m¨¢s f¨¢cil sucumbir al enga?o en Internet.
Las medidas de protecci¨®n recomendadas por la organizaci¨®n creada en Estados Unidos para combatir este fraude, Anti-Phishing Working Group, son sencillas:
- Para visitar la p¨¢gina web de su entidad financiera, teclee usted mismo la direcci¨®n en la barra del explorador. Nunca pulse un enlace procedente de otro sitio, porque puede ser una p¨¢gina suplantadora.
- Nunca responda a la solicitud de informaci¨®n personal a trav¨¦s del correo electr¨®nico, llamada telef¨®nica o mensaje corto.
- Tener siempre muy presente que las entidades u organismos nunca solicitan contrase?as, n¨²meros de tarjeta de cr¨¦dito o informaci¨®n personal, puesto que ellos ya los tienen. En todo caso, son ellos quienes nos env¨ªan datos o informaci¨®n, porque nosotros los hayamos perdido.
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