Gaza se queda sin agua
Los palestinos acusan a Israel de haber permitido la contaminaci¨®n de los acu¨ªferos en la franja mediterr¨¢nea
El agua, fuente inagotable de conflictos entre israel¨ªes y palestinos, vuelve a la palestra. Nunca ha sido un recurso abundante en la superpoblada y ¨¢rida Gaza, pero la Autoridad Nacional Palestina (ANP) denuncia que los acu¨ªferos de la franja han sido esquilmados por los colonos de los 21 asentamientos reci¨¦n evacuados y acusan al Gobierno de Israel de aplicar todo tipo de pr¨¢cticas -contrarias a las obligaciones de un pa¨ªs ocupante, seg¨²n la legislaci¨®n internacional- para contaminarlos, especialmente tras el estallido de la segunda Intifada, hace cinco a?os.
Las aguas subterr¨¢neas -que nutren 4.000 pozos, el 96% de ellos dedicados a la agricultura- son el ¨²nico fil¨®n para el casi mill¨®n y medio de palestinos que malviven en la estrecha banda mediterr¨¢nea. Pero estos dep¨®sitos naturales est¨¢n sufriendo un deterioro acelerado que Zeyad Abu Hin, profesor e investigador de la Universidad Isl¨¢mica de Gaza, achaca a la explotaci¨®n desmedida de los 8.500 colonos. "Un solo habitante de los asentamientos consum¨ªa lo mismo que 20 palestinos", destaca el docente.
"El 90% del agua no es apta para beber", se?ala un especialista palestino
El informe de junio de este a?o de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos abunda en la cuesti¨®n: "Una enorme cantidad del agua disponible es utilizada por los asentamientos. El uso excesivo de las aguas subterr¨¢neas ha causado un serio empobrecimiento de la calidad del agua, particularmente en los acu¨ªferos a lo largo de la costa, que se han visto afectados por la intrusi¨®n de agua salada. La combinaci¨®n de aguas residuales, pesticidas y fertilizantes contribuyen a que la concentraci¨®n de nitratos supere seis veces los niveles admitidos" por las normas internacionales.
La retah¨ªla de acusaciones por parte de los palestinos no se detiene en el excesivo gasto de los colonos. "El Gobierno israel¨ª", a?ade Abu Hin, "ha construido diques sobre los peque?os r¨ªos junto a la frontera con Gaza y se almacena el agua en varios dep¨®sitos. Ello impide que llegue hasta los acu¨ªferos de la franja, en los que no se reemplaza el agua utilizada". Naciones Unidas asegura que el consumo supone 3,5 veces la reposici¨®n que se consigue mediante las cada vez m¨¢s escasas lluvias.
Abu Hin se?ala que "el 90% del agua no es apta para beber" y que "buena parte de ella lo es s¨®lo para la agricultura, aunque no cumpla los niveles de salubridad exigidos por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud". "Se han contaminado los acu¨ªferos por la sobreexplotaci¨®n de los colonos. El agua del mar est¨¢ muy cerca y ha subido el nivel de las sales", agrega.
El investigador lamenta que los palestinos tambi¨¦n compren y utilicen estos productos "prohibidos por la legislaci¨®n internacional". Por su parte, el ministro palestino de Medio Ambiente, Yusef Abu Salieh, ha observado otro motivo a?adido de preocupaci¨®n: "Se est¨¢n incendiando casas en algunos asentamientos, y esos tejados de ladrillo rojo no deber¨ªan quemarse porque tienen amianto. Al quemarlo, se convierte en fibra y polvo. El viento puede llevarlo lejos y la gente lo respirar¨¢. Habr¨¢ m¨¢s casos de c¨¢ncer de lo habitual y, cuando menos, asma. Pero lo m¨¢s peligroso es que llegue a los acu¨ªferos".
Abu Hin subraya que desde los asentamientos "se sueltan aguas residuales directamente al mar" y la ANP, que se afana por disfrutar de la cobertura de los estudios y an¨¢lisis del Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas (UNEP, en sus siglas en ingl¨¦s), insiste en que ha encontrado "barriles de productos qu¨ªmicos enterrados en el mar".
La desastrosa situaci¨®n medioambiental se ha visto agravada desde que la abrupta erupci¨®n de la segunda Intifada rompiera la fr¨¢gil colaboraci¨®n entre la ANP y el Gobierno de Israel, iniciada tras la firma de los Acuerdos de Oslo, en 1993. Desde septiembre de 2000, la inmensa mayor¨ªa de los proyectos para mejorar la depuraci¨®n de aguas residuales est¨¢n paralizados. El UNEP indica, en su informe de 2003, que estas instalaciones ya requer¨ªan importantes reparaciones desde a?os atr¨¢s. Casi nada se ha hecho. Entre el 70 y el 80% de las aguas negras se lanza al mar sin tratamiento alguno.
En Beit Lahia, al norte de la franja, lo que parece un lago verde es en realidad un estanque de aguas fecales de 30 hect¨¢reas de superficie, con una profundidad de entre 9 y 11 metros, que no cesa de crecer. El hedor, como en tantos lugares de Gaza, es insoportable. Bajo esos dep¨®sitos est¨¢ otro acu¨ªfero ya afectado por la poluci¨®n. Israel rechaza construir un canal hasta la planta de tratamiento de Beit Lahia, aseguran funcionarios palestinos, pese a que el Banco Mundial ya dispone de un proyecto y financiaci¨®n para convertir en salubre este lugar infecto, foco de enfermedades.
Abu Salieh tambi¨¦n denuncia que desde los asentamientos se ha canalizado agua para el riego hasta el desierto del Neguev, y que desde 1993 los colonos no beben el l¨ªquido que reposa bajo sus pies. Pero hace especial hincapi¨¦ en otra acusaci¨®n: "Desde la costa egipcia de Alejandr¨ªa hasta Haifa, al norte de Israel, las arenas son apreciadas para la construcci¨®n, para la agricultura y para fabricar cristal. Son arenas arrastradas por el Nilo que las corrientes marinas trasladan hasta las costas m¨¢s orientales del Mediterr¨¢neo. Y juegan un papel fundamental para la conservaci¨®n de las aguas subterr¨¢neas, ya que sirven de filtro para que el agua de lluvia alimente los acu¨ªferos. De no ser por esas arenas, el agua resbala sobre un terreno duro hasta llegar al mar".
"Al norte de Erez, antes de llegar a Askel¨®n [en territorio israel¨ª], hay monta?as de arena robada de Gaza. Ya lo hicieron cuando evacuaron el Sina¨ª egipcio en 1982. Tenemos grabaciones de camiones saliendo del asentamiento de Dugit llev¨¢ndose la arena", afirma contundente el ministro. Zeyad Abu Hin concluye que ¨¦sa era una pr¨¢ctica frecuente que se ha acelerado desde la explosi¨®n del alzamiento popular palestino, y m¨¢s desde que el Gobierno de Ariel Sharon anunci¨® el plan de desconexi¨®n de la franja. "Se han llevado 15 millones de toneladas de arena". Tanto el profesor como el funcionario subrayan que sus contrapartes israel¨ªes se limitan en los foros internacionales a rechazar las acusaciones.
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