La nostalgia de la inocencia
La novela m¨¢s extensa de Vila-Matas despliega la exasperaci¨®n tambi¨¦n m¨¢s intensa y trabada de sus fijaciones neur¨®ticas como novelista. O mejor, las fijaciones de su m¨¢s veraz, verdadero y tir¨¢nico narrador, ese que no le deja explorar fuera de una red de conexiones filos¨®ficamente literarias. La extranjer¨ªa est¨¦tica de Vila-Matas en nuestras letras tiene razones muy diversas, pero una de ellas es la obstinaci¨®n con que ha emprendido la invenci¨®n de una macrofantas¨ªa literaria en torno a la vida como literatura y la literatura como vida, porque ese lugar no preexiste, ni est¨¢ predefinido: finge reproducir las leyes de la realidad interior del escritor Vila-Matas, empieza en su biograf¨ªa y desemboca en literatura mani¨¢tica, obsesiva. Cada una de sus ¨²ltimas novelas ha ensayado la inmersi¨®n en un ¨¢ngulo que es a su vez una perspectiva distinta sobre la psicopatolog¨ªa del escritor estudiado con la lente de aumento (desproporcionado y autoir¨®nico) que es el mismo escritor neur¨®tico, obsesionado con los mecanismos de la creaci¨®n. Vila-Matas presta a su narrador la paranoia identitaria a partir de un pretexto conectado veros¨ªmilmente con su vida real: el deseo de desaparecer como autor conocido y solicitado, la ansiedad por regresar a un espacio de escritura sin condiciones ni apremios, anterior al de la bendita celebridad. La astucia del planteamiento est¨¢ basada, sin embargo, en que ese esfuerzo de desaparici¨®n es ambiguo y siempre ambivalente, necesita un chequeo regular y a menudo se asusta de lo que logra de veras (ser olvidado, dejar de existir como referencia p¨²blica durante el a?o que abarca la novela), porque chocan dos tensiones al menos: el af¨¢n de huir de las servidumbres del nombre propio, s¨ª, pero tambi¨¦n otra de estirpe fundadora, la fascinaci¨®n antigua y carnal por un escritor de entreguerras, ese Robert Walser que entusiasma a Kafka y cuya prosa y cuya vida fueron solidarias de la ilusi¨®n de desvanecerse, de ausentarse, de no ser haciendo literatura.
DOCTOR PASAVENTO
Enrique Vila-Matas
Anagrama. Barcelona, 2005
388 p¨¢ginas. 19 euros
Curiosamente, mientras las dos novelas anteriores de Vila-Matas, Par¨ªs era una fiesta y El mal del Montano, perd¨ªan algo de inter¨¦s en su segunda mitad, ¨¦sta lo gana. El emplazamiento de la aventura de Walser y el relato mismo de la peripecia de su b¨²squeda, a mitad de la novela ha de llevarla a un lugar vivido y encarnado, m¨¢s all¨¢ de la inventiva y minuciosa angustia de correspondencias que vive el narrador que huye en la calle Vaneau, de Par¨ªs, (estando sin estar, huyendo de su editor Christian Bourgois o de posibles conocidos, como Lobo Antunes): Walser primero y Emmanuel Bove despu¨¦s son la nostalgia de la inocencia de la primera escritura, cuando no hay nada que interfiera en el escritor excepto su vocaci¨®n a la intemperie, cuando el azar es el que dicta lo que escribe y la repercusi¨®n (ninguna) de lo que publica. Y todo eso se materializa en la extrema lucidez y autocontrol de Walser, tan leal a sus obsesiones que dej¨® de escribir al mismo tiempo que su hermana le recomendaba el ingreso en un sanatorio psiqui¨¢trico en Suiza, y all¨ª morir¨ªa sin haber vuelto a escribir excepto unas miniaturas gr¨¢ficas que imitar¨¢ el propio Pasavento (que es el psiquiatra cuya biograf¨ªa y personalidad inventa el novelista para huir de s¨ª mismo, o probar suerte novelesca con ese experimento). La diseminaci¨®n de datos hist¨®rico-biogr¨¢ficos y literarios ver¨ªdicos relacionados con esos y otros escritores (incluidos personajes con nombres de invenci¨®n y sin embargo reales, como la profesora Yvette S¨¢nchez) construyen el simulacro de verdad para una ficci¨®n burlona de la verosimilitud realista y ansiosa de fijar la veracidad de un sentimiento complejo: esa zona intermedia en que confluyen el espanto de un escritor a perder el fuelle de la inventiva, la obstinaci¨®n en ahondar en la escritura misma como espacio de novela, la descarada complacencia en una po¨¦tica literaria que recrea la improvisaci¨®n como t¨¦cnica novelesca e incrusta balas cargadas de excentricidad y de la pur¨ªsima majader¨ªa tan rigurosamente suya. La piel de ese mundo es la prosa y su ox¨ªgeno la iron¨ªa como elemento estructural constante, como una epidermis invisible, y que es de las mejores virtudes de Vila-Matas.
La nostalgia de la inocencia es, por tanto, ir¨®nica, aunque la eficacia de la construcci¨®n puede hacer perder de vista esa distancia est¨¦tica, sin advertir de que quien est¨¢ desarrollando esa fantas¨ªa de coincidencias incre¨ªbles en la calle Vaneau obedece a un paranoico que escribe advirtiendo en los hechos ordinarios de la vida, incluida la prensa, la historia privada de una calle o un retazo de conversaci¨®n, se?ales de un orden secreto que no es el de la vida, aunque lo finja, sino el de la invenci¨®n novelesca sin perder de vista su objetivo ¨²ltimo: la divertida, bienhumorada y tambi¨¦n tr¨¢gica recreaci¨®n de las neurosis de un escritor que sabe imposible la huida del propio pasado y que sabe tambi¨¦n que la ¨²nica manera de protegerse de las paranoias identitarias es burlarse de ellas con una brillante novela experimental de humor y escritura.
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