Megaesc¨²ter deportivo
Un esc¨²ter pr¨¢ctico, r¨¢pido y polivalente con el comportamiento eficaz de las motos
LOS ESC?TERES son el equivalente en las motos a los coches utilitarios: veh¨ªculos ciudadanos, sencillos, limpios y con buena capacidad de carga. Para reforzar su sentido pr¨¢ctico, las marcas sacrifican muchas veces las prestaciones, la estabilidad y hasta la est¨¦tica. Pero ¨¦ste no es el caso del Yamaha T-Max, que ofrece sensaciones de moto deportiva sin sacrificar la funcionalidad. Su polivalencia sale cara, 8.899 euros, y hay que sumarle 400 m¨¢s por el ABS, pero tiene pocos rivales comparables.
La est¨¦tica del T-Max 500 est¨¢ muy conseguida. Es un esc¨²ter bajito, ancho, largo y macizo que protege bien, resulta amplio y c¨®modo para el conductor y el pasajero. Presenta una terminaci¨®n correcta con buenos ajustes y una calidad notable en los componentes. El cuadro de instrumentos recuerda a los de los coches, pero es completo y f¨¢cil de leer: lleva dos relojes anal¨®gicos (veloc¨ªmetro y cuentarrevoluciones) y una pantalla digital multifunci¨®n en el centro. Por lo dem¨¢s, debajo del asiento dispone de un cofre para un casco integral, el traje de agua, el antirrobo... Y como detalle curioso incluye un pr¨¢ctico freno de estacionamiento, muy f¨¢cil de manejar: se acciona desde una palanca en el pu?o izquierdo.
SOLUCIONES DE MOTO
El T-Max 500 estrena un motor bicil¨ªndrico con los cilindros casi totalmente horizontales, refrigeraci¨®n l¨ªquida, ocho v¨¢lvulas e inyecci¨®n electr¨®nica. Tiene 499cc y rinde 44 CV a 7.500 vueltas. Pero lo m¨¢s curioso es su transmisi¨®n autom¨¢tica: lleva un embrague multidisco en ba?o de aceite (como una moto convencional), pero a?ade un sistema centr¨ªfugo que engrana las marchas de forma autom¨¢tica, y una transmisi¨®n final mixta con un variador (similar al de los esc¨²teres autom¨¢ticos) que se conecta despu¨¦s a la rueda con una cadena (como en las motos normales). El aspecto exterior es el de un esc¨²ter, pero en la suspensi¨®n trasera s¨®lo se mueve el basculante de la cadena, y el resto va fijado al motor. Esta soluci¨®n resuelve el principal problema de casi todos los esc¨²teres porque evita que el conjunto motor-transmisi¨®n (pesa mucho) se mueva con la suspensi¨®n. Por lo dem¨¢s, en la parte delantera equipa una horquilla telesc¨®pica de moto, con doble tija y barras de 41 mil¨ªmetros. Los frenos incluyen dos discos delante y uno detr¨¢s, y cuenta con unas ruedas de di¨¢metro generoso: 14 pulgadas la delantera y 15 la trasera.
EXCITANTE
Pocos modelos de vocaci¨®n ciudadana logran ofrecer una conducci¨®n excitante, pero el T-Max lo logra gracias a sus soluciones t¨¦cnicas. Al arrancar sorprende su suavidad porque no vibra ni apenas hace ruido, pero basta abrir con decisi¨®n el pu?o del gas para sentir su car¨¢cter: acelera de 0 a 100 km/h. en poco m¨¢s de nueve segundos y alcanza la velocidad m¨¢xima con una facilidad sorprendente. Sin embargo, lo mejor es que el conjunto tiene un funcionamiento fant¨¢stico, y, si en ciudad se desenvuelve bien, en carreteras viradas con buen piso muestra un comportamiento sobresaliente. Las suspensiones act¨²an con eficacia, los frenos son potentes y el motor siempre ofrece la respuesta adecuada. El T-Max se podr¨ªa definir como una moto deportiva autom¨¢tica m¨¢s que como un esc¨²ter. La pega es su precio, porque cuesta m¨¢s que otras motos polivalentes de igual o m¨¢s cilindrada. Pero ofrece casi lo mismo y a?ade las ventajas de los esc¨²teres.
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