El cortejo de los ciervos
Un coche, una buena amiga y toda la Patagonia por delante. Un viaje tipo Thelma y Louise como los que le gustan a la actriz, que estos d¨ªas est¨¢ promocionando la pel¨ªcula Ausentes.
Sit¨²e el viaje.
Yo estaba en Argentina, en Buenos Aires, rodando Nueces para el amor, y una amiga vino a visitarme. Alguien nos habl¨® de la pen¨ªnsula Vald¨¦s, al este de la Patagonia, y nos fuimos hacia all¨¢. Los mejores viajes suelen ser as¨ª, improvisados.
?C¨®mo se lo montaron?
Fuimos en avi¨®n hasta Puerto Pir¨¢mides, y desde all¨ª alquilamos un coche. Conocimos un pueblo fundado por irlandeses, con sus salones de t¨¦ en medio de la Patagonia, algo que nos hizo much¨ªsima gracia. Y recomiendo los restaurantes de la playa de Puerto Madryn. Se come y se bebe de lujo.
Por all¨ª hay ballenas, ?no?
S¨ª, sin duda lo mejor del viaje. Hicimos una excursi¨®n para descubrir la fauna del lugar. Vimos lobos marinos y estuvimos en una playa nosotras solas rodeadas de ping¨¹inos. Impresionante. Pero lo mejor fue ver las ballenas. Uno de los momentos m¨¢s bonitos de mi vida. Una de ellas pas¨® por debajo de la embarcaci¨®n y se qued¨® mir¨¢ndonos. Es algo tan impactante que es dif¨ªcil de explicar.
?No le dio miedo que volcara el barco?
De lo fuerte que es la sensaci¨®n no te da ni miedo. Es un animal tan prehist¨®rico que te conecta con algo interno muy fuerte. Es como si se parara el tiempo.
Los albores del oto?o marcan el principio de una nueva etapa en el ciclo anual de la vida en los campos y bosques peninsulares. El calor estival pierde fuerza para convertirse en pocos d¨ªas tan s¨®lo en un rescoldo fr¨ªo. La oto?ada entra entonces en los montes ib¨¦ricos de forma atronadora. Los ciervosse encargan de anunciarlo con sus portentosas gargantas, que braman incansables al sentir la llegada del periodo de celo. El ¨ªmpetu de sus berridos es la antesala del rito nupcial m¨¢s espectacular de cuantos se producen entre la fauna salvaje espa?ola.
Con la dependencia siempre de cuando lleguen las primeras lluvias de septiembre, el inicio de la berrea de los venados se puede adelantar o atrasar hasta un par de semanas. Pero, para finales de mes, los campos y montes ib¨¦ricos resonar¨¢n con insistencia. Los ardores amorosos de los encelados machos tienen su auge con las luchas entre los miembros m¨¢s veteranos y fuertes de la especie.
El nombre de berrea viene dado por los bramidos o berridos que los machos lanzan al viento con todas sus fuerzas para llamar la atenci¨®n de las hembras de los alrededores. Con la ca¨ªda del sol, machos y hembras se asoman a determinados claros del bosque elegidos como campo de batalla para las refriegas entre los machos dominantes. Cada uno se adue?a de una peque?a zona, a la que intenta arrimar el mayor n¨²mero de hembras.
Los m¨¢s poderosos quieren mantener el mayor n¨²mero de hembras a su lado, y cuando otro se aproxima, lo persiguen para provocar el encontronazo. Entonces, con las testas bajas, topar¨¢n sus enormes cuernas mientras empujan al contrario para medir las fuerzas de cada uno. El alboroto de las luchas, junto con el estruendo de los bramidos, el golpear de las cuernas al encontrarse y las insistentes carreras, convierte este cortejo en el m¨¢s esperado cada a?o por los aficionados a la observaci¨®n de la naturaleza.
Para la observaci¨®n de la berrea:parque nacional de Caba?eros, en Ciudad Real (926 78 32 97); los parques naturales de Cazorla, Segura y Las Villas, en Ja¨¦n (952 72 01 25); Monfrag¨¹e, en C¨¢ceres (927 19 91 34); Saja y Besaya, en Cantabria (942 20 76 03); Fuentes Carrionas, en Palencia (979 87 06 88), y la reserva de caza de la Sierra de la Culebra, en Zamora.
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