El Pent¨¢gono env¨ªa tropas de combate a Nueva Orleans para imponer el orden
Las autoridades del Estado de Luisiana temen que los muertos se cuenten por millares
Con el peso de las cr¨ªticas reflejado en su rostro sombr¨ªo y una expresi¨®n tensa, George W. Bush anunci¨® ayer desde la Casa Blanca el env¨ªo de 7.000 soldados -tropas de combate, no guardias nacionales- a Nueva Orleans para controlar el desorden y ayudar en la evacuaci¨®n de la ciudad. Con los marines y los soldados de la 82? Divisi¨®n Aerotransportada y de la Primera de Caballer¨ªa, el n¨²mero de militares supera los 30.000. Hay otra estad¨ªstica, imprecisa pero m¨¢s terrible: ?cu¨¢ntos cuerpos habr¨¢ cuando bajen las aguas? Las autoridades temen que se cuenten por miles.
Las cifras oficiales provisionales de muertos son m¨ªnimas y hablan s¨®lo de cientos de fallecidos, pero los c¨¢lculos hechos por varios cargos pol¨ªticos pronostican que se contar¨¢n por millares. El senador republicano David Vitter, que acompa?¨® al presidente Bush en su visita del viernes, dijo despu¨¦s que su impresi¨®n es que solamente en Luisiana "el n¨²mero de muertos sobrepasar¨¢ los 10.000, pero esto es una suposici¨®n", a?adi¨®, no basada en datos oficiales. Y el alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, resumi¨® as¨ª sus c¨¢lculos: "M¨ªnimo, cientos de personas; m¨¢ximo, miles".
Los hospitales de Nueva Orleans han sido evacuados por falta de energ¨ªa, agua y alimentos; las autoridades m¨¦dicas de la ciudad dijeron el viernes que antes de esa evacuaci¨®n mor¨ªan entre 8 y 10 heridos por hora.
El descenso de la inundaci¨®n de Nueva Orleans y otros lugares anegados es muy lento y la recuperaci¨®n de cad¨¢veres no se abordar¨¢ en profundidad, seg¨²n las autoridades de Seguridad Nacional de Luisiana, hasta que se resuelva la evacuaci¨®n de los refugiados y supervivientes y se acabe de controlar militarmente la ciudad. "La prioridad es recuperar y mantener la ley y el orden y ayudar en los esfuerzos de evacuaci¨®n", dijo ayer Bush al anunciar el env¨ªo de las nuevas tropas, que tienen como objetivo n¨²mero uno la ocupaci¨®n del centro inundado de Nueva Orleans, que durante varios d¨ªas permaneci¨® a merced de grupos que se dedicaron al saqueo.
Los 7.000 soldados proceden de unidades de combate que en muy raras ocasiones se emplean para asuntos nacionales o tareas humanitarias: la 82? Divisi¨®n Aerotransportada de Fort Bragg; la Primera de Caballer¨ªa de Fort Hood y los marines de Camp Pendleton y Camp Lejeune.
De esta forma, en las pr¨®ximas horas habr¨¢ 11.000 soldados de combate y 21.000 guardias nacionales en los tres Estados afectados por el hurac¨¢n. Los soldados estar¨¢n, dijo el presidente, bajo el mando directo del general Russell Honore, mientras que la Guardia Nacional depende de los gobernadores de cada Estado.
Admisi¨®n de errores
Bush, que compareci¨® junto a Michael Chertoff, responsable de Seguridad Nacional; Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, y el general Richard Myers, jefe de la Junta de Estado Mayor, volvi¨® a decir que "muchos de nuestros ciudadanos simplemente no est¨¢n recibiendo la ayuda que necesitan, y eso es inaceptable", y reconoci¨® de nuevo el error de haber menospreciado inicialmente la crisis: "La enormidad de la tarea exige m¨¢s recursos". En un presidente que muy raramente admite equivocaciones, estas frases adquieren un significado especial. De todas formas, Bush tambi¨¦n trat¨® de sacar alg¨²n partido de la situaci¨®n al evocar la movilizaci¨®n militar, el paquete de ayuda econ¨®mica de emergencia de 10.500 millones de d¨®lares aprobado por el Congreso el viernes y la ola de solidaridad del resto de los estadounidenses: "En EE UU no abandonamos a nuestros conciudadanos en momentos as¨ª".
En Nueva Orleans, la situaci¨®n en las ¨²ltimas horas ofrec¨ªa alguna mejora con respecto a los dos d¨ªas anteriores, pero las tareas de evacuaci¨®n de los refugiados no hab¨ªan concluido a mitad de jornada. El agua bajaba lentamente hacia el lago Pontchartrain, seg¨²n declar¨® a la CNN el general Don Riley, del Cuerpo de Ingenieros del Ej¨¦rcito, pero la dantesca imagen de la ciudad anegada se complet¨® con el humo procedente de dos grandes incendios en almacenes y naves industriales por cortocircuitos y escapes de gas. Los bomberos, sin agua en el suministro y con dificultades de movimiento, se enfrentaban con el reto de impedir la difusi¨®n de las llamas a otros establecimientos.
En cuanto a la identificaci¨®n de las v¨ªctimas ahora bajo las aguas o sin recoger, la tarea ser¨¢ complicada por el tiempo transcurrido y la descomposici¨®n de los cuerpos: expertos que se ocuparon de los atentados del 11-S y que acudieron a Tailandia en el tsunami de hace 10 meses se encuentran en la zona castigada por el Katrina, pero su trabajo m¨¢s intenso no podr¨¢ empezar hasta que se complete la evacuaci¨®n y el nivel de las aguas descienda.
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