"No funcion¨® nada"
Dos familias espa?olas evacuadas de Nueva Orleans relatan su odisea tras el paso del hurac¨¢n
"Nos acordaremos toda la vida de lo que hemos pasado", asegura Clara D¨ªez, mientras prepara lo que le queda de maleta para regresar hoy a Espa?a. "Ha sido una experiencia terrible. Nunca pude imaginar que en el pa¨ªs m¨¢s rico del mundo pudiera haber tanto caos y desorganizaci¨®n. No funcion¨® nada: las autoridades no emit¨ªan partes ni instrucciones para la poblaci¨®n. Nos enter¨¢bamos s¨®lo por rumores. Atr¨¢s hemos dejado una ciudad destrozada. Lo que no destruy¨® el hurac¨¢n lo ha destruido el pillaje. El primer d¨ªa, la gente asaltaba supermercados porque no hab¨ªa comida; el segundo d¨ªa, la gente lo asaltaba todo", dec¨ªa ayer en una conversaci¨®n telef¨®nica desde Houston.
Ella, su esposo, Jordi Fust¨¦, y el hijo de ambos, Aitor, fueron evacuados ayer de la zona devastada. "El ¨²ltimo d¨ªa, antes de salir de Nueva Orleans, dormimos en la calle, cerca de unos polic¨ªas. Nos reunieron en un campo de evacuaci¨®n. En ¨¦l hab¨ªa m¨¢s de 5.000 personas desesperadas esperando la llegada de unos autobuses que no llegaban nunca. Entre las diez de la ma?ana [del viernes] a las cuatro de la tarde s¨®lo aparecieron cuatro veh¨ªculos. De ah¨ª nos llevaron escoltados a Baton Rouge [capital de Luisiana] a un cuartel de la Guardia Nacional. Tuvimos que esperar la llegada de otros tres espa?oles rescatados y de los representantes diplom¨¢ticos que ven¨ªan de Houston", explica D¨ªez. La otra familia evacuada es la de la diputada del PSC Lourdes Mu?oz, su esposo y su hijo Marc, que sufrieron en el Centro de Convenciones de Nueva Orleans otra pesadilla. Ellos tambi¨¦n hablan de "caos total".
"Es incre¨ªble que los vuelos estuvieran cancelados antes de la llegada del hurac¨¢n"
"El primer d¨ªa, la gente asaltaba supermercados; el segundo d¨ªa, la gente lo asaltaba todo"
Ayer llegaron los seis a Houston, exhaustos tras "un viaje largo y agotador", en palabras del c¨®nsul espa?ol en dicha ciudad, Julio Montesino, y sin dormir. "Viajaron durante toda la noche desde Baton Rouge en un coche facilitado por el consulado". La autopista que une Baton Rouge y Houston, atestada de tr¨¢fico, es la ¨²nica v¨ªa de escape debido a que otras rutas est¨¢n anegadas. Tardaron en recorrer los poco m¨¢s de 400 kil¨®metros cerca de 10 horas.
El c¨®nsul espa?ol en Nueva Orleans, Ram¨®n S¨¢enz de Heredia, afirm¨® ayer que ten¨ªa localizados a otros dos espa?oles que a¨²n no han podido ser evacuados. Se trata de un sacerdote de unos 60 a?os, p¨¢rroco de la iglesia de Santa Teresa de ?vila de Nueva Orleans, que insiste en quedarse, y de una universitaria que se encontraba en la capital de Luisiana como turista. Ambos se encuentran bien y en "una zona tranquila", en palabras del c¨®nsul. "La gente est¨¢ desesperada, durante d¨ªas no ha habido orden, ni seguridad. La gente se siente enga?ada. Personalmente lo hemos pasado mal. Ahora lo primero es descansar, una ducha y regresar", declar¨® Lourdes Mu?oz a Efe. Josep Fust¨¦ insiste en ese asunto: "El problema ha sido el peligro de la calle y la incertidumbre de c¨®mo se pod¨ªa solucionar la evacuaci¨®n". Seg¨²n ¨¦l, las tareas de ayuda son "lent¨ªsimas".
Lourdes Mu?oz y su marido, Jordi, se hallaban en Nueva Orleans cuando el hurac¨¢n Katrina impact¨® en la costa. No pudieron escapar a tiempo y tuvieron que refugiarse en el Centro de Convenciones, junto a miles de personas. "Nos ordenaron trasladarnos al Centro de Convenciones. La polic¨ªa avis¨® de que los diques se iban a romper y que la ciudad quedar¨ªa inundada", explic¨® la diputada del PSC a Efe. "Las condiciones en el Centro de Convenciones se han ido degradando. Sin agua, sin luz, sin alimentos y con pandillas campando a sus anchas. Hemos vivido una pesadilla".
Lo vivido por la familia de Fust¨¦, Clara D¨ªez y su hijo Aitor, de 18 a?os, no ha sido menos dram¨¢tica. Cuando supieron de la llegada del hurac¨¢n trataron de salir de la ciudad, pero los vuelos hab¨ªan sido cancelados. "Es incre¨ªble que estuvieran cancelados desde el domingo, antes de la llegada del hurac¨¢n y cuando estaba en marcha la evacuaci¨®n. Es una prueba de la ausencia de planes y de previsi¨®n", dice Clara D¨ªez.
Ante la situaci¨®n, optaron por quedarse en su hotel. No se atrev¨ªan a salir ni a trasladarse al Centro de Convenciones, situado cerca del centro y del r¨ªo Misisip¨ª. Cuando las condiciones en el hotel, sin agua, sin electricidad y sin comida fueron insostenibles abandonaron el local. "Nos mov¨ªamos en un grupo de 50 personas. Salimos juntos del hotel. Fue una buena decisi¨®n porque nos dio seguridad", dice D¨ªez.
Varios hoteles intentaron alquilar autobuses para trasladar a sus clientes al aeropuerto de Houston, pero los medios de transporte fueron confiscados por el Ej¨¦rcito. "Enviamos a dos personas al Centro de Convenciones para ver cu¨¢l era la situaci¨®n", dice Clara D¨ªez, "pero vimos que era mejor no ir". Durante su recorrido por la ciudad sufrieron ante la sensaci¨®n de caos y violencia. Seg¨²n Fust¨¦, Nueva Orleans ha quedado "vac¨ªa, s¨®lo se ven coches de polic¨ªa y, a veces, grupos de personas", pero parece "una ciudad fantasma".
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