El l¨ªder honesto que nunca sonr¨ªe

Intelectuales, profesionales y buena parte de la clase media urbana japonesa reconocen en Katsuya Okada, de 50 a?os, a un pol¨ªtico limpio, serio, devoto de su causa y empe?ado en la modernizaci¨®n de las estructuras pol¨ªticas, econ¨®micas y sociales de Jap¨®n.

Como un m¨¦dico dedicado a sanar a su paciente, Okada reconoce los males que atenazan el futuro de la segunda potencia econ¨®mica del mundo y relata con meticulosidad los remedios.

En teor¨ªa lo tiene todo, pero le falta la pr¨¢ctica porque el Partido Dem¨®crata de Jap¨®n (PDJ), que ¨¦l dirige desde hace un a?o, nunca ha gobernado. Convencido de que Jap¨®n necesita una alternancia en el poder para que la democracia enra¨ªce en su poblaci¨®n, Okada abandon¨® en 1993 las filas del gobernante Partido Liberal Democr¨¢tico (PLD), del que fue diputado tres a?os, para fundar dos partidos desaparecidos hasta que en 1998 se uni¨® al PDJ, fundado dos a?os antes.

Cuando Koizumi disolvi¨® el Parlamento, en agosto pasado, todos miraron a Okada como el nuevo hombre de Jap¨®n, pero conforme pasaban los d¨ªas, se hund¨ªa en las encuestas. Si se cumplen, este monje de la pol¨ªtica que nunca bebe, ni fuma, ni sonr¨ªe habr¨¢ ca¨ªdo v¨ªctima del embate irresistible del populista Koizumi.