La torre de Nouvel, nuevo t¨®tem del cielo barcelon¨¦s

Barcelona inaugur¨® ayer un nuevo s¨ªmbolo de la ciudad. La torre de Aguas de Barcelona, un imponente edificio de 142 metros de altura de forma cil¨ªndrica que apunta al cielo, se levanta donde hace m¨¢s de un siglo el padre de la trama moderna de la ciudad, el urbanista Ildefons Cerd¨¤, situ¨® el centro de la ciudad. Los Reyes inauguraron el que se ha convertido en el tercer edificio de altura de la ciudad, tras las la torre Mapfre y el hotel Arts. La torre Agbar, dise?ada por el arquitecto franc¨¦s Jean Nouvel, es adem¨¢s todo un s¨ªmbolo de la fortaleza de la compa?¨ªa. Algo que destac¨® singularmente su presidente, Ricard Fornesa, en pleno debate sobre la OPA de Gas Natural a Endesa: "Hemos crecido sin recurrir a fusiones. Por nosotros mismos".

Fue una inauguraci¨®n peculiar puesto que 600 empleados de la compa?¨ªa trabajan ya en las oficinas desde el pasado mes de julio. Pese a ello, ayer hubo nervios y expectaci¨®n, tanto fuera como dentro del edificio, por la presencia de los Reyes y del amplio s¨¦quito de invitados, hasta 250, encabezados por el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall.

La torre de Aguas de Barcelona se alza en la nueva Diagonal, abierta hace seis a?os, en una zona en transformaci¨®n al mudar el suelo industrial que fue durante el siglo pasado a una combinaci¨®n de sector terciario -oficinas y hoteles- con empresas de la nueva econom¨ªa y zona residencial. La torre fue proyectada, en consecuencia, con una decidida intenci¨®n rupturista. Y el encargo del grupo Agbar y la inmobiliaria Layetama -la promotora que ha invertido 132 millones de euros- recay¨® en un arquitecto que tiene a gala precisamente ser rompedor: Jean Nouvel.

"Nosotros quer¨ªamos una nueva sede acorde con la expansi¨®n que necesit¨¢bamos pero este edificio es mucho m¨¢s. Es, en cierta manera, un regalo a la ciudad", subray¨® el presidente de Agbar, Ricard Fornesa. "Y ya se sabe que los arquitectos siempre piden m¨¢s cosas. Por eso hemos incorporado la iluminaci¨®n que mejora y multiplica la torre", a?adi¨®. Esa iluminaci¨®n nocturna no est¨¢ todav¨ªa resuelta, comentar¨ªa m¨¢s tarde el arquitecto asociado al proyecto de Nouvel, Ferm¨ªn V¨¢quez: "Se est¨¢n haciendo pruebas. Habr¨¢ luz y color pero todav¨ªa no se ha decidido exactamente c¨®mo".

Antorcha inmensa

De momento, esas pruebas convierten la torre en una inmensa antorcha que cambia de color: rojo, verde o azul. Si el edificio ya es espectacular de d¨ªa, todav¨ªa lo es m¨¢s de noche. Una de las singularidades de la torre de Aguas es que es un cilindro que se cierra en c¨²pula en las ¨²ltimas plantas. Una forma f¨¢lica que ha suscitado-y seguro que lo seguir¨¢ haciendo- sobrenombres de lo m¨¢s variopinto: ob¨²s, torpedo y otros m¨¢s procaces.

Tiene 34 plantas sobre rasante-tres de ellas t¨¦cnicas-que culminan en una c¨²pula acristalada y cuatro subterr¨¢neas con un auditorio con capacidad para 300 personas. De los ocho ascensores, seis est¨¢n en la fachada que se orienta a poniente de la ciudad, desde los que se ven -parece como si se acercaran progresivamente conforme se asciende -las torres de la Sagrada Familia. La espectacularidad del edificio no es s¨®lo exterior, donde los colores de su piel, recubierta por cerca de 60.000 placas de cristal, se degradan de los rojizos y tierra de las plantas inferiores a los grises y azules de las alturas. Una degradaci¨®n que, no obstante, se percibe mejor desde cierta distancia.

Por dentro no hay paredes porque la columna vertebral de la torre es el cilindro interior. Las plantas son di¨¢fanas y perforadas por 4.400 ventanas que dan una luminosidad total a las oficinas. Caminando por el interior de ellas -en especial por las m¨¢s altas-se obtiene una panor¨¢mica de 360 grados de Barcelona.

Como uno de los nuevos elementos de la arquitectura de marca de Barcelona, la torre tiene defensores y detractores. Pero no deja indiferente. Entre las voces que apoyan la apuesta de Nouvel est¨¢ la del arquitecto Oriol Bohigas: "Es una forma que empieza a utilizarse en otras obras, especialmente en Londres, y que supone un cambio en la tradici¨®n de los rascacielos. Hay una soluci¨®n muy inteligente de la piel, la fachada, dando importancia a la textura, la luminosidad, el color". Bohigas considera que la torre marcar¨¢ la imagen de la Barcelona moderna.