El candidato para presidir el Tribunal Supremo supera la prueba del Senado sin definir su ideolog¨ªa
El juez John Roberts super¨® con brillantez esc¨¦nica pero gran hermetismo sus tres d¨ªas de comparecencia ante el comit¨¦ judicial del Senado que debe recomendar o rechazar su candidatura a la presidencia del Tribunal Supremo de EE UU. Su habilidad para esconder cualquier opini¨®n que permitiera catalogar su ideolog¨ªa mantiene perplejos a republicanos y dem¨®cratas por igual: los primeros no est¨¢n seguros de que Roberts sea uno de los suyos y los segundos no saben si sus modales dan una falsa impresi¨®n de moderaci¨®n.
Roberts, el candidato del presidente George W. Bush para asumir la presidencia del Tribunal Supremo, se enfrent¨® durante tres d¨ªas a un procedimiento que el senador Edward Kennedy compar¨® con una entrevista de trabajo. Si as¨ª lo hubiera sido, Roberts habr¨ªa conseguido el empleo; sin embargo, las sesiones acabaron convertidas en una sucesi¨®n de declaraciones interminables de cada senador seguidas por respuestas del juez siempre precisas pero vac¨ªas de contenido ideol¨®gico.
Aunque Roberts tiene pr¨¢cticamente garantizado el puesto cuando se convoque la votaci¨®n en el Senado la semana pr¨®xima, en ambos lados del espectro ide¨®logo del Capitolio hab¨ªa cierta inquietud ante la posibilidad de cometer un error.
Los republicanos temen que Roberts sea un segundo David Souter, el juez nombrado por el padre del actual presidente y transformado luego en uno de los m¨¢s progresistas del Tribunal; a los dem¨®cratas les aterra que se convierta en un Antonin Scalia, que fue confirmado con sus votos para luego convertirse en el m¨¢s conservador del Supremo. Despu¨¦s de aquello "promet¨ª no volver a votar nunca a favor de alguien de quien no conozca algo de su metodolog¨ªa constitucional", dijo el senador dem¨®crata Joseph Biden.
En contra de lo que marcaba la tradici¨®n (no la obligaci¨®n), Roberts declin¨® dar su opini¨®n personal sobre la sentencia Roe contra Wade, que legaliz¨® el aborto en EE UU en 1973. "No soy un ide¨®logo sino una persona que respeta la ley", repet¨ªa el juez con impecable educaci¨®n y sin consultar nunca con el grupo de consejeros pol¨ªticos y judiciales que Bush sent¨® a su espalda para ayudarle en las comparecencias.
Roberts insisti¨® en su respeto m¨¢ximo a la Constituci¨®n sin tintes ideol¨®gicos de ning¨²n tipo, lo cual no es complicado sino imposible porque en la Constituci¨®n de EE UU hay un margen suficiente para la interpretaci¨®n. De ser confirmado, Roberts se estrenar¨ªa como presidente del Tribunal Supremo cuando el 3 de octubre quede abierto el a?o judicial. Despu¨¦s, el Tribunal ha de pronunciarse sobre casos que afectan a la eutanasia, la pena de muerte, el aborto y los derechos para parejas homosexuales.
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