Schr?der exige volver a ser canciller
El actual l¨ªder del Ejecutivo descarta una coalici¨®n dirigida por Angela Merkel y proclama su derecho a formar Gobierno
Ante la p¨¦rdida de apoyo de la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) y su hermana b¨¢vara, la Uni¨®n Social Cristiana (CSU), que s¨®lo lograron en las elecciones de ayer un 35,2%, el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, reclam¨® anoche permanecer en la Canciller¨ªa con un gobierno que resulte de las conversaciones que a partir de hoy piensa mantener con los dem¨¢s partidos.
"No entiendo, y estoy seguro de que los ciudadanos alemanes tampoco, c¨®mo la CDU/CSU, con un desastroso resultado electoral, quiere derivar de ello su derecho a gobernar. No lo har¨¢", exclam¨® Schr?der a los simpatizantes que se reunieron en la sede de su partido. El SPD logr¨® el apoyo del 34,3% de los votantes alemanes, 4,5 puntos menos que en 2002. En un debate posterior en el que estaba presente la candidata democristiana, Angela Merkel, Schr?der descart¨® entrar en una gran coalici¨®n con Merkel como canciller. "No se haga ilusiones", le dijo a su rival. "?Realmente quiere hacernos creer que ha ganado?", le dijo a Merkel.
"Me siento confirmado en mi voluntad de hacer todo lo posible para que tambi¨¦n en los pr¨®ximos cuatro a?os haya en nuestro pa¨ªs un Gobierno estable bajo mi mando", dijo el canciller en la sede de su partido. Schr?der luc¨ªa una corbata a rayas rojas, verdes y amarillas que simbolizaban una invitaci¨®n a los liberales a formar una "coalici¨®n sem¨¢foro". Es costumbre de los pol¨ªticos alemanes jugar en sus corbatas con los colores que simbolizan a cada partido. Schr?der suele llevar corbatas rojas o a rayas rojas y verdes, mientras que Fischer usa con frecuencia la corbata verde. Pero la corbata que Schr?der llevaba anoche no se la hab¨ªa puesto nunca antes.
Ya que la coalici¨®n de socialdem¨®cratas (con un 34,3%) y verdes (8,1%) no obtuvo mayor¨ªa suficiente para gobernar, la ¨²nica opci¨®n de Schr?der para seguir al frente del gobierno ser¨ªa ampliarla a los liberales (FDP), que con un 9,8% fueron la tercera fuerza pol¨ªtica. La velada invitaci¨®n fue rechazada de plano por los liberales, que se mostraron fieles a su rumbo. "Si no alcanza para una coalici¨®n negriamarilla, entonces en la oposici¨®n", declar¨® el presidente del FDP, Guido Westerwelle, en referencia a la coalici¨®n con CDU y CSU, cuyo color es el negro.
"Aquellos que quer¨ªan lograr el cambio en la canciller¨ªa han fracasado grandiosamente", declar¨® Schr?der con voz ronca despu¨¦s de una dura campa?a electoral. Las conversaciones del SPD con otros partidos las dirigir¨¢ su presidente, Franz M¨¹ntefering, declar¨® Schr?der, pero con una excepci¨®n: "Ese partido que forma el PDS con el se?or Lafontaine. Con esos no vamos a hablar", asegur¨® el canciller.
"Se trata de conseguir que en Alemania contin¨²en los procesos de reforma y renovaci¨®n del pa¨ªs sin poner en peligro la cohesi¨®n social, que la potencia econ¨®mica se al¨ªe a la sensibilidad ecol¨®gica y que esta Alemania, nuestro pa¨ªs, sea percibida, en los crecientes conflictos internacionales, como una potencia media fiable que lucha por la paz y el equilibrio", explic¨® Schr?der su objetivo.
"Este pa¨ªs quiere tener a Gerhard Schr?der como canciller", declar¨® M¨¹ntefering, que calific¨® el magro resultado de CDU y CSU (35,2%) como "una derrota personal de Angela Merkel".
El SPD gan¨®, adem¨¢s, en la mayor¨ªa de los Estados de la antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, de donde Merkel es oriunda y part¨ªa como favorita. Los socialdem¨®cratas obtuvieron el 30,7% de los votos mientras que la CDU cedi¨® terreno y s¨®lo logr¨® el 25,3%.
El balance en t¨¦rminos econ¨®micos del Gobierno del socialdem¨®crata Gerhard Schr?der no incita a votar por su reelecci¨®n. Hoy hay 450.000 desempleados m¨¢s que en 1998, cuando lleg¨® al poder. La situaci¨®n se ve agravada por unos niveles de crecimiento -0,75% en el primer semestre de 2005 y no se espera m¨¢s del 1% para todo el a?o- que no dan para crear empleo. Pero Schr?der puede apuntarse el tanto de haber iniciado unas reformas que hac¨ªa tiempo que eran necesarias y que su antecesor, Helmut Kohl, nunca emprendi¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.