Schr?der y Merkel se plantan
Ambos partidos exigen la direcci¨®n del nuevo Gobierno pese a no contar con mayor¨ªa suficiente
La confusi¨®n m¨¢s absoluta reinaba ayer en Alemania, 24 horas tras el veredicto de las urnas. El resultado hace imposible la formaci¨®n de una mayor¨ªa estable de Gobierno si los partidos se mantienen aferrados a sus posiciones inflexibles, reiteradas tras cerrarse los colegios electorales. El Partido Socialdem¨®crata de Alemania (SPD) y la democracia cristiana (CDU/CSU) se consideran vencedores de las elecciones y ambos con derecho al puesto de canciller en el futuro Gobierno. Por su parte, los partidos peque?os, los liberales (FDP) y Los Verdes, se dedican a darse calabazas entre s¨ª y tambi¨¦n a posibles socios mayoritarios de las diversas hipot¨¦ticas condiciones en medio de la perplejidad de analistas, periodistas pol¨ªticos y expertos en demoscopia.
El SPD exige la condici¨®n de socio mayoritario en una eventual gran coalici¨®n con la democracia cristiana (CDU/CSU). Su argumento es sencillo: se trata del partido m¨¢s votado de Alemania con el 34,3%. En una carta del presidente del SPD, Franz M¨¹ntefering, dirigida a los restantes partidos, con excepci¨®n del Partido de la Izquierda -formado por poscomunistas y ex militantes del SPD desencantados y sindicalistas-, se argumenta que la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) y la Uni¨®n Social Cristiana (CSU) son dos partidos diferentes y, por tanto, no pueden sumar sus resultados. El SPD reclama de esta manera para su l¨ªder, Gerhard Schr?der, la continuidad en el cargo de canciller, y excluye participar en un Gobierno sin el actual canciller al frente.
La CDU tuvo un 27,8% de votos y su partido hermano la CSU en Baviera el 7,4%. Juntos consiguen el 35,2%, nueve d¨¦cimas m¨¢s que los socialdem¨®cratas. El SPD separa esas cifras para apoyar sus argumentos, pero en la democracia cristiana se asegura que el criterio determinante no es el de partido, sino el de grupo parlamentario resultante que forman los dos partidos hermanos. En este caso CDU y CSU suman 442.880 votos m¨¢s que el SPD y tienen el derecho a dirigir el Gobierno.
La presidenta de la CDU y aspirante a canciller federal, Angela Merkel, tambi¨¦n se ha dirigido por v¨ªa epistolar "a todos los partidos democr¨¢ticos", lo que significa que excluye al Partido de la Izquierda, que a pesar de su buen resultado (8,7%) no cuenta, en teor¨ªa, para ninguno de los grandes. En esa misiva, Merkel invita a los dem¨¢s partidos a iniciar conversaciones para formar una coalici¨®n. Merkel invit¨® a Schr?der a aceptar "que no es el partido m¨¢s fuerte".
Desde Baviera el presidente de la CSU y el primer ministro b¨¢varo, Edmund Stoiber, afirm¨® con contundencia que bajo ning¨²n concepto la democracia cristiana entrar¨¢ en un Gobierno como socio minoritario del SPD y con Schr?der de canciller. En la misma noche electoral, en la llamada ronda de los elefantes en la televisi¨®n con los presidentes de los partidos, Schr?der exigi¨® para s¨ª el mando y asegur¨® que de ninguna manera est¨¢ dispuesto a entrar en un Ejecutivo presidido por Merkel. Esto cierra, de momento, las puertas a la gran coalici¨®n y las abre a tripartitos de uno grande y dos peque?os.
La llamada coalici¨®n del sem¨¢foro, rojo-verde y amarillo, SPD,Los Verdes y liberales FDP, resulta de momento imposible por las contundentes declaraciones del presidente de los liberales, Guido Westerwelle, que rechaza todo acuerdo con Schr?der. En su congreso nacional, celebrado en Berl¨ªn hace poco m¨¢s de una semana, el FDP rechaz¨® por unanimidad esa opci¨®n de coalici¨®n del sem¨¢foro. Westerwelle lo corrobor¨® ayer y asegura que su partido no est¨¢ dispuesto a contribuir a la permanencia en el Gobierno de la coalici¨®n SPD-Los Verdes.
La otra variante de tripartito ha sido bautizada como Jamaica. Ayer, en la celebraci¨®n de la fiesta nacional de Chile, un diplom¨¢tico de ese pa¨ªs caribe?o expres¨® su placer por la popularidad adquirida en las ¨²ltimas horas. Todo se debe a los colores de la bandera jamaicana, negro, amarillo y verde. Traducido en partidos alemanes, significa democristianos (CDU/CSU), liberales y Los Verdes. Esta coalici¨®n tripartita tambi¨¦n tendr¨ªa una mayor¨ªa suficiente en el futuro Parlamento Federal (Bundestag), pero liberales y verdes no se pueden ni ver y encuentran pocas coincidencias. El l¨ªder de Los Verdes, el ministro de Exteriores Joschka Fis-cher, asegur¨® ayer que jam¨¢s ocupar¨¢ ese puesto bajo una canciller llamada Angela Merkel.
En la misma fiesta chilena, un alto cargo del Gobierno alem¨¢n coment¨® a este peri¨®dico la posibilidad de una variante espa?ola, que permitir¨ªa seguir a Schr?der en el poder. Se trata de un modelo ins¨®lito en Alemania, pero posible seg¨²n las leyes vigentes. Un Ejecutivo minoritario que gobernar¨ªa con mayor¨ªas cambiantes seg¨²n las necesidades concretas.
La Constituci¨®n alemana en su art¨ªculo 63 es clara: el Bundestag tendr¨¢ que reunirse en un mes, el 18 de octubre. Si no hay perspectivas de una mayor¨ªa para elegir canciller, el presidente federal encomendar¨¢ a Schr?der seguir en funciones. El presidente tiene que proponer un candidato al Bundestag. Para resultar elegido el propuesto necesita en primera votaci¨®n la mayor¨ªa absoluta de todos los diputados y no s¨®lo los presentes.
?Nuevas elecciones?
Si no obtiene esa mayor¨ªa se abre un periodo de dos semanas en las que se podr¨¢n repetir votaciones con cualquier candidato hasta que uno logre esa mayor¨ªa absoluta. Si nadie la consiguiese se entra en una tercera fase en la que saldr¨¢ elegido el m¨¢s votado. Si consigue la mayor¨ªa absoluta el presidente federal tendr¨¢ que nombrarlo canciller en un plazo de siete d¨ªas. Si ninguno consigue la mayor¨ªa absoluta y s¨®lo resultase el m¨¢s votado el presidente federal tiene la opci¨®n de nombrarlo canciller u optar por la disoluci¨®n del Bundestag y convocar nuevas elecciones.
Alemania ha llegado a esta situaci¨®n tras la decisi¨®n de Schr?der de adelantar elecciones y perder adrede una moci¨®n de confianza. Consider¨® Schr?der el 22 de mayo, tras la derrota en Renania del Norte-Westfalia, que no contaba con una mayor¨ªa fiable para llevar adelante su programa de reformas sociales y que Alemania necesitaba un Gobierno con una mayor¨ªa estable. El presidente federal Horst K?hler disolvi¨® el Bundestag y pronunci¨® un discurso dram¨¢tico en el que daba cuenta de los males de Alemania. A la vista del desenlace del domingo no cabe duda: el remedio ha resultado mucho peor que la enfermedad.
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