La UE y el liderazgo del mundo globalizado
Vivimos en un siglo nuevo y global. Los cambios se aceleran a velocidad de v¨¦rtigo. Tenemos que gestionar este cambio, no resistirlo. Para promover la libertad, la seguridad y la prosperidad necesitamos aprovechar los beneficios de la globalizaci¨®n, no rechazarlos. Europa debe abrirse y relacionarse con este mundo siendo fiel a sus valores y principios. ?ste fue mi mensaje a los comisarios europeos en la reuni¨®n que celebramos ayer para hablar de nuestras pr¨®ximas tareas.
La Uni¨®n Europea representa el mejor mecanismo para que sus pueblos y sus pa¨ªses hagan frente a este reto. Hasta los Estados m¨¢s grandes son demasiado peque?os para hacerlo solos. Juntos podemos responder mejor que por separado. La UE posee la escala, con 450 millones de personas, y los recursos. Pero, ?tenemos la confianza, la energ¨ªa y la determinaci¨®n necesarias? Debemos tenerlas, porque el mundo no se detendr¨¢ para esperar a Europa.
La UE debe hacer frente a este reto con los tratados vigentes. La Constituci¨®n de la UE no entrar¨¢ en vigor en un futuro pr¨®ximo. Eso es una lastima, pero no debe servir de excusa para no hacer nada. Con voluntad pol¨ªtica y compromiso europeo, se pueden hacer grandes cosas con los poderes actuales de la UE. Nuestra atenci¨®n debe volcarse ahora en su mejor utilizaci¨®n posible. La Comisi¨®n es crucial en este empe?o.
Esta Comisi¨®n, como ha hecho desde el primer d¨ªa, pone todo el acento en el crecimiento y el empleo. No me arrepiento de mantener este rumbo. El bajo crecimiento y el elevado desempleo niegan oportunidades y seguridad a los europeos. La ambici¨®n de la Comisi¨®n es reforzar el crecimiento de modo que los ciudadanos puedan obtener y mantener empleos de calidad, gozar de un aire m¨¢s limpio, un agua m¨¢s pura y una comida m¨¢s sana. ?sta es la mejor pol¨ªtica social y ambiental.
?C¨®mo puede contribuir la Comisi¨®n? Utilizando nuestra posici¨®n privilegiada como poderoso motor de renovaci¨®n y reforma, como fuente de ideas y propuestas, y como ¨¢rbitro justo y firme de las normas y pol¨ªticas acordadas en com¨²n.
Pero la Comisi¨®n no tiene una soluci¨®n m¨¢gica para el crecimiento y el empleo, sobre todo porque esa soluci¨®n no existe -ni se necesita-. Hay diferentes maneras de lograr econom¨ªas pr¨®speras y din¨¢micas. El debate interminable sobre qu¨¦ modelo econ¨®mico y social es el mejor no aclara nada, sino que paraliza. Por eso, la Comisi¨®n define objetivos comunes y determina c¨®mo puede la UE ayudar a lograrlos. Y adem¨¢s introduce un sentido de urgencia en el proceso de reforma.
Una contribuci¨®n esencial de la Comisi¨®n es que debemos proponer una legislaci¨®n de alta calidad. La semana pr¨®xima decidiremos deshacernos de al menos 60 proyectos de ley. No porque favorezcan un modelo u otro, sino por innecesarios o ineficaces. Esto es un debate sobre equilibrios, no sobre rumbos: ?hasta d¨®nde debe llegar la UE en su legislaci¨®n, y con qu¨¦ detalle? La respuesta es f¨¢cil. La UE debe actuar all¨ª donde a?ada valor, desde la seguridad a¨¦rea a la lucha contra la delincuencia organizada y el terrorismo, por citar dos ejemplos recientes. Y debe actuar de forma simple y eficaz. Nuestro compromiso es legislar mejor, no desregular por capricho.
Europa necesita tambi¨¦n un acuerdo presupuestario, y pronto. Sin ¨¦l no podremos apoyar la investigaci¨®n y la innovaci¨®n para fomentar el crecimiento y el empleo, la cohesi¨®n social y regional que ayuda a las regiones m¨¢s pobres a converger con las dem¨¢s, asegurar las fronteras y mejorar el medio ambiente. Lamentablemente, algunos exigen estas pol¨ªticas pero luego niegan los medios necesarios. Pero la Comisi¨®n y el Parlamento Europeo seguir¨¢n reclamando un presupuesto justo y ambicioso para finales de a?o.
La globalizaci¨®n realza asimismo el papel exterior de la UE. Debemos seguir estabilizando nuestro vecindario inmediato y relacionarnos con los actores globales, antiguos y nuevos. Es fundamental cerrar una Ronda comercial de Doha que apoye un comercio libre y justo. Debemos aplicar nuestros valores de solidaridad y derechos humanos en el mundo entero. Y debemos seguir luchando contra la pobreza y la enfermedad extremas, especialmente en ?frica.
Hay mucho que hacer. La misi¨®n de la UE, definida por sus padres fundadores, sigue vigente. Lo que ha cambiado no son nuestros valores, sino el contexto en que los promovemos. Debemos adaptar nuestras pol¨ªticas e instrumentos al siglo XXI. La UE debe abrirse. Debe abrirse internamente, entre Estados miembros y entre los ciudadanos y las instituciones, y exteriormente al mundo, rico y pobre. Y es crucial que nos abramos a la renovaci¨®n y a la reforma. Una UE abierta puede ser un actor eficaz en el mundo globalizado. Una UE abierta ganar¨¢ la confianza de sus ciudadanos y mostrar¨¢ que, si no existiera, tendr¨ªamos que inventarla.
Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso es presidente de la Comisi¨®n Europea.
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