El CDN rescata 'Flor de Oto?o', de Rodr¨ªguez M¨¦ndez

Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez M¨¦ndez estrena hoy en el Centro Dram¨¢tico Nacional su obra m¨¢s emblem¨¢tica, Flor de Oto?o, con direcci¨®n del joven Ignacio Garc¨ªa y con Fele Mart¨ªnez en el papel de abogado travesti. Ello supone que este autor, terriblemente censurado hasta 1976, salga del olvido en el que hab¨ªa ca¨ªdo en los ¨²ltimos a?os y se represente por primera vez en el m¨ªtico teatro Mar¨ªa Guerrero, de Madrid.

El montaje que hoy se estrena tiene un reparto de 25 actores, "casi tantos como hay en la obra", entre los que destacan Mar¨ªa Asquerino, Jeannine Mestre, Francisco Piquer, Vicente D¨ªez, Paco Maestre y el popular Fele Mart¨ªnez, que se mete en la piel de un abogado de prestigio que por la noche es un marginal cupletista travestido.

La puesta en escena ha respetado el texto original. "A los autores nos pasa muy pocas veces", coment¨® Rodr¨ªguez M¨¦ndez de esta obra que se ha representado en distintos pa¨ªses y que fue llevada al cine por Pedro Olea. La escenograf¨ªa, de un realismo po¨¦tico, recoge el ambiente de la Barcelona del final de la dictablanda de Primo de Rivera, antes de la llegada de la II Rep¨²blica, con una sociedad que se mov¨ªa entre la moral burguesa, el pensamiento libertario y el ambiente del barrio chino.

El estreno de hoy supone que el autor llegue a un teatro donde ya hab¨ªa trabajado como traductor y como apuntador: "Es un espacio a veces amigo, y otras, de verdadera enemistad; ?hasta quer¨ªa quemarlo!", se?ala el autor de Bodas que fueron famosas del Pingajo y la Fandanga.

El escritor record¨® ayer que su generaci¨®n ha sufrido una doble persecuci¨®n. "Primero, el franquismo; la censura fue feroz con autores como Lauro Olmo, Alfonso Sastre o yo; luego, por esa incultura teatral que hay en Espa?a, donde todo est¨¢ marcado por grandes confusiones, caos y donde algunos decidieron que est¨¢bamos anticuados y acab¨® con nosotros el llamado mito de la modernidad", concluye este autor famoso por su actitud siempre cr¨ªtica.

La puesta en escena de Ignacio Garc¨ªa ha renunciado al folclor gay, en el que a veces se ha ca¨ªdo al montar esta obra: "?ste es un viaje a los infiernos de un hombre de la alta sociedad que llega a los bajos fondos para encontrar un sentido a su vida; no tiene cabida lo fr¨ªvolo", comenta el director.