Piedras rotas

"Tu es Petrus", dijo Jes¨²s a Sim¨®n, llam¨¢ndole piedra en esa bella pero difuminada historia; "y sobre esta piedra edificar¨¦ mi Iglesia". Lo recuerdo, por mala comparaci¨®n, a Aznar designando a Rajoy su sucesor; y su iglesia, su piedra, se hace arena. Vi a Rajoy midi¨¦ndose en el Congreso con Zapatero, y no resultaba. Luego, en el mismo informativo, ve¨ªa a sus disidentes dentro de un partido que se quiso roca. Nada menos que Esperanza Aguirre; y el grupo homosexual dentro de su partido. En realidad, el verdadero error de Rajoy es el de su fidelidad: Aznar le encarg¨® ser el esp¨ªritu que dice no; y lo dice con las palabras que pilla, con las mentiras que no ama.

Es un problema casi de teolog¨ªa. La fidelidad es una virtud humana: siempre que se sea fiel a quien uno elija, pero quiz¨¢ m¨¢s a quien a uno le ha elegido. Pero si la fidelidad conduce a la p¨¦rdida de lo que ha sido encomendado, ?qu¨¦ se hace? Aznar ha perdido la raz¨®n. Mejor, ha dejado de tener la raz¨®n en la que cre¨ªa. El mundo ha cambiado. Estaba ya cambiando bajo sus pies de gobernar, y no lo ve¨ªa; incluso cuando m¨¢s cambi¨®, ¨¦l prefiri¨® su dogma a la realidad. No creo que se pueda ya ser dogm¨¢tico: las dos grandes fuerzas dogm¨¢ticas del siglo XX, la Iglesia y el comunismo sovi¨¦tico, perdieron en el XXI. Se puede ser tirano si se tiene fuerza (Bush) y ser obedecido, pero s¨®lo por miedo, no por convencimiento. La mentalidad general del mundo en que vivimos es, por ahora, esc¨¦ptica, variable, a plazo corto; la mentira de los grandes hombres nos ha ayudado a creer lo que dec¨ªa Einstein cuando se divert¨ªa: "Dos y dos son cuatro hasta nueva orden". El relativismo, contra el que va el Papa nuevo, porque viene del mundo antiguo y lo quiere prolongar: no advierte que es una piel de zapa, que dir¨ªa Balzac seg¨²n sus traductores (¨¦l escribi¨® "Peau de chagrin"). Esperanza es m¨¢s inteligente -y nadie sabe cu¨¢nto me duele tener que decirlo- y se ha ido de los dos dogmas, el de Aznar y el de la Iglesia, sin dejar de ser fiel a los dos: porque cree que les sirve mejor como Pablo que como Pedro. Y porque quiere ser presidenta del Gobierno, como quiere todo pol¨ªtico, incluso Aznar. Ahora bien, no s¨¦ si para los esc¨¦pticos es peor uno como Aznar o una como Aguirre. Por preferir, claro, prefiero a Zapatero. De momento.