Espa?a en sus mapas
En su Historia universal de la infamia, Jorge Luis Borges da cuenta de una ins¨®lita pr¨¢ctica en la confecci¨®n de mapas: "En aquel Imperio, el arte de la cartograf¨ªa logr¨® tal perfecci¨®n que el mapa de una sola provincia ocupaba toda una ciudad y el mapa del Imperio toda una provincia. Con el tiempo, estos mapas desmesurados no satisficieron y los colegios de cart¨®grafos levantaron un mapa del Imperio que ten¨ªa el tama?o del Imperio y coincid¨ªa puntualmente con ¨¦l". Naturalmente, el gran escritor argentino nos pone ante una paradoja, ya que la cartograf¨ªa consiste en introducir el mayor n¨²mero de datos en el menor espacio de representaci¨®n posible, como hace en este atlas o colecci¨®n de mapas Fernando Garc¨ªa de Cort¨¢zar, el prestigioso historiador a quien se debe uno de los mayores esfuerzos recientes por interesar a los espa?oles en el conocimiento de su historia, a trav¨¦s de sus art¨ªculos, de sus programas de televisi¨®n o de sus libros, como la Breve historia de Espa?a o Los mitos de la historia de Espa?a.
ATLAS DE HISTORIA DE ESPA?A
Fernando Garc¨ªa de Cort¨¢zar
Planeta. Barcelona, 2005
532 p¨¢ginas. 28 euros
Contando con el apoyo de
un solvente equipo de colaboradores, tanto para la preparaci¨®n de los documentos (V¨ªctor Hurtado, Josep Maria Casals, Jes¨²s Villanueva e Ilse Font) como para la realizaci¨®n de los mapas (Gradualmap, Rafael Pav¨ªa y Andreu Grau), Fernando Garc¨ªa de Cort¨¢zar ha redactado una corta introducci¨®n (donde se pasa revista a las diversas fases de la evoluci¨®n de la cartograf¨ªa y a sus distintos usos al servicio al mismo tiempo de la ciencia y de la pol¨ªtica) y ha dise?ado una obra amplia y ambiciosa que trata de hacer comprensibles los tres mil a?os de historia de Espa?a a partir de una selecci¨®n rigurosa de la informaci¨®n cartogr¨¢fica. El conjunto de los mapas (divididos en los cuatro periodos de Prehistoria e Historia antigua, Edad Media, Edad Moderna y Edad Contempor¨¢nea hasta el a?o 2001) tiene como primera virtud la permanente voluntad de insertar a Espa?a en el marco de la historia de Europa y de la universal, evitando as¨ª la tendencia al ensimismamiento y la hipertrofia del particularismo. Y, seguidamente, ofrece un extenso abanico de datos, que cubren el terreno de los hechos b¨¦licos (el m¨¢s obvio, el de las guerras exteriores y los conflictos internos, con la problem¨¢tica a?adida de la delimitaci¨®n de fronteras a remolque de los tratados de paz), el despliegue institucional (divisiones administrativas, reuniones de Cortes, monasterios, tribunales inquisitoriales), la demograf¨ªa (poblaci¨®n, epidemias, migraciones, colonizaciones), la econom¨ªa (rutas comerciales, caminos de la plata, red de ferrocarriles, minas y f¨¢bricas, desamortizaciones) y la cultura (camino de Santiago, universidades, catedrales g¨®ticas, movimientos art¨ªsticos). Como todo es susceptible de mejora, tal vez la segunda edici¨®n (que sin duda no tardar¨¢ en llegar) podr¨ªa revisar algunos de los textos a pie de mapa (por poner un ejemplo, la Armada Invencible no termin¨® "deshaci¨¦ndose en el mar"), podr¨ªa replantearse alg¨²n mapa desconcertante (la "biograf¨ªa" de Franco), podr¨ªa conceder mayor atenci¨®n al imperio ultramarino (escasos mapas dedicados a la Am¨¦rica espa?ola y a Filipinas), podr¨ªa ampliar algunas cartas cuya reducci¨®n regional limita su significado, como las de las ca?adas extreme?as (y no de toda Castilla), la emigraci¨®n andaluza a Am¨¦rica (y no de todas las regiones), la expedici¨®n de Malaspina (y no del conjunto de las expediciones cient¨ªficas del siglo XVIII).
Sin embargo, el atlas deslumbra por la calidad de la ejecuci¨®n (basta ver los planos de las ciudades o las reconstrucciones de los yacimientos arqueol¨®gicos), as¨ª como por las muchas novedades tem¨¢ticas introducidas (adelantando as¨ª a otras obras anteriores) y, sobre todo, por el esfuerzo de ponderaci¨®n entre los distintos aspectos de la realidad hist¨®rica (evitando caer en la hegemon¨ªa tolstoiana de la guerra y la paz) y entre los distintos espacios que han venido integrando esta creaci¨®n colectiva y multisecular que es Espa?a. As¨ª, aunque no agota sus riquezas, este mero enunciado de algunas de sus virtudes quiere servir de invitaci¨®n a la consulta de esta historia de Espa?a explicada a partir de sus complejas y sucesivas geograf¨ªas.
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