El seductor, segunda parte
John Casablancas, fundador de la que fue la agencia de modelos m¨¢s importante del mundo y creador de figuras como Claudia Schiffer o Linda Evangelista, vuelve tras cinco a?os de retiro. Su misi¨®n: sacar a flote Elite Estados Unidos y descubrir caras nuevas.
Un hombre capaz de convertir todos sus vicios en virtudes. As¨ª es John Casablancas, el fundador de Elite, la agencia de modelos m¨¢s importante del mundo. "Me gustaba salir, beber, las chicas guapas y viajar. En mi trabajo resultaron cualidades". Casablancas tiene 62 a?os y por su agencia han pasado las modelos m¨¢s conocidas del mundo. Con ¨¦l llegaron a top models Naomi Campbell, Claudia Schiffer, Cindy Crawford, Linda Evangelista o Iman. Adem¨¢s de una larga lista de mujeres que acabaron en Hollywood como Demi Moore, Cameron Diaz y Monica Bellucci.
Traje oscuro, reloj de oro en la mu?eca, gafas estilosas, moreno impecable. Sube con garbo las escaleras del hotel de cinco estrellas donde se hospeda en Barcelona. A primera hora, reuni¨®n con Pancho Saula, de Elite Espa?a. En plena forma, el descubridor de modelos destila seducci¨®n. Su tercera esposa y madre de sus ¨²ltimos tres hijos es una ex modelo brasile?a, Aline. Anteriormente tuvo dos matrimonios y dos hijos m¨¢s, uno de ellos Julian, l¨ªder del grupo musical The Strokes. "Mi negocio est¨¢ basado en eso, en la seducci¨®n", dice.
"Las modelos de hoy ya no tienen una gran historia detr¨¢s, son an¨®nimas. Y las ¨²nicas que la tienen son viejas"
Casablancas fund¨® Elite en Par¨ªs en 1970, y en Nueva York en 1977. En 2000, el patr¨®n abandon¨® su barco. Dejaba atr¨¢s un reguero de nombres conocidos y la pol¨¦mica por un reportaje emitido en la BBC que denunciaba que algunos directivos de Elite en Europa se aprovechaban de j¨®venes modelos. "Personalmente, no tuve nada que ver", afirma contundente. ?l hab¨ªa decidido dejar la agencia meses antes del esc¨¢ndalo.
Las cosas han cambiado mucho. Casablancas vuelve a coger el tim¨®n. Pero s¨®lo del grupo Elite en Estados Unidos, en manos del millonario Eddie Trump, que pag¨® cerca de 10 millones de d¨®lares por adquirir el negocio. A principios de a?o recibi¨® una llamada a su casa de Brasil. Trump le ped¨ªa que volviera. Y que devolviera Elite Estados Unidos y Canad¨¢ a la primera posici¨®n mundial. Acept¨®. "Sal¨ª del modeling harto. Es como todo. Est¨¢s harto de comer caviar todos los d¨ªas cuando trabajas en una f¨¢brica de caviar, pero si paras de comer?". Deb¨ªa volver porque a Casablancas lo que verdaderamente le gusta es descubrir modelos. De momento pone orden. "Primero toca reorganizar completamente las seis agencias del grupo en Estados Unidos, que est¨¢n en decadencia porque sufrieron un proceso de quiebra, pero no como consecuencia de los malos negocios, sino por una serie de acciones judiciales en contra de toda la profesi¨®n. Quebraron cinco o seis agencias", explica. Y por primera vez durante la conversaci¨®n pone mala cara. "El sistema judicial norteamericano es el m¨¢s bestia y absurdo del mundo. Est¨¢ hecho por y para los abogados".
El reto no es f¨¢cil. La situaci¨®n de la agencia al otro lado del charco es d¨¦bil y la crisis no s¨®lo es de la empresa que fund¨®. "La situaci¨®n actual es p¨¦sima. En cinco a?os y medio, los precios han bajado, tras todos los esfuerzos que hicimos para subirlos y que las modelos fueran mucho m¨¢s que modelos. Las comisiones est¨¢n bajas. El precio de los bookers se ha duplicado. Adem¨¢s, la gente que busca modelos (scouts) pide much¨ªsimo dinero. Las agencias est¨¢n desmoralizadas, no saben c¨®mo crear estrellas. No tienen paciencia ni imaginaci¨®n". Ante el panorama actual, Casablancas recurre al f¨²tbol (su familia es de Catalu?a, y ¨¦l, nacido en Manhattan, del F¨²tbol Club Barcelona): "El Bar?a empez¨® a jugar bien cuando Ronaldinho les devolvi¨® la alegr¨ªa. Quiero hacer lo mismo: dar de nuevo alma al negocio y trabajar con las modelos de forma diferente".
Primer mandamiento: detr¨¢s de una gran modelo tiene que haber una gran historia. "Una familia pobre, un padre alcoh¨®lico, amor con un actor?". Una gran historia, seg¨²n Casablancas, har¨¢ que la chica se convierta en estrella. ?Eso no es mentir? "No. Si yo cuento tu historia, puedo contarla sin mentir y que resulte una historia fant¨¢stica". Aqu¨ª entra su faceta de encantador de serpientes. Y Casablancas, educado en internados suizos, suena convincente. Y se queja: "Las modelos ya no tienen historia, son an¨®nimas. Y las ¨²nicas que tienen una historia son viejas. Mis ¨²ltimas creaciones eran la brasile?a Gisele B¨¹ndchen y la alemana Heidi Klum. Regreso cinco a?os m¨¢s tarde y todav¨ªa est¨¢n aqu¨ª". La lista, ciertamente, es interminable. Casablancas coge carrerilla: "Naomi lleva 18 a?os; a Cindy Crawford la veo por todas partes; Linda Evangelista todav¨ªa sigue haciendo campa?as important¨ªsimas". Para demostrar que tiene raz¨®n pone a prueba sus propias teor¨ªas. "Antes llegabas a un restaurante y le dec¨ªas a un camarero: 'Cindy' e inmediatamente respond¨ªa: 'Crawford'. 'Naomi', y a?ad¨ªan: 'Campbell'. Hoy dices 'Carolina' o 'Natalia' y preguntan: '?Qui¨¦n?".
Casablancas asegura que se ha hecho mal. Que las chicas no est¨¢n educadas. Que las agencias se han entregado a los clientes. Que la modelo gana una tercera parte. Y lanza un ejemplo de lo que se tiene que hacer. "Hay que decirle a la modelo: 'Hoy te pones el minivestido y te vas a esta fiesta; despu¨¦s te cambias de vestido y te vas a otra. Te quiero ver ma?ana en las dos columnas sociales. Y, adem¨¢s, acompa?ando a un actor a su premier". Casablancas afirma que es fundamental que la modelo, en sus idas y venidas, tenga algo que contar.
Cuando volvi¨® a la profesi¨®n, a principios de a?o, lo primero que hizo fue ir de espectador a las pasarelas de Nueva York. El p¨²blico s¨®lo se excit¨®, seg¨²n ¨¦l, cuando aparecieron en escena Paris Hilton o Susan Sarandon. Segundo mandamiento para triunfar: la gente quiere divas, quiere tener sue?os. Y tercero: no hace falta ser culta o inteligente, pero s¨ª hay que ser interesante.
Pese al glamour y el dinero, el de las modelos es un mundo perseguido por la sombra de las drogas, la anorexia y la bulimia. "Es la venganza de los feos. El porcentaje de modelos que toman drogas o que son bul¨ªmicas no creo que sea superior al de otras profesiones. Aunque es cierto que hubo una ¨¦poca de exageraci¨®n por parte de los modistas con ropas imposibles de llevar", afirma. "Le¨ª un art¨ªculo que dec¨ªa que el porcentaje de anorexia en el deporte es mucho m¨¢s alto que en la moda".
Casablancas afirma que se siente satisfecho porque las modelos han alargado su periodo natural de trabajo. "En general son bastante agarradas. Tienen una ¨¦poca al principio que se lo gastan todo, pero al cabo de unos meses se dan cuenta de que no va a durar toda la vida". ?l las conoce a todas. Repasando la lista top llegamos a una espina que tiene clavada: Gisele B¨¹ndchen. "Siento rabia por lo que hizo. Ella fue mi obra maestra. A los 14 a?os decidimos que iba a ser una gran estrella. Lo hicimos casi todo perfecto. Y cuando llegamos a ese momento, cuando se convirti¨® en la primera brasile?a en salir en la portada de Vogue americana y fue elegida la mejor modelo del a?o, se fue. Pero se fue mal. Se llev¨® al personal que se ocupaba de ella y se puso a hablar mal de Elite". Por primera vez en la conversaci¨®n, el hombre de la amable sonrisa muestra resentimiento. Y se pone serio. "Otras se han ido, pero no han hablado mal". La modelo fue descubierta por Elite Brasil en un centro comercial de S?o Paulo cuando apenas ten¨ªa 14 a?os. A finales de 1999 dej¨® Elite y fich¨® por la competencia, la agencia IMG. Es obvio que Casablancas no perdona; pero reemprende la conversaci¨®n pensando en el presente y seleccionando sus pr¨®ximos destinos. "Pienso seguir buscando modelos en Brasil, pero me interesan especialmente Argentina y Rumania". ?Y Espa?a? "Hay chicas absolutamente lindas. La mujer espa?ola es superinteresante". Y ya que estamos, ?cualquiera tiene posibilidades para ser top model? "En tu caso, por ejemplo, te imagino con 10 a?os menos y 10 cent¨ªmetros m¨¢s. El problema es tu car¨¢cter anal¨ªtico y tu impaciencia. No resistir¨ªas una sesi¨®n de fotos".
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