Los votos pendientes de Dresde

Al valle del Elba, donde se encuentra la ciudad de Dresde, lo llamaban valle de los ignorantes porque, por su orograf¨ªa, era la ¨²nica regi¨®n de la ex Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana que no recib¨ªa la se?al de televisi¨®n de la Rep¨²blica Federal. A algunos les gustar¨ªa que Dresde volviera a la inopia durante dos semanas para que el pr¨®ximo domingo los 219.000 votantes del distrito 160 -donde la elecci¨®n se atras¨® por la muerte de una candidata- fueran a las urnas sin saber lo ocurrido en el resto del pa¨ªs. Se trata de la parte m¨¢s conservadora de la ciudad de medio mill¨®n de habitantes, un distrito donde tradicionalmente gana la democracia cristiana (CDU).

Lo cierto es que muchos alteraron su intenci¨®n de voto el d¨ªa 18. "Ya no se puede cambiar nada. ?Para qu¨¦ voy a votar?", pregunta Wilhelm, un oficinista de 64 a?os. Wilhelm siempre ha votado a la CDU, pero esta vez se abstendr¨¢ porque siente que su sufragio es in¨²til. Mientras toma una cerveza con Wilhelm en el Viejo Mercado de Dresde, Peter, de 64 a?os, lamenta la situaci¨®n de Alemania y asegura que tampoco ir¨¢ a las urnas el domingo. Le gustaba el canciller, Gerhard Schr?der, hasta que vio su intervenci¨®n en el debate televisivo de los candidatos tras la publicaci¨®n de los resultados. "All¨ª se quit¨® la m¨¢scara y se mostr¨® tal cual es", dice decepcionado.

A Evelyn tampoco le gust¨® "la arrogancia de Schr?der". "Buscaba mantener el poder a cualquier precio, no en inter¨¦s del pueblo", lamenta esta empleada de banca de 36 a?os. Pensaba votarle, pero al verlo en ese debate cambi¨® de opini¨®n: votar¨¢ a la CDU. Klaus, un jubilado de 65 a?os, hab¨ªa pensado votar al Partido de la Izquierda. Ahora sabe que su partido ha conseguido entrar en el Parlamento. "Ya no tiene sentido votarle. Votar¨¦ a los socialdem¨®cratas (SPD) para reducir la distancia con la CDU", expone. "Ahora tiene m¨¢s sentido votar a los partidos grandes. Tratamos de convencer a los votantes del Partido de la Izquierda para que nos ayuden a reducir la distancia", reconoce el voluntario del SPD Andre Starkloff.

Pero en Berl¨ªn, el inter¨¦s suscitado por las especulaciones sobre posibles coaliciones de Gobierno ha hecho que nadie se acuerde de que faltan los sufragios de medio Dresde. Esa elecci¨®n, donde acudir¨¢n a las urnas el 0,35% de los alemanes, no puede eliminar la ventaja (de tres esca?os) de la CDU sobre el SPD en el Bundestag, aunque s¨ª reducirla o aumentarla. Por el complicado m¨¦todo de ponderaci¨®n del sistema electoral alem¨¢n, la CDU se arriesga a perder un esca?o de Renania del Norte-Westfalia si gana en Dresde m¨¢s de 41.000 segundos votos (en 2002 alcanz¨® 49.638), es decir, los votos a la lista de la CDU en Sajonia, no al candidato del distrito.

"Por eso nos concentramos en pedir el primer voto para nuestro candidato, Andreas L?mmel", dice Sebastian Hecht, miembro de la campa?a de la CDU. Hecht reconoce que demasiados segundos votos podr¨ªan perjudicar a su partido. "Asumimos el riesgo. No podemos pedir ahora que no nos voten", dice resignado. Fridtjof Behrens, presidente de la agrupaci¨®n local de la CDU en el casco antiguo, asegura que su estrategia de campa?a en la calle no ha cambiado, aunque la receptividad es menor. Mientras monta su caseta informativa en el centro de Dresde, Behrens, de 27 a?os, explica que, aunque la cosa est¨¢ decidida, "es importante mostrar presencia". "No queremos dar la impresi¨®n de que abandonamos", apunta.