El Athletic se atasca
La falta de gol y la confusi¨®n ofensiva le condenan ante un Racing ultradefensivo
Por m¨¢s vueltas que le da a la rueda, el Athletic no encuentra la manera de parecer un equipo solvente. Lo cambia casi todo de un partido a otro, incluso cambia dos o tres veces en cada partido, aumenta el ritmo a medida que avanza el encuentro,... y sin embargo sigue pareciendo un equipo tan voluntarioso como obtuso. Ante el Racing, que apenas se limit¨® a defender (y no del todo bien), tropez¨® con sus carencias y con el a?adido de la mala suerte. Tan extra?o anda el Athletic que Fran Yeste, su futbolista de mayor calidad, el m¨¢s t¨¦cnico, el m¨¢s seguro, se permite fallar una ocasi¨®n a puerta vac¨¬a (dispar¨® al poste) y un mano a mano con Aouate (remat¨® a las nubes); o que Llorente, con su altura, con su envergadura, cabecee a placer muy lejos del larguero de la porter¨ªa.
ATHLETIC 0 - RACING 0
Athletic: Aranzubia; Exp¨®sito (Iraola, m. 62), Lacruz, Luis Prieto, Casas; Orbaiz, Gurpegui; Tiko (Guerrero, m. 81), Etxeberria, Yeste; y Llorente.
Racing: Aouate; Pinillos, Morat¨®n, Samuel, Ayoze; Matabuena, Casquero; Dalmat (?scar Serrano, m. 45), Jonatan (Anto?ito, m. 60), Ra¨²l; y Aganzo (Vitolo, m. 73).
?rbitro: Lizondo Cort¨¦s. Amonest¨® a Exp¨®sito, Orbaiz, Pinillos, Ayoze, Jonatan, Aganzo y Vitolo.
Unos 30.000 espectadores en San Mam¨¦s.
El Athletic anda como Di¨®genes con la l¨¢mpara buscando soluciones. Por ejemplo, si en la plantilla no hay extremos, pues Mendilibar ha decidido que su l¨ªnea de tres cambie constantemente de bandas, se mueva, alterne posiciones, para que parezca que hay extremos y siembre desconfianza en el rival. Pero lo cierto es que a la hora de la verdad, la capacidad de desborde no existe y los futbolistas se funden en un esfuerzo que acab¨® con Tiko en la ducha, y con Yeste sin la calidad necesaria en los ¨²ltimos metros.
El Racing fue un rival honrado. Todo el mundo sab¨ªa a lo que iba a jugar y no enga?¨® a nadie. Casi todos los futbolistas de Manolo Preciado defienden y le dejan a Aganzo el papel de llanero solitario, apenas avistado de vez en cuando por el joven Jonatan, pero condenado a su suerte. No le hab¨ªa ido mal hasta ahora, pero la apuesta es de un aburrimiento supino.
Eso s¨ª, hay que estar muy puesto para superar las barreras que propone el equipo c¨¢ntabro. Y el Athletic no lo est¨¢. Ayer fue capaz de arrumbarlas por exceso de energ¨ªa m¨¢s que por clarividencia en el juego. Hoy por hoy, Orbaiz est¨¢ en la pretemporada y no se puede confiar en Gurpegui como conductor del juego del equipo. Mendilibar dej¨® en el banquillo al joven Ibon Guti¨¦rrez, as¨ª que el m¨²sculo se impuso al cerebro. Lo mismo le pas¨® al Racing que vio c¨®mo su estrella, Dalmat, hu¨ªa del f¨²tbol como de la lluvia.
El Athletic, un cl¨¢sico del juego cl¨¢sico, resulta que se ha quedado sin extremos (Etxeberria ya no est¨¢ para eso) y, para colmo, sus laterales tienen poca proyecci¨®n ofensiva. Mendilibar ha optado por prescindir de Iraola y el juego, entonces, se condensa en el centro y en la noble participaci¨®n de Fernando Llorente, cuya ingente aportaci¨®n se queda en nada por falta de acompa?amiento. El joven delantero era ayer la referencia del equipo e hizo su trabajo. El Racing, d¨¦bil en el juego a¨¦reo, nunca supo pararle. Pero no sirvi¨® de nada. Juega tanto de espaldas, por falta de centros, que le cuesta hacer gol. Al Racing tambi¨¦n: juega tanto a defender que le cuesta atacar. Y entre lo uno y lo otro, el partido se convirti¨® en un debate muscular con muchas faltas, pocas ocasiones (todas del Athletic) y pocas jugadas (de casi nadie). El atasco sigue vigente en San Mam¨¦s, por m¨¢s vueltas que se d¨¦ a la rueda.
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