Ir¨¢n amenaza a la ONU con impedir las visitas de los inspectores nucleares
El Ejecutivo de Teher¨¢n califica de "ilegal e inaceptable" la resoluci¨®n del OIEA
"No tenemos ning¨²n compromiso de seguir aplicando el protocolo adicional [del Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear]", dijo ayer el ministro iran¨ª de Exteriores, Manuchehr Mottaki. La amenaza de suspender las visitas sorpresa de los inspectores del Organismo Internacional para la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) revelaba el deseo de seguir negociando con Occidente y la seguridad de contar con el respaldo generalizado de la poblaci¨®n iran¨ª al programa nuclear.
Para los iran¨ªes, la oposici¨®n de la comunidad internacional al desarrollo de sus planes at¨®micos hiere su orgullo nacional.
Despu¨¦s de un largo tira y afloja, la Junta de Gobernadores del OIEA advirti¨® el s¨¢bado a Ir¨¢n de su remisi¨®n al Consejo de Seguridad de la ONU si no suspende el enriquecimiento de uranio y reanuda las conversaciones con la troika europea (Reino Unido, Francia, Alemania y la UE), interrumpidas este verano. El OIEA quiere que Teher¨¢n ratifique el citado protocolo adicional al Tratado de No Proliferaci¨®n (TNP), que ya aplica de forma voluntaria desde hace un a?o y que permite visitas sorpresa de los inspectores del OIEA a sus instalaciones nucleares.
"Es una resoluci¨®n ilegal, inaceptable y motivada ideol¨®gicamente", afirm¨® Mottaki, quien, no obstante, reiter¨® que "Ir¨¢n mantiene su compromiso con el TNP y seguir¨¢ cooperando con el OIEA". Teher¨¢n responder¨¢ oficialmente a ese organismo en unos d¨ªas, una vez que revise los datos con el equipo negociador desplazado a Viena. Ahora bien, el jefe de la diplomacia iran¨ª dej¨® claro que su pa¨ªs "no va a ceder a las presiones internacionales para que abandone sus actividades nucleares pac¨ªficas", ni va a aceptar "ninguna exigencia m¨¢s all¨¢ del TNP y su cl¨¢usula de salvaguarda".
El TNP, del que Ir¨¢n es signatario, no proh¨ªbe enriquecer combustible nuclear, s¨®lo fabricar armas nucleares. Hasta el momento, las inspecciones del OIEA no han podido demostrar que Ir¨¢n haya violado el TNP. Sin embargo, el descubrimiento hace tres a?os de un programa clandestino hizo sonar las alarmas. Estados Unidos y la Uni¨®n Europea quieren que Ir¨¢n renuncie totalmente a su programa de enriquecimiento de uranio.
"Es un insulto", manifest¨® ayer a EL PA?S un colaborador del nuevo presidente iran¨ª, Mahmud Ahmadineyad. "Nos proponen que renunciemos a nuestro derecho; no vamos a hacerlo", insisti¨® la fuente, para quien es incomprensible que la comunidad internacional pretenda que Ir¨¢n conf¨ªe en el abastecimiento externo de combustible nuclear. "Mire lo que le pas¨® a India, y a nosotros con los acuerdos firmados en tiempos del sha, ?c¨®mo podemos estar seguros de que ahora va a ser distinto?", aduc¨ªa en referencia al respaldo que antes de la Revoluci¨®n Isl¨¢mica de 1979 tuvo su proyecto at¨®mico.
Desconfianza
Ahora, la desconfianza es mutua. A pesar de sus repetidas negativas, Ir¨¢n no logra borrar las sospechas de que su programa de energ¨ªa nuclear encubre otro militar para el que la fabricaci¨®n de combustible resulta necesaria. Un reciente an¨¢lisis de la Fundaci¨®n Carnegie asegura que los datos recogidos por el OIEA "sugieren la intenci¨®n de por lo menos adquirir la capacidad para manufacturar explosivos nucleares".
"La fatua del ayatol¨¢ Jamenei impide que el Gobierno o el Parlamento destinen fondos para construir armas nucleares", responde el colaborador de Ahmadineyad. Pero no son argumentos religiosos, sino nacionalistas, los que sustentan el apoyo de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n al empe?o at¨®mico. Por encima de diferencias ideol¨®gicas, los iran¨ªes asocian la tecnolog¨ªa nuclear con la modernidad y ven los esfuerzos por evitar que su pa¨ªs acceda a ella como una discriminaci¨®n colonialista. "?No tienen tambi¨¦n armas nucleares India, Pakist¨¢n e Israel?", suele ser la respuesta habitual cuando se hace notar la fina l¨ªnea que separa ambos procesos.
Petr¨®leo y sanciones
La UE confiaba hasta principios de verano en que sus incentivos econ¨®micos ser¨ªan suficientes para que Ir¨¢n hiciera permanente la suspensi¨®n voluntaria del proceso de enriquecimiento de uranio alcanzada hace un a?o. "Ir¨¢n necesita inversiones extranjeras para aliviar su elevado ¨ªndice de desempleo", era el argumento que esgrim¨ªan fuentes europeas en Teher¨¢n. Sin embargo, el cambio de Gobierno y los altos precios del petr¨®leo han cambiado la ecuaci¨®n. "Eso era posible con Jatam¨ª, pero no con Ahmadineyad", dice un diplom¨¢tico reformista. "Este Gobierno ya no tiene la deuda externa de 40.000 millones de d¨®lares que hered¨® Jatam¨ª y las eventuales sanciones, si llegan a adoptarse, har¨ªan tanto o m¨¢s da?o a Europa que a Ir¨¢n", a?ade.
Un tercio de las importaciones iran¨ªes proceden de Europa, sobre todo de Alemania, Francia e Italia. De ah¨ª que los analistas iran¨ªes interpreten que dif¨ªcilmente esos pa¨ªses pueden estar interesados en unas sanciones que, adem¨¢s de acercar el precio del barril de petr¨®leo a los 100 d¨®lares, les privar¨ªan de unos ingresos globales de 10.000 millones de d¨®lares (datos de 2004).
"La UE ha probado su ineficacia; no puede actuar de forma independiente", concluye el interlocutor convencido de que para Ir¨¢n s¨®lo tiene sentido negociar directamente con EE UU.
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