Divorcio 'in vitro'
Una brit¨¢nica pide al Tribunal de Derechos Humanos ser madre con embriones concebidos con su ex pareja, quien lo rechaza
Natalie Evans, 34 a?os, est¨¢ dispuesta a llegar hasta el final para ser fecundada con embriones inseminados por su ex pareja. Pero ¨¦l, Howard Johnston, se niega a tener descendencia con su ex mujer. El caso ha llegado al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo. All¨ª, Evans pidi¨® ayer que se le permita concebir un hijo a partir de embriones congelados hace cuatro a?os, creados con ¨®vulos suyos y esperma de su ex compa?ero. Los tribunales brit¨¢nicos han rechazado todas las demandas interpuestas por la mujer. La ley de reproducci¨®n asistida de ese pa¨ªs requiere el consentimiento de ambas partes en cada paso del procedimiento.
El principal argumento de Evans es que utilizar estos embriones es su ¨²ltima posibilidad de tener hijos con sus genes. La mujer defiende que los embriones tienen el derecho a vivir.
La defensa de Evans pide que se considere si la ley de Reino Unido, que pide que los embriones conservados se destruyan, est¨¢ cometiendo una violaci¨®n contra los derechos humanos. Ser¨ªa la primera vez que el Tribunal de Estrasburgo se pronuncie sobre los derechos de los embriones.Tambi¨¦n sostiene que la ley brit¨¢nica, vigente desde 1990, interfiere con el derecho de Evans a una vida privada y familiar.
El tribunal de apelaci¨®n y el Tribunal Supremo brit¨¢nicos prohibieron que se implantaran a Evans los embriones y la Casa de los Lores rechaz¨® el caso, por lo que Evans tuvo que apelar a Estrasburgo para que los ¨®vulos fecundados no fueran destruidos. El representante del Gobierno brit¨¢nico en Estrasburgo asegur¨® que la ley de fertilizaci¨®n se basa en dos pilares fundamentales: el consentimiento de los padres y el bienestar del ni?o, por lo que "no ser¨ªa deseable que el hijo naciera contra la voluntad de sus padres", y en este sentido obligar a Johnson a que ejerza ese papel, informa Efe.
Evans qued¨® est¨¦ril en noviembre de 2001, despu¨¦s de que se le extirparan los ovarios a causa de un c¨¢ncer. Ella y su entonces pareja, Howard Johnston, se hab¨ªan sometido a un tratamiento in vitro por lo que se fecundaron seis ¨®vulos de ella con esperma de ¨¦l, que fueron congelados y almacenados en una cl¨ªnica. Cuando la relaci¨®n termin¨®, siete meses despu¨¦s, Johnston se neg¨® a que esos embriones fueran utilizados y pidi¨® que se destruyeran. Evans asegura que, de haber sabido que su ex pareja cambiar¨ªa de opini¨®n, hubiera elegido otro tipo de tratamiento de reproducci¨®n asistida, como por ejemplo, un donante de esperma.
"Johnson ha limitado la capacidad reproductiva de Evans, tras sus promesas incumplidas", dijo la defensa de ella ante Estrasburgo. La ex pareja, Howard Johnston, dijo tras la ruptura que no desea tener una familia con Evans, ni las responsabilidades econ¨®micas y morales que significan tener un hijo.
Evans asegur¨® que en una conversaci¨®n que mantuvieron tras la ruptura, su ex pareja estuvo de acuerdo con seguir con el proceso de reproducci¨®n asistida, pero firmando un acuerdo en el que no tendr¨ªa responsabilidad alguna sobre el eventual hijo. " Pero despu¨¦s recib¨ª una carta que me informaba de que mi ex pareja hab¨ªa pedido que se destruyeran los embriones", afirm¨®.
La Autoridad de Fertilizaci¨®n Humana y Embriolog¨ªa de Reino Unido, encargada de velar por el cumplimiento de la ley, dijo a EL PA?S que no se pronunciar¨¢ sobre el caso hasta que Estrasburgo haga saber su decisi¨®n. Sin embargo, asegura que, en caso de que Evans ganara el caso, se sentar¨ªa un precedente y "muy probablemente la ley brit¨¢nica de reproducci¨®n asistida tendr¨ªa que cambiar y contemplar casos como este".
En caso de Estrasburgo permita a Evans usar los embriones, debe ser antes de octubre de 2006, pues expira el periodo m¨¢ximo de conservaci¨®n de cinco a?os que la ley impone.
El presidente de la Sociedad Internacional de Bio¨¦tica, Marcelo Palacios, asegura que en Espa?a "La ley no contempla esta especificidad. Se supone que la pareja est¨¢ de mutuo acuerdo [en el proceso de reproducci¨®n asistida] y que los embriones se van a utilizar cuando lo estimen". Palacios, que presidi¨® la comisi¨®n que hizo la primera ley de reproducci¨®n asistida en Espa?a, asegura que ambas partes deben dar su consentimiento, incluso trat¨¢ndose de una pareja de hecho, pero que "no se contempla la ruptura del consentimiento de una de las partes".
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