Riesgo asumido

Camino de mi trabajo paso todos los d¨ªas entre las diez y las once de la ma?ana por la plaza de Neptuno y es raro que no me encuentre con dos mujeres que abordan a turistas extranjeros que transitan por la zona, con el se?uelo de ofrecerles unos claveles, leerles la mano o ense?arles un plano de la ciudad, pero cuyo fin ¨²ltimo es, sencillamente, robarles.

M¨¢s de una vez me he enfrentado con estas personas y he conseguido que se alejen, no sin acaloradas discusiones previas que las posibles v¨ªctimas contemplan sorprendidas y con una agradecida mirada, aunque no comprenden lo que est¨¢ pasando.

Es evidente que me enfrento a un riesgo, pero es que me produce aut¨¦ntica verg¨¹enza, como madrile?o, contemplar estas acciones y pensar en la imagen que se llevar¨¢n los afectados de nuestra querida capital. Me pregunto: ?es que la polic¨ªa no sabe de esta actividad cotidiana de los malhechores? Estoy seguro de que s¨ª, porque hay muchas pruebas de su eficacia en otros casos. Entonces, ?por qu¨¦ no hay m¨¢s vigilancia en una zona de grandes hoteles y grandes museos, paso obligado de un turismo de calidad.