Presupuestos de 2006: una apuesta de futuro
Las cuentas del Estado para el a?o pr¨®ximo impulsan la competitividad sin caer en excesos expansivos, seg¨²n el autor
El inicio del curso pol¨ªtico, como el del acad¨¦mico, tiene sus ritos que entremezclan la sensaci¨®n de d¨¦j¨¤ vu con los aspectos novedosos que cada ejercicio trae consigo. En el terreno de la pol¨ªtica econ¨®mica, la elaboraci¨®n del proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) ocupa un lugar central en dicho inicio de curso. En el debate que rodea a los presupuestos suelen aparecer dos cuestiones b¨¢sicas: en primer lugar, las previsiones agregadas de gastos e ingresos arrojan un saldo fiscal que puede ser analizado en relaci¨®n con el comportamiento previsible de crecimiento e inflaci¨®n, con el objeto de determinar si la pol¨ªtica fiscal tiene un signo expansivo o restrictivo acorde (o no) con el funcionamiento del conjunto de la econom¨ªa. En segundo lugar, el comportamiento proyectado de los principales agregados dentro de las partidas de gastos e ingresos permite descender un escal¨®n en el an¨¢lisis del impacto econ¨®mico del presupuesto y completar as¨ª el an¨¢lisis anterior.
Los primeros datos conocidos sobre el proyecto de PGE para 2006 han generado aprobaci¨®n en diversos ¨¢mbitos pero, como no pod¨ªa ser menos, tambi¨¦n han causado voces disconformes desde los autoproclamados guardianes de la ortodoxia econ¨®mica ligada a la oposici¨®n conservadora. Estas cr¨ªticas se basan en el supuesto car¨¢cter expansivo de estos presupuestos, y en su inadecuaci¨®n a una coyuntura caracterizada por un m¨¢s que aceptable crecimiento, lo que a su juicio agravar¨¢ dos problemas b¨¢sicos de nuestra econom¨ªa, como son el d¨¦ficit comercial y la elevada inflaci¨®n. A continuaci¨®n repasaremos brevemente esos datos preliminares del proyecto de PGE a la luz del esquema del primer p¨¢rrafo con el objeto de discutir y rebatir esta, a nuestro juicio infundada cr¨ªtica.
El cuadro macroecon¨®mico que acompa?a al proyecto de PGE para 2006 prev¨¦ un crecimiento nominal del 6,6% (3,3% de crecimiento real m¨¢s otro 3,3% de inflaci¨®n). A su vez, dicho proyecto contempla un crecimiento del gasto de un 7,6% y un crecimiento de los ingresos del 9% ?Es un presupuesto excesivamente expansivo? Una respuesta precisa requerir¨ªa de un an¨¢lisis detallado, pero es preciso destacar un aspecto previo importante: el Gobierno ha enfatizado en diversas ocasiones la conveniencia de separar claramente las cuentas de la Seguridad Social de las del resto del Estado y ¨¦stas se separan entre Administraci¨®n Central, Auton¨®mica y Local; pero a efectos del an¨¢lisis macroecon¨®mico que nos ocupa, lo relevante es la cantidad de dinero que el sector p¨²blico detrae de la producci¨®n del sector privado (impidiendo a ¨¦ste disponer de ella para su gasto) y la cantidad de gasto y rentas que inyecta en el sistema. Por tanto, es crucial tener en cuenta que una parte del crecimiento en el gasto del Estado se debe a las mayores transferencias a las Comunidades Aut¨®nomas, en torno a 3.000 millones de euros en 2006, para financiar su d¨¦ficit sanitario y no implican por tanto un aumento real del gasto del conjunto del sector p¨²blico. Lo mismo ocurre con las importantes cantidades adicionales transferidas a los ayuntamientos para compensar la p¨¦rdida de recaudaci¨®n asociada a la supresi¨®n del Impuesto de Actividades Econ¨®micas. Un ejemplo distinto de efectos similares es el 37% de aumento de la ayuda al desarrollo: no incrementa la demanda interna. La respuesta a la pregunta planteada sigue en el aire, pero no parece que estemos describiendo el comportamiento despilfarrador de un Gobierno que pone en peligro la sostenibilidad del crecimiento de nuestra econom¨ªa, como proclaman algunos agoreros.
Para debatir el impacto de los PGE de 2006 en nuestra econom¨ªa, creo que hay que complementar la discusi¨®n anterior con un an¨¢lisis ligado a aspectos de la oferta. Los dos problemas de nuestra econom¨ªa arriba mencionados (inflaci¨®n y d¨¦ficit exterior) est¨¢n relacionados y tienen como base principal la falta de competitividad. Dentro de estos presupuestos, destacan los aumentos de partidas como el gasto en I+D (por encima del 25%), en infraestructuras o en educaci¨®n. La promoci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas y el apoyo a nuestras empresas en la b¨²squeda de nuevos mercados son piezas b¨¢sicas en la estrategia del Gobierno, y gozan tambi¨¦n del oportuno reflejo presupuestario. ?ste es el camino por el que debemos avanzar, junto con otros elementos como la reforma del sistema de defensa de la competencia, para lograr un crecimiento sostenible y una evoluci¨®n favorable de la inflaci¨®n o de los saldos comerciales.
El an¨¢lisis econ¨®mico de unos presupuestos no debe limitarse a los grandes agregados, y necesariamente debe cuestionar si la composici¨®n de estos agregados responde o no a las necesidades del pa¨ªs. En este sentido, los datos anteriores muestran una decidida apuesta por la inversi¨®n p¨²blica entendida en un sentido amplio y acorde con los retos de nuestra econom¨ªa. No puedo no quiero obviar el aumento de algunas partidas de gasto corriente como la ayuda al desarrollo (se?alado anteriormente), el esfuerzo en vivienda, o las pensiones m¨¢s bajas (que crecer¨¢n varios puntos por encima de la inflaci¨®n), porque forman parte del compromiso del Presidente y de todo el socialismo con la justicia social.
Podemos concluir que los primeros datos del proyecto de PGE para 2006 muestran un decidido impulso a la competitividad de nuestra econom¨ªa, sin caer en excesos expansivos. ?ste es y debe ser el principal objetivo econ¨®mico en la actual coyuntura; ser¨ªa bastante discutible que el moderado efecto expansivo que algunos encuentran en este proyecto sea perjudicial en un contexto internacional caracterizado por el estancamiento de nuestro entorno europeo, la reforma a la baja de las ayudas que recibimos de la UE, bajos tipos de inter¨¦s y altos precios del petr¨®leo, pero, en cualquier caso, creo que la importancia de ese debate es de segundo orden respecto a la importancia de las transformaciones econ¨®micas que estos presupuestos impulsan.
Pedro Saura Garc¨ªa es diputado por Murcia y portavoz de Presupuestos del grupo parlamentario socialista.
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