La ni?a prodigio del golf
Michelle Wie, de 16 a?os, tercera deportista en ingresos por publicidad
"No siento pena. Todo me ha encantado. Adem¨¢s, la comida y la bebida han sido gratis". Palabras de la golfista Michelle Sung Wie, Michelle Wie o, simplemente, La Gran Wisie, como la bautiz¨® el surafricano Ernie Els, uno de los mejores, jugando con su propio apelativo, El Gran Easy (Tranquilo). Era enero de 2004. Acababa de ser eliminada por un solo golpe del primer torneo del circuito norteamericano masculino al que la hab¨ªan invitado por su condici¨®n de prodigio. Pero, claro, no era m¨¢s que una ni?a de 14 a?os (11 de octubre de 1989; Honolul¨², Hawai) que hab¨ªa visto cumplido un capricho m¨¢s y no cesaba de mostrar su m¨¢s feliz sonrisa aunque antes se hubiera enrabietado y pataleado con sus pies grandotes -su estatura es de 183 cent¨ªmetros- por ese fallo de m¨¢s o ese acierto de menos: "Muerta... Yo misma me he matado".
La hawaiana se hace profesional y firmar¨¢ por unos 10 millones de d¨®lares anuales con Nike y Sony
Hoy, seis d¨ªas antes de su 16? cumplea?os, La Gran Wisie tiene previsto anunciar a bombo y platillo, en un hotel de su ciudad natal, su salto al profesionalismo cuando la reglamentaci¨®n vigente ni siquiera le permitir¨ªa participar en el tour hasta los 18 de no ser por sus cualidades excepcionales. Unas cualidades excepcionales que pasan tanto por la potencia de sus drives -sus bolas alcanzan los 280 metros gracias a un swing m¨¢gico con una forma de empu?ar el palo que ha llegado a compararse con la de los beisbolistas- como por la de sus patrocinadores.
Y es que Nike y Sony van a suscribir con Michelle sendos contratos publicitarios que la har¨¢n ya rica y famosa: unos 10 millones de d¨®lares anuales entre las dos firmas. Una cantidad fabulosa para una adolescente que, en el fondo, todav¨ªa no ha ganado ning¨²n t¨ªtulo m¨¢s all¨¢ de los amateurs, aunque en este curso ha rondado el ¨¦xito en dos de las citas grandes femeninas: segunda en el Campeonato de la LPGA norteamericana y tercera en el Open Brit¨¢nico. Una cantidad tan fabulosa que, a escala planetaria, la han de convertir en la tercera deportista en ganancias por patrocinios: la tenista rusa Mar¨ªa Sharapova, la n¨²mero uno mundial, percibe 17 millones y la estadounidense Serena Williams en torno a 12. Parad¨®jicamente, adem¨¢s, la campeon¨ªsima del golf, la sueca Annika Sorenstam, vencedora nueve veces en el Grand Slam, debe conformarse con 7. Incluso en la ¨®rbita de los hombres ser¨¢ tremendo lo suyo: apenas tendr¨¢ por encima a los norteamericanos Tiger Woods (84), Arnold Palmer (24), Phil Mickelson (20) y Jack Nicklaus (11), al australiano Greg Norman (18) y a su padrino Els (12).
El debate, obvio, est¨¢ servido. ?C¨®mo es posible tal dispendio econ¨®mico siendo una chiquilla? El fen¨®meno medi¨¢tico es lo que importa, lo que interesa. Como en los mercados tradicionales, en la bolsa deportiva se cotizan las realidades, s¨ª, pero a veces mucho m¨¢s las expectativas. Sony, que la ha seguido de cerca casi desde sus primeros pasos infantiles, y Nike no han querido perderse unos beneficios futuros que se antojan seguros. Nadie, en efecto, ha impresionado m¨¢s desde que surgi¨® Woods, el tigre de cuyo rugido se enamor¨® Michelle en 1997 vi¨¦ndole ganar el Masters de Augusta. "Quiero ser como ¨¦l, hacer lo que ¨¦l hace", dijo a sus padres, surcoreanos emigrados a Hawai, profesor universitario ¨¦l, dedicada al sector inmobiliario ella, que la encaminaron de hoyo en hoyo desde sus cuatro a?os y a los que ya venc¨ªa a los ocho.
Pero las discusiones van, c¨®mo no, m¨¢s all¨¢. Tambi¨¦n giran sobre el equilibrio psicol¨®gico de Michelle, sobre su resistencia a las presiones que habr¨¢ de soportar desde hoy; desde su debut como pro la semana que viene en el Samsung World Championship en Palm Desert (California); desde que a finales de noviembre sea la segunda mujer en competir contra hombres en Jap¨®n...
De momento, sus ideas y las de su entorno parecen sensatas. Seguir¨¢ yendo a la escuela. Pasar¨¢ al instituto. Ser¨¢ universitaria. "En Stanford", sue?a ella para emular tambi¨¦n en ese detalle a Woods. Y para poder hacerlo dosificar¨¢ en lo posible sus actuaciones: "Ser¨¢n selectivas". Pero, por supuesto, no las limitar¨¢ al circuito femenino. M¨¢s pol¨¦micas aparte, competir¨¢ siempre que pueda en el masculino por exigencias del gui¨®n. "Me fascina el reto", confiesa a pesar de que en cierta ocasi¨®n se le escapara: "Los chicos son irritantes". Y alg¨²n d¨ªa, a eso aspira al menos, presumir¨¢ de ser la primera mujer en el tee de salida del Masters y del Open de Estados Unidos, el de su pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.