"Nos deportan al desierto y nos dejan sin comida ni agua"

"Delante de nosotros s¨®lo hay arena, piedras, colinas y mucho sol". La voz de Philippe Tamouneke, un joven congole?o, adquiere tintes desesperados cuando describe, a trav¨¦s del tel¨¦fono m¨®vil, el paisaje que tiene ante s¨ª. Lleva varias horas caminando junto con otros nueve subsaharianos entre los que hay, asegura, una mujer embarazada y tres ni?os.

Tras pasar nueve horas y media esposado en un autob¨²s, Tamouneke ha sido depositado a las dos de la madrugada del jueves a casi 500 kil¨®metros al sur de Oujda, all¨ª d¨®nde empieza el desierto, y a pocos metros de la frontera argelina. Se le invitaba as¨ª a cruzarla pese a que, en teor¨ªa, est¨¢ cerrada desde 1994.

Poco despu¨¦s de las cuatro de la tarde del mi¨¦rcoles, 15 autobuses repletos de inmigrantes salieron de Oujda, donde hab¨ªan sido reagrupados cientos de subsaharianos atrapados en diversas redadas junto a Melilla y en otras zonas del pa¨ªs. Pusieron rumbo al sur y en la madrugada del jueves empezaron a depositar su cargamento humano en el desierto.

Casi 700 inmigrantes viajaron esposados nueve horas y media a bordo de 15 autobuses

"Deb¨ªamos de ser casi 700 los que fuimos abandonados", calcula Tamouneke, "porque en cada autob¨²s hab¨ªa unas 45 plazas. Pero s¨¦ que el mi¨¦rcoles por la ma?ana sali¨® otra caravana de autobuses de Oujda", prosigue en franc¨¦s, por lo que el n¨²mero de desterrados a esa zona inh¨®spita debe ser muy superior.

Hasta ahora, las fuerzas de seguridad marroqu¨ªes devolv¨ªan a Argelia a los inmigrantes subsaharianos a trav¨¦s de la frontera de Oujda, una regi¨®n poblada, donde encontraban comida y no sol¨ªan tardar en regresar.

Despu¨¦s de los primeros asaltos a las vallas de Ceuta y Melilla han optado por llevarles m¨¢s lejos, para que inviertan m¨¢s tiempo en volver o renuncien incluso a entrar de nuevo en Marruecos.

Los clandestinos, como se les llama en Marruecos, no saben muy bien d¨®nde han sido deportados, aunque en sus relatos citan dos aldeas marroqu¨ªes pr¨®ximas a la frontera de Argelia, Bouamane y Taouz.

"Imag¨ªnese que entre nosotros hay gente que no prueba bocado desde hace tres d¨ªas y de agua no andamos mucho mejor", prosigue Tamouneke, quien asegura que han sido abandonados "con lo puesto"; sin agua ni comida, en un lugar donde no es f¨¢cil encontrar ni una ni otra, y donde por la noche hace un intenso fr¨ªo.

Al hambre se a?ade, en su caso, la indignaci¨®n. "Soy refugiado pol¨ªtico, ten¨ªa la documentaci¨®n del Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR), pero la polic¨ªa marroqu¨ª hizo caso omiso de ella y me meti¨® en Rabat con los ilegales que cayeron en la redada", asegura. "Cu¨¦ntelo en su peri¨®dico para que la ONU haga algo".

En el Ministerio del Interior, en Rabat, niegan que se expulse a refugiados. "Aqu¨ª hay mucha falsificaci¨®n y compraventa de documentos de todo tipo, incluidos los del ACNUR", explica un alto cargo. "?Qu¨¦ en alg¨²n caso nos hayamos podido equivocar?", se pregunta. "Poco probable, pero comprobaremos y, si es necesario, rectificaremos", contesta.

Un camerun¨¦s, que tambi¨¦n atraviesa a pie una zona en la que los m¨®viles tienen cobertura, asegura que grupo de deportados y la escolta marroqu¨ª se toparon de noche con una patrulla argelina. "Hubo palabras gruesas entre ambos, los argelinos desenfundaron sus armas amenazando con disparar si segu¨ªamos avanzando", prosigue este joven, que reh¨²sa dar su nombre. "Los marroqu¨ªes se dieron media vuelta y se largaron dej¨¢ndonos tirados".

Ahmed, un senegal¨¦s, tuvo algo m¨¢s de suerte. "El ch¨®fer del autob¨²s" que contrat¨® el Ministerio del Interior marroqu¨ª "se neg¨® a seguir circulando por un camino de cabras que nos acercaba a la frontera", afirma. "Dijo que su veh¨ªculo no lo iba a resistir", a?ade. "Nos soltaron antes de haber llegado al objetivo".

[Un equipo de M¨¦dicos Sin Fronteras parti¨® ayer de Rabat hacia el sureste de Marruecos para verificar "preocupantes informaciones, procedentes de varias fuentes, seg¨²n las cuales las fuerzas de seguridad marroqu¨ªes estar¨ªan deportando a los inmigrantes a una zona en la que no hay ni agua ni asistencia ni nada", explic¨® a Efe dicha ONG].