Arsuaga fabula la rom¨¢ntica y avanzada vida del hombre prehist¨®rico
Atapuerca. Una meseta ecol¨®gica de bosques y fauna diversa protagoniza junto al hombre prehist¨®rico el escenario literario de Al otro lado de la niebla. Las aventuras de un hombre en la Edad de Piedra (Suma), con la intenci¨®n de acercar al lector al Homo antecessor. Una tarea en la que ya tiene experiencia su autor, el paleoantrop¨®logo y doctor en Ciencias Biol¨®gicas por la Universidad Complutense Juan Luis Arsuaga, en ensayos como La especie elegida y El collar del Neandertal, pero que ahora escribe de la mano de la ficci¨®n.
La historia se hace con un escenario de paisajes y "un lenguaje muy cuidado", seg¨²n el autor, como herramientas que permiten desenterrar los secretos que dej¨® el hombre prehist¨®rico: "Eran hombres de una gran sensibilidad, con una calidad de vida superior a la que se ten¨ªa en la Edad Media y no superada hasta el siglo XX. Y sobre todo, eran rom¨¢nticos", se?ala Arsuaga, quien explica que as¨ª lo demuestran las met¨¢foras que pueblan los relatos de la mitolog¨ªa de la ¨¦poca, recogidos por el propio paleoantrop¨®logo en sus excavaciones.
"He tenido que empobrecer todo el lirismo y la belleza de su lenguaje en la construcci¨®n del relato por temor a que no sea veros¨ªmil", asegura el escritor, que tambi¨¦n desmiente la imagen f¨ªsica preconcebida sobre los hom¨ªnidos de descuidados y agresivos: "Eran aut¨¦nticos top models, tipos atl¨¦ticos con sus lanzas, de 1,80 metros de estatura, y con un gran gusto y tiempo para adornarse de arriba abajo con sus plumas, lanzas, pinturas y colgantes".
Cuento sin prisas
A partir de Piojo, el protagonista de la historia, el cient¨ªfico recrea los paisajes y las relaciones sociales del hombre de la prehistoria. Pero, sobre todo, el relato integra su "mentalidad m¨¢gica" y su forma de entender la naturaleza como algo "sagrado y trascendente". "He pretendido contar un cuento sin prisas, degustado al calor de una hoguera; la historia que contar¨ªa un cham¨¢n", puntualiza el escritor.
Arsuaga eligi¨® presentar la novela en la sierra de Atapuerca. En la meseta castellana se encuentra la Sima de los Huesos, coraz¨®n de la novela, que recoge varios elementos (un caballo pintado en rojo o un santuario funerario con una galer¨ªa de miles de grabados) dentro de la Cueva Mayor; un yacimiento relevante, donde se descubrieron f¨®siles de 30 humanos que se remontan a 400.000 a?os.
"Quer¨ªa transmitir los olores, los colores, los vientos y la diversidad de la fauna animal que se encuentra en la meseta castellana y en las monta?as que la circundan, y que fueron muy importantes en la ¨¦poca prehist¨®rica". Y es que la relaci¨®n del cient¨ªfico, uno de los directores de las excavaciones de los yacimientos, con la estepa burgalesa es "f¨ªsica". "No hay aqu¨ª naturaleza que yo no asocie con una historia o una experiencia personal". Quiz¨¢ por ello se permite hacer referencias a sus gustos literarios, como la poes¨ªa de Garcilaso de la Vega, que se encuentra a lo largo de la narraci¨®n.
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