Galileo sigue en ¨®rbita de retraso
El aplazamiento del sistema europeo de navegaci¨®n puede costar 100 millones de euros
Los ministros de Transportes de la Uni¨®n Europea no fueron capaces de ponerse de acuerdo el pasado jueves para sacar el programa Galileo del bache en el que se encuentra. Este sistema global de posicionamiento europeo, que supondr¨ªa la p¨¦rdida del monopolio actual del GPS norteamericano, est¨¢ encontrando muchas dificultades desde el mismo momento de su nacimiento.
Han sido cinco a?os de gestaci¨®n con un susto detr¨¢s de otro. Y aunque oficialmente se mantienen las fechas iniciales, que sit¨²an en 2008 los primeros pasos para su explotaci¨®n, la defensa de los intereses de cada pa¨ªs y las dificultades para alcanzar acuerdos hacen dif¨ªcil el cumplimiento de las previsiones.
Las discusiones sobre la futura operaci¨®n del sistema retrasan las decisiones en el ¨¢mbito de la fabricaci¨®n y la creaci¨®n de infraestructuras
La situaci¨®n est¨¢ estancada desde el paso d¨ªa 13 en que el Reino Unido, Finlandia, Alemania y a Espa?a vetaron en el Comit¨¦ del Programa de Navegaci¨®n de Galileo la entrega de los 340 millones de euros que quedan en la fase actual para que la industria contin¨²e su desarrollo. En el caso de Espa?a, la reivindicaci¨®n que origina su veto es la ubicaci¨®n de uno de los dos centros de control de que consta el sistema y que tambi¨¦n disputan Alemania e Italia.
De momento Italia y Francia son los pa¨ªses con mayores niveles de retorno en sus inversiones mientras que Alemania y Espa?a se encuentran con una cobertura que no alcanza el 90%.
Las empresas espa?olas relacionadas directamente con el programa son Aena, Alcatel Espacio, EADS Casa, GMV, Hispasat, Indra y Sener y, naturalmente, la feria es observada de manera distinta seg¨²n el segmento en el que participan cada una de ellas. As¨ª, mientras las industriales que est¨¢n participando desde la primera fase de fabricaci¨®n de los sat¨¦lites y las estaciones de seguimiento empiezan a ponerse nerviosas por el retraso, las operadoras se?alan que no hay que precipitarse. Petra Mateos, directora de Hispasat, se?ala que "no se puede perder la visi¨®n global de un proyecto a largo plazo y de gran envergadura en el que no se pueden tomar decisiones precipitadas".
Defensa cerrada
La defensa del centro de control est¨¢ m¨¢s que justificada, ya que le dar¨ªa a Espa?a "la capacidad de convertirse en un prescriptor de compras". No hay que olvidar que se trata de un proyecto con una vida de 20 a?os con ampliaciones posteriores, sustituci¨®n de sat¨¦lites... en el que todos los pa¨ªses est¨¢n interesados con defensas al m¨¢ximo nivel. Precipitar las cosas para obtener unos beneficios a corto plazo puede llevar, seg¨²n Mateos, al "pan para hoy y hambre para ma?ana."
En el lado industrial las cosas no se ven de la misma manera y aunque reconocen la importancia de esta defensa dadas sus dimensiones y sus implicaciones futuras "de qu¨¦ sirve curarte de una pulmon¨ªa si te mueres de un catarro", se?ala ?lvaro Azc¨¢rraga, director del departamento aeroespacial de Sener y presidente de Galileo Sistemas y Servicios, el consorcio que agrupa a las empresas participantes en el proyecto. Las discusiones sobre la futura operaci¨®n del sistema est¨¢n retrasando las decisiones en el ¨¢mbito de la fabricaci¨®n y la creaci¨®n de infraestructuras sin las que no habr¨¢ desarrollo posterior y eso es algo, seg¨²n Azc¨¢rraga, que ya empieza a preocupar por los l¨ªmites que supone la concesi¨®n de frecuencias de la Uni¨®n Internacional de Telecomunicaciones. Hay que tener los sat¨¦lites funcionando en el tiempo acordado o el trastorno ser¨ªa incalculable.
La batalla por la defensa de los intereses de cada pa¨ªs es l¨®gica y elogiable, pero "si no se hacen infraestructuras mientras tanto, se acab¨® Galileo y al final ser¨¢ una victoria p¨ªrrica", se?ala Azc¨¢rraga.
Algunos expertos del sector calculan que el coste de paralizar el proyecto para las empresas involucradas ser¨ªa de unos 100 millones de euros. "Cuesta tanto trabajar de aqu¨ª a final de a?o a pleno rendimiento, como paralizarlo", destacan.
El siguiente paso sobre este asunto tendr¨¢ lugar la pr¨®xima semana, cuando se re¨²na el consejo de la Agencia Espacial Europea, pero las previsiones de que se llegue a un acuerdo son poco optimistas.
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