De Longchamp a la Zarzuela
Sucedi¨® en 1865 y en Par¨ªs, una tarde a finales de la primavera. Lugar: la C¨¢mara de Diputados, reunida en sesi¨®n ordinaria. Un ujier pas¨® discretamente una nota al presidente y ¨¦ste pidi¨® silencio: "Se?ores, noticias de Inglaterra. ?Gladiateur ha ganado el Derby de Epsom!". Todos los pr¨®ceres se pusieron en pie para tributar una interminable ovaci¨®n a uno de sus colegas, el conde de Lagrange, propietario del campe¨®n. Despu¨¦s, la sesi¨®n del foro parlamentario fue suspendida y Par¨ªs se engalan¨® con los colores de la chaquetilla del conde -azul, mangas y gorra rojas- en una fiesta que dur¨® toda la noche, a decir de los cronistas. Gladiateur, hijo de Monarque y Miss Gladiator, se hab¨ªa adjudicado ya las Dos Mil Guineas en Newmarket y en septiembre gan¨® tambi¨¦n en Doncaster el St. L¨¨ger, completando as¨ª la llamada Triple Corona del turf brit¨¢nico. De hecho nunca fue vencido, ni en su pa¨ªs de origen ni en Inglaterra: los m¨¢s chovinistas le llamaron "el vengador de Waterloo".
El hip¨®dromo de Madrid se reabre el d¨ªa 23 tras casi diez a?os de vergonzoso abandono
Cuando uno entra hoy en el hip¨®dromo parisino de Longchamp por la puerta principal, lo primero que ve es la estatua de Gladiateur. No es demasiado majestuosa y el visitante har¨¢ bien en no fiarse mucho de ella, porque en su d¨ªa -hace ya casi siglo y medio- los entendidos la criticaron por no hacer realmente justicia a su modelo. Qu¨¦ m¨¢s da ya, despu¨¦s de todo. Para nosotros ¨¦se es el invicto Gladiateur y tambi¨¦n la evocaci¨®n del glorioso comienzo del turf franc¨¦s, cuya ocasi¨®n m¨¢s importante desde los a?os veinte del siglo pasado es el premio del Arc de Triomphe que se corre el primer domingo de octubre. En esa jornada Longchamp se llena no s¨®lo de aficionados galos sino tambi¨¦n de ingleses, irlandeses, alemanes, italianos...y espa?oles.
Claro que s¨ª, tambi¨¦n est¨¢bamos all¨ª este a?o los espa?oles para asistir a la gran carrera. El d¨ªa hab¨ªa sido muy bueno, incluso soleado, pero justamente en el momento en que deb¨ªa comenzar a disputarse la prueba cumbre, con los caballos ya en la pista, comenz¨® a caer una fuerte lluvia...que no dur¨® m¨¢s de diez minutos, es decir de comienzo a fin del Arc de Triomphe. Lo cual le sirvi¨® en bandeja al diario h¨ªpico Paris Turf el titular del d¨ªa siguiente: "Ouragan sur Longchamp". Porque aunque fuese hiperb¨®lico calificar de "hurac¨¢n" ese modesto y breve chaparr¨®n -sobre todo, visto lo que est¨¢ sucediendo en otras m¨¢s desventuradas latitudes-, se adecuaba inmejorablemente con el nombre del espl¨¦ndido vencedor, Hurricane Run, un potro de tres a?os nacido en Irlanda y criado en Alemania, de propietario americano y montado por un jinete irland¨¦s que triunfa en Inglaterra...pero cuyo entrenador es inmejorablemente franc¨¦s, gracias a lo cual despu¨¦s de su triunfo pudo sonar en Longchamp la Marsellesa, para l¨®gica satisfacci¨®n de la afici¨®n local. Detr¨¢s del Hurac¨¢n ganador quedaron sus hermanos Motivator -h¨¦roe del Derby de Epsom, ahora cuarto- y el no colocado Scorpion, que hab¨ªa antes vencido en el Gran Premio de Par¨ªs y en el St L¨¨ger. Todos ellos hijos de Montjeu, el fenomenal campe¨®n que tambi¨¦n gan¨® el Arco en 1999 y cuya primera potrada como semental ha obtenido este a?o un r¨¦cord realmente insuperable en las pistas: primero y segundo en el Derby de Epsom, primero y segundo en el Derby irland¨¦s, segundo en el Derby franc¨¦s, ganador del Gran Premio de Par¨ªs y del St L¨¨ger, etc...y ahora nada menos que el Arc de Triomphe. No todos los buenos caballos se revelan gen¨¦ticamente tan suntuosos: el propio Gladiateur, por ejemplo, no procre¨® m¨¢s que mediocridades...
Estoy seguro, si se me permite hablar en la siempre peligrosa clave del "nosotros", que los aficionados espa?oles que disfrutamos con la excepcional carrera de Longchamp pens¨¢bamos tambi¨¦n en otro hip¨®dromo mientras nos emocion¨¢bamos en Par¨ªs. Todos ten¨ªamos -?y tenemos!- puesta nuestra ilusi¨®n en la Zarzuela, el hip¨®dromo de Madrid, a punto de abrir sus puertas el domingo 23 de octubre tras casi diez a?os de vergonzosa clausura y abandono. Parece que esta vez las incomprensibles trabas burocr¨¢ticas se han resuelto suficientemente y la gozosa fiesta de los purasangres volver¨¢ por fin a la capital de Espa?a -pr¨¢cticamente la ¨²nica de las europeas importantes que hoy carece de un recinto h¨ªpico-.
Fue en 1987 cuando por ¨²ltima vez una yegua nacida, criada y entrenada en Espa?a, la inolvidable Teresa, compiti¨® en el Arc de Triomphe...llegando s¨¦ptima, pero delante del ganador del Derby ingl¨¦s de ese a?o. A partir del pr¨®ximo domingo 23, comienza la cuenta atr¨¢s para el pr¨®ximo asalto de uno de nuestros caballos a la gran prueba francesa y prometemos al primero que logre ganarla una estatua mucho mejor que la de Gladiateur en el recinto de la Zarzuela, frente al monte de El Pardo...
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