La fascinaci¨®n pict¨®rica de un erudito
Las pinturas del escritor Julio Caro Baroja evocan su ¨ªntimo v¨ªnculo con Churriana (M¨¢laga), donde pas¨® largas temporadas
"Estoy abierto a todas las ayudas, pero nada de ladrillo y especulaci¨®n. Si hay alguno que se haya enriquecido con la droga y quiera invertir en cultura, que llame". Ocurrente y socarr¨®n, el escritor y documentalista P¨ªo Caro Baroja brome¨® ayer sobre "el punto de encuentro cultural" que crear¨¢ en El Carambuco, su finca familiar de Churriana (M¨¢laga). Caro Baroja dar¨¢ el paso para festejar el d¨¦cimo aniversario desde que falleci¨® su c¨¦lebre hermano, el antrop¨®logo e historiador Julio Caro Baroja (Madrid, 1914-Vera de Bidasoa, 1995). "En esta casa hemos vivido gente culta que currelaba mucho, naturalmente inconformistas y cr¨ªticos, lo que tambi¨¦n nos gener¨® muchas enemistades", revel¨®.
La primera y grata sorpresa de su iniciativa es una exposici¨®n con una treintena de lienzos y dibujos que su hermano realiz¨® en sus largas temporadas que pas¨® en Churriana, despu¨¦s de que su amigo el hispanista Gerald Brenan le ayudara a recuperar las ra¨ªces de sus ancestros malague?os en 1956. "?l buscaba una casita peque?a, pero poco a poco se vio desbordado porque no ten¨ªa sentido pr¨¢ctico ninguno, y le agobiaban los problemas de la finca", cuenta Caro Baroja. El motivo de su desesperaci¨®n pasajera fueron las seis hect¨¢reas que hoy d¨ªa son el oasis verde mejor conservado a las afueras completamente urbanizadas de M¨¢laga.
Un paseo de nogales corteja la entrada del luminoso solar, donde aguacates se confunden con palos borrachos, frutales y un gigantesco omb¨². En esta atm¨®sfera de sabor a?ejo y un tanto on¨ªrica, y junto al patio empedrado, la era, el viejo horno y las tinajas, est¨¢ la amplia sala de exposiciones, privilegio de futuros artistas de la zona, y que inaugurar¨¢n las pintoras Matilde Roca y Carmen Caro.
A la reuni¨®n acudieron ayer todos los que acompa?aron al humanista en sus prolongadas estancias en Churriana. "He avisado a sus criadas, que ya hoy est¨¢n mayores, claro, al carpintero, jardinero, electricista, fontanero... Todos los amigos de Julio", dice.
En las paredes de la sala, ayer se enfrentaban "mundos fant¨¢sticos" con los paisajes de M¨¢laga, Toledo y Roma, destino apasionado de sus ¨²ltimos viajes. De todas las estampas detallistas destaca su fuerte colorido y su afici¨®n por las escenas r¨²sticas y a veces on¨ªricas. Un lienzo escenifica la boda del hijo del diablo con una princesa, a la que asisten obispos sobre un fondo de paisajes rom¨¢nticos. "Desde que en esta ciudad han entrado las ideas modernas, no se hace cosa buena (El cura)", escribi¨® Caro Baroja al pie de uno de los dibujos expuestos en la sala y datado en 1988.
Para glosar la figura del vers¨¢til Premio Pr¨ªncipe de Asturias, acompa?ar¨¢n a la exposici¨®n conferencias como Julio y sus amigos malague?os, y otras que glosar¨¢n su correspondencia y amistad con Gerald Brenan, sus investigaciones etnol¨®gicas en Andaluc¨ªa, y finalmente El mundo m¨¢gico de don Julio. La generosidad e intenciones de su hermano est¨¢n claras: "El que quiera exponer tendr¨¢ la puerta abierta", dijo ayer.
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