Ambiciones frustradas
La constructora San Jos¨¦ ve fracasar todos sus intentos para ganar volumen de negocio
La constructora que m¨¢s ha crecido org¨¢nicamente en los ¨²ltimos a?os, la gallega San Jos¨¦, sigue muy distanciada, a pesar suyo, del selecto grupo de las cinco grandes. Todos sus intentos por ganar volumen y diversificarse se han frustrado. Pero sus responsables, que pretenden sacarla a Bolsa en un plazo de dos a?os, se muestran optimistas de que su pulsi¨®n compradora acabar¨¢ por dar resultados.
La sociedad est¨¢ presente en varias ¨¢reas de negocio: la industrial supone el 13% del grupo, pero la inmobiliaria s¨®lo representa el 1%
Pese a que obtiene el 20% de su facturaci¨®n fuera de Espa?a, su excesiva dependencia de la construcci¨®n hace vulnerable a la compa?¨ªa
Los fallidos intentos del Grupo San Jos¨¦, una constructora gallega con sede operativa en Madrid, de hacerse con Corsan-Corvian, Duro Felguera o Uni¨®n Fenosa han nublado su identidad como una de las constructoras m¨¢s exitosas y que m¨¢s han crecido en Espa?a, al menos org¨¢nicamente. San Jos¨¦ se ha elevado desde los 239 millones de euros de facturaci¨®n de 1999 a los 1.250 millones previstos para 2005.
Dicho esto, no cabe duda de que el grupo sigue muy distanciado del conjunto de las grandes, excesivamente centrado en la construcci¨®n (85% de sus ingresos), con muy poca obra civil y un grado de diversificaci¨®n m¨ªnimo. Lo que es preocupante. Pese a que obtiene el 20% de su negocio fuera de Espa?a (construye los aeropuertos de Panam¨¢ y Washington, entre otras obras), su excesiva dependencia de la construcci¨®n pura y dura la coloca en situaci¨®n de vulnerabilidad, lo que no dejar¨ªa de penalizarla si trata, como pretende, de salir a Bolsa en un plazo de dos a?os.
De ah¨ª la necesidad de ganar volumen y diversificarse. En parte, porque como dice Guillermo Mesonero-Romanos, vicepresidente de San Jos¨¦, "hoy, la construcci¨®n no es hacer una obra, entregarla y punto. La nueva cadena de valor nos exige capacidad para construir, mantener y gestionar los equipamientos construidos". Pero, tambi¨¦n, porque la excesiva dependencia de la construcci¨®n pudiera situar a la empresa en dificultades el d¨ªa en que la fren¨¦tica actividad actual se vea ralentizada. "Es de prever", reconoce el n¨²mero dos del grupo, "que el actual ritmo constructor no va a durar siempre. La reducci¨®n de los fondos europeos acabar¨¢ por afectar a la obra p¨²blica".
Ser¨ªa injusto decir que San Jos¨¦ no ha empezado a prepararse hace a?os para todo esto. La empresa dispersa su actividad por varias ¨¢reas de negocio (cinco), con decenas de empresas, dentro y fuera de Espa?a. Pero ¨¦stas, aparte de la construcci¨®n, son poco representativas. El ¨¢rea industrial del grupo factura s¨®lo el 13% del conjunto, y el ¨¢rea inmobiliaria, el 1%. Por no hablar de las concesiones y servicios que, en San Jos¨¦, apenas tienen representaci¨®n.
Lo que explica que, y pese al fuerte crecimiento de su cartera, sobre todo en las ¨¢reas en las que est¨¢ especializada (aeropuertos, hospitales, grandes superficies...), el grupo venga intentando crecer v¨ªa adquisiciones. El primer intento fue en 1995, con Huarte. Cuando parec¨ªa que San Jos¨¦ iba a reeditar la historia del pez chico que se come al grande (su objeto de deseo era cuatro veces m¨¢s grande), opt¨® por abandonar y salirse del capital de su participada. Hoy, Huarte es de OHL. ?Qu¨¦ ocurri¨®? "Que optamos por salir al comprobar que la situaci¨®n de la empresa no era la que pens¨¢bamos al entrar", explica Mesonero-Romanos.
Muchos a?os m¨¢s tarde, en 2004, vino lo de Corsan-Corviam, una oportunidad de oro para ampliar la presencia en obra civil (donde s¨®lo tiene el 6%). Se la quedar¨ªa Isolux, pese a que San Jos¨¦ hab¨ªa puesto m¨¢s dinero. "Optamos por abandonar la operaci¨®n", recuerda el vicepresidente de San Jos¨¦, "porque nos pusieron una condici¨®n que consideramos inaceptable". Meses despu¨¦s, San Jos¨¦ lo volver¨ªa a intentar con su OPA sobre Duro Felguera. Se trataba de hacerse con una empresa de bienes de equipo, muy activa en centrales el¨¦ctricas. De un plumazo, el grupo gallego equilibraba su mix de negocios y aumentaba su ¨¢rea industrial. Pero el consejo de Duro rechaz¨® la oferta por escasa (9,5 euros). ?Qu¨¦ pas¨®? ?Se lanz¨® San Jos¨¦ al vac¨ªo? "Nada de eso", aclara Mesonero-Romanos. "Era una oferta amistosa. Hicimos la OPA porque nos invitaron algunos de los accionistas. Pas¨® que el consejo estaba muy dividido y al final, el asunto, con intereses regionalistas de por medio, se frustr¨®".
Estas experiencias no arredraron ni a Jacinto Rey (presidente y m¨¢ximo accionista del grupo) ni a Mesoneros-Romanos. Y hace semanas parec¨ªa que iba a llegar la revancha con la compra de Uni¨®n Fenosa. Se trataba de comprar el 22% de la el¨¦ctrica, con Caixa Nova y Amancio Ortega (Inditex), al Santander, una empresa muy interesante por sus proyectos en Espa?a y en el exterior, y tambi¨¦n por Soluziona. Tampoco funcion¨®. Se la llev¨® ACS, que puso tres euros m¨¢s encima de la mesa. "Lo ¨²nico que puedo decir sobre eso", apunta Mesonero-Romanos, "es que el d¨ªa 21 por la tarde Fenosa estaba vendida a nosotros a 30 euros la acci¨®n. Se incumpli¨® el acuerdo. Es todo".
Estas y otras operaciones menores han dibujado una imagen de San Jos¨¦ como la de una empresa que va a por todas. Metida en todas las salsas. Como las presuntas compras de Avanzit o del paquete de Veolia en FCC, operaciones que Mesonero-Romanos dice que "nunca existieron". San Jos¨¦ puj¨® tambi¨¦n por Aerol¨ªneas Argentinas y adquiri¨® los hipermercados de Auchan en Argentina, "un negocio que", dice, "va tan bien que estamos construyendo ah¨ª un cuarto hipermercado".
Lo cierto es que, pese a los sinsabores, en San Jos¨¦ no parecen desalentados. Dicen que seguir¨¢n intent¨¢ndolo. Acaban de crear un departamento de desarrollo corporativo. Adem¨¢s, San Jos¨¦ es una de las constructoras m¨¢s rentables, con una ratio de beneficio bruto sobre cifra de negocios del 7,3%. Tambi¨¦n han decidido redise?ar su estructura accionarial y organizativa. Con una verdadera estructura de grupo, de la que cuelgan las distintas divisiones, que contrasta con el esquema anterior, en el que las firmas del ¨¢rea industrial o inmobiliaria depend¨ªan de la constructora. "Se trata", dice su vicepresidente, "de poder crecer de forma m¨¢s ¨¢gil y r¨¢pida. Porque estamos decididos a crecer y vamos a seguir estudiando las oportunidades que nos parezcan interesantes".
Un empresario muy discreto
Jacinto Rey, un empresario del que no exist¨ªa ninguna foto hasta hace muy poco, es otro de los exponentes de esa nueva generaci¨®n de empresarios gallegos hechos a s¨ª mismos. Rey, un profesor de matem¨¢ticas que entr¨® a trabajar en tareas administrativas cuando la empresa pertenec¨ªa a diversas familias gallegas, entre ellas la de S¨¢nchez Rivas, y que ascend¨ªa a la direcci¨®n general en los a?os setenta, es hoy el propietario del 70% del capital de San Jos¨¦. La historia de esta constructora va estrechamente ligada a la figura de Rey. Las razones del ¨¦xito de la empresa ser¨ªan, seg¨²n se explica en el sector, un alto grado de segmentaci¨®n en productos determinados (hospitales, aeropuertos, museos...), la calidad de sus obras (con una est¨¦tica depurada), los precios ajustados y los plazos de entrega.
Obseso de la discreci¨®n ("le gusta pasear por Pontevedra como uno m¨¢s", dicen), Rey es un empresario singular. Un enamorado del mar y de la cultura del vino, lo que le ha llevado a invertir, a trav¨¦s de San Jos¨¦, en Bodegas Altanza, de La Rioja. Aficionado a la astronom¨ªa y las nuevas tecnolog¨ªas, amante del cine, la m¨²sica y la lectura, es un gran coleccionista de libros antiguos. No extra?a, pues, que el grupo participe en varias empresas culturales. Su sociedad Udra Medios participa en Filmanova (coproductora de Mar adentro) y en el diario digital Xornal.com.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.