El cambio de los andaluces
Tras su regreso a Andaluc¨ªa, obligado por la derrota electoral del PP, Javier Arenas ha tratado de vincular su imagen y la de su partido con la del cambio, aunque parece sin duda que en esta nueva estrategia ha olvidado mirarse al espejo. El ¨²ltimo congreso regional del PP-A ya eligi¨® como lema Democracia es cambio, reduciendo a su m¨ªnima expresi¨®n la grandeza del vocablo heleno, y olvidando tambi¨¦n un elemento primordial: que la democracia se ejercita en las urnas y que son ellas las que deciden las alternancias en los gobiernos, lo que la derecha parece no haber asimilado a¨²n adecuadamente en pleno siglo XXI.
Su ¨²ltima idea -esperemos que las que le queden sean m¨¢s imaginativas- consiste en promover la plataforma Andaluces por el cambio, desde la que personas procedentes de diferentes ¨¢mbitos sociales puedan aportar iniciativas para promover una alternativa en nuestra comunidad. Sin cuestionar la idoneidad de esta iniciativa, llama la atenci¨®n que quien m¨¢s enarbola la palabra cambio, es tambi¨¦n quien menos concreta sus planteamientos.
Porque Arenas plantea un argumento que acaba en disfunci¨®n: necesitamos el cambio, pero no sabemos para qu¨¦ o por qu¨¦, pero que est¨¢ justificado porque el PSOE ha gobernado ya demasiados a?os nuestra tierra (Otra vez exigiendo explicaciones a los andaluces por sus decisiones electorales). Entiendo que el fondo de la cuesti¨®n no puede ser que un partido pol¨ªtico gobierne de forma prolongada. Lo que deber¨ªa preguntarse el l¨ªder popular es por qu¨¦ los andaluces, elecci¨®n tras elecci¨®n, nos han permitido a los socialistas no s¨®lo gestionar el presente, sino tambi¨¦n dise?ar el futuro.
Trasladando a la pol¨ªtica aquella bella frase de Octavio Paz de que "la sabidur¨ªa no est¨¢ en la fijeza ni en el cambio, sino en el tr¨¢nsito", podr¨ªamos entender ¨¦ste ¨²ltimo como la capacidad para generar iniciativas e impulso, cualidades que, a mi juicio, est¨¢n marcando la gesti¨®n del PSOE, que lejos de abandonarse a los cantos de sirena de la mayor¨ªa absoluta ha optado por seguir abanderando pol¨ªticas cualitativas de cambio.
En esta legislatura debemos consensuar un nuevo Estatuto y ya hemos avanzado en cuestiones fundamentales de transparencia e igualdad pol¨ªtica, como la modificaci¨®n de la Ley Electoral andaluza para incluir las listas cremallera o la declaraci¨®n de bienes y patrimonio de altos cargos, un impulso democr¨¢tico que el PP-A se neg¨® a apoyar y que, a la vista de recientes acontecimientos, quiz¨¢s ser¨ªa bueno ampliar tambi¨¦n a alcaldes y concejales.
Pero no es ni mucho menos suficiente. El propio Manuel Chaves ha recordado que los socialistas no nos podemos permitir ning¨²n alejamiento de las preocupaciones m¨¢s cercanas de los ciudadanos. Debemos continuar prestando o¨ªdo a las inquietudes de los andaluces, para poder seguir impulsando la verdadera transformaci¨®n de Andaluc¨ªa, no s¨®lo la de los nombres o el de las apariencias, como desgraciadamente preconiza el PP.
El cambio de Andaluc¨ªa y de los andaluces durante los gobiernos socialistas ha sido real, con desarrollos y crecimientos sociales y econ¨®micos que nadie pone en duda, pero nuestra capacidad de gesti¨®n debe ser tal que no nos conformemos nunca con esta extraordinaria experiencia transformadora, sino que cada d¨ªa dise?emos nuevos retos capaces de generar esperanza.
Debemos dise?ar hoy el urbanismo del futuro, donde no es posible que la vivienda protegida apenas suponga el 3,4 % de las viviendas visadas (M¨¢laga, primer semestre de 2005), y donde es necesario fijar nuevos est¨¢ndares de calidad para el ciudadano -equipamientos, agua, movilidad, espacios verdes- frente a la avaricia del expansionismo; debemos modernizar nuestras fuentes de energ¨ªa, potenciando las renovables y no s¨®lo porque consigan rebajar nuestra dependencia energ¨¦tica y econ¨®mica del exterior, sino porque son energ¨ªas limpias y su uso contribuye a reducir el efecto invernadero; debemos seguir trabajando para paliar la precariedad laboral o para conseguir una verdadera educaci¨®n biling¨¹e ......
Y esas estrategias, que suponen iniciativa, que suponen gesti¨®n, que suponen tr¨¢nsito, deben hacerse desde la participaci¨®n, otra de las virtudes que siempre ha caracterizado al PSOE-A. Recordaba Antonio Gades que su maestra Pilar L¨®pez le ense?¨® "no s¨®lo la est¨¦tica, sino la ¨¦tica de la danza, que consiste simplemente en hacer el baile tal como es, y no buscando el aplauso f¨¢cil". Partiendo de esta reflexi¨®n y traslad¨¢ndola al campo de la participaci¨®n, la est¨¦tica de la misma no resulta dif¨ªcil cuando se tiene poder org¨¢nico o institucional, pero lo importante es la ¨¦tica, que pasa fundamentalmente por la calidad de las deliberaciones y que no consiste en hacer part¨ªcipe a la sociedad de nuestras propuestas, sino en ser capaces de trabajar con los ciudadanos para elaborarlas conjuntamente. Y pasar¨¢ tambi¨¦n por la transparencia de las decisiones, que sit¨²a a los andaluces en la hermosa condici¨®n de igualdad, queriendo enterrar para siempre la recomendaci¨®n y el enchufismo. Asimismo, la ¨¦tica de la participaci¨®n debe contemplar tambi¨¦n la asunci¨®n de responsabilidades, que no consiste s¨®lo en exigirlas a los dem¨¢s, sino fundamentalmente en aceptar las propias.
En definitiva, debemos ser capaces -lejos del aplauso f¨¢cil- de impulsar el tr¨¢nsito que los andaluces desean, porque lo ya conseguido no puede ser t¨¦rmino, sino tan s¨®lo inicio. En la medida en que seamos capaces de ofrecer respuestas a sus nuevas preocupaciones, estaremos en condiciones de seguir siendo tambi¨¦n el referente de sus anhelos y sus esperanzas.
Luciano Alonso Alonso es parlamentario andaluz por el PSOE
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